Un incendio consumió por completo la casa hacienda de dos pisos Santa Josefina, en Matagalpa, propiedad de Marina Lanzas de Amador. Su apoderada generalísima e hija, Selina Amador, señala a supuestos tomatierras como los causantes del siniestro, ocurrido el pasado primero de abril.
De acuerdo con el relato de Amador, los tomatierras hicieron un primer intento de incendiar la casa antes de las 5:00 de la tarde, pero el cuidador del lugar logró extinguir las llamas. Sin embargo, sostuvo, en el segundo intento fue imposible sofocar el incendio que consumió la casa de madera.
“Pudimos haber estado la familia y nos hubieran asesinado. El mandador de milagro se salvó”, dijo la afectada.
Según Amador, hace ocho meses los tomatierras ya habían amenazado con quemar la casa si no se permitía la ampliación de una escuela construida por la Alcaldía de Matagalpa dentro de los terrenos de la hacienda, a lo que la familia propietaria de la Santa Josefina se había negado por tratarse de “propiedad privada”.
La propiedad, de 637 manzanas, está en conflicto desde 1987, cuando fue confiscada por el gobierno sandinista, pese a que antes había servido de refugio para guerrilleros heridos. Fue devuelta a sus dueños durante el gobierno de doña Violeta Barrios de Chamorro, pero las personas que la habían ocupado jamás se fueron. El ingeniero Roberto Atha, esposo de Amador, calcula que podría haber unos 160 tomatierras en el terreno de la hacienda y “cortan los cultivos de café y se roban todo lo que se produce”.
POLICÍA INVESTIGA
Peritos del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Matagalpa (CBM) y de la especialidad policial de Averías, Explosiones e Incendios (Avexi) continuaban este domingo investigando qué causó el incendio en la casa hacienda Santa Josefina.
El mayor Juan Ramón Rodríguez Mejía, del CBM, señaló que aunque el mandador explicó que el incendio posiblemente fue causado “por mano criminal”, “eso está en investigación”.
Rodríguez indicó que el fuego empezó cerca de las 6:00 p.m. y los Bomberos fueron avisados a las 7:40 p.m. “Lamentablemente cuando llegamos no había nada que hacer, ya se había quemado todo y lo que hicimos fue dar refrescamiento, porque incluso ahí no hay tomas de agua y eso dificulta el trabajo”.
Los dueños de la propiedad se quejan de la pasividad gubernamental, pues dicen que sin importar las denuncias y documentos legales que tengan, el Gobierno nada hace para sacar a los invasores de su terreno.
