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Guillermo Áreas Cabrera

EE.UU. y su guerra contra los musulmanes

La guerra de Estados Unidos (EE.UU.) con la supuesta “religión de la paz” del Medio Oriente nos lleva hasta los tiempos de Thomas Jefferson. La Revolución Estadounidense contra Inglaterra dejó a la naciente república profundamente endeudada. El comercio de sus vastos recursos naturales de madera, pieles de animales y productos agrícolas con Europa fue la respuesta económica a esta situación.

Lo anterior se complicó pues los Estados Unidos no tenía una marina para proteger sus barcos de carga de los piratas berberiscos (musulmanes de Trípoli, Túnez, Marruecos y Argelia) que eran conocidos por robar barcos mercantes y secuestrar extranjeros para pedir rescate.

Debido a su independencia, los Estados Unidos ya no podían depender de la Marina Británica para proteger sus barcos mercantes de los asaltos de los Estados Berberiscos que eran pertenecientes al Imperio Otomano y que los obligaban a pagar tributo.

Estos llamados piratas eran en realidad musulmanes de Medio Oriente, conocidos entonces como mahometanos que oraban a Alá varias veces al día. Al igual que los terroristas de hoy día, estos predecesores se llamaban a sí mismos Mujahidin o “soldados de la Jihad” y estaban comprometidos en la guerra santa contra occidente. No ha cambiado mucho en 200 años.

En 1784 el futuro presidente Thomas Jefferson fue a Londres para negociar con el embajador de Trípoli, embajador Sidi Haji Abdrahaman y cuando le pregunto sobre la propensión del Mujadhin a esclavizar cristianos y capturar barcos estadounidenses, el embajador respondió: “Está escrito en el Corán, que todas las naciones que no han reconocido al Profeta son pecadores, a quienes los fieles tienen el derecho y el deber de saquear y esclavizar; y que todo musulmán que fuera muerto en esta guerra estaba seguro de ir al paraíso”. La misma oratoria del Estado Islámico el día de hoy.

Jefferson mantuvo que pagar “tributo” al extremismo musulmán alentaría aún más la esclavitud y secuestro de naves que ya había atormentado a Europa durante mil años, pero mientras los USA no tuvieran una marina de guerra permanente las circunstancias obligaban y así la nueva y endeudada nación pagó tributo a estos terroristas durante 15 años.

A finales de 1793, el secuestro masivo de barcos de EE.UU. por musulmanes hizo que el Congreso decidiera construir una flota de barcos de guerra. En esencia, la Marina de Estados Unidos nació como respuesta a la agresión musulmana no provocada.

En 1801, electo como tercer presidente de Estados Unidos, el Sr. Jefferson envió un escuadrón naval de guerra al Mediterráneo para librar una guerra en las costas de Trípoli hasta lograr en 1805 después de cuatro años de guerra que se firmara un tratado de paz, pero en 1815 los musulmanes vuelven a sus andanzas y se inicia la segunda guerra berberisca, esta vez contra Argelia, la cual es derrotada, tomada y obligada a permitir el libre tráfico del comercio marítimo estadounidense ahora bajo el amparo de la US Navy.

Desde el 11 de septiembre de 1683 que los ejércitos islámicos son derrotados por fuerzas cristianas a las puertas de Viena, potencias occidentales han dominado el mundo musulmán. El Islam radical busca volcar violentamente esa situación por medio de la guerra y la barbarie poniendo bombas y matando en nombre de su Dios, Alá.

El mundo occidental tiene que tomar medidas en conjunto para detener a estos radicales musulmanes que tienen dentro de sus metas, además de tomar Roma y convertir la Basílica de San Pedro en una mezquita, acabar con el cristianismo. Yo creo que se ha llegado al punto de ellos o nosotros.

El autor es abogado

Opinión Estados Unidos guerra Medio Oriente musulmanes archivo
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