Ayer 10 de abril se cumplieron dos años desde que el país entró en una de sus peores rachas de sismos desde que en 1972 la ciudad capital fuera devastada por un terremoto.
Exactamente el jueves 10 de abril, a las 5:27 de la tarde, un movimiento telúrico de 6.2 grados de magnitud, localizado en el Lago de Managua, frente al municipio de Nagarote, León, despertó un enjambre sísmico de varias semanas que aterraron a las poblaciones de Managua, León y Chinandega.
El Gobierno decretó alerta roja en los municipios de Nagarote, Mateare, Managua, Ciudad Sandino, La Paz Centro y Nagarote, mientras la alerta se extendía a otros municipios de León y Chinandega, luego que los sismos activaran la actividad volcánica de estos departamentos.
Muchas viviendas colapsaron, otras quedaron severamente dañadas, hubo heridos e histeria colectiva y las autoridades desplazaron a fuerzas militares, policiales, servicios médicos y otros funcionarios para garantizar la atención a miles de nicaragüenses que fueron evacuados a centros de refugio.
La gente dormía en las calles y muchos huyeron hacia los departamentos porque en el Pacífico no dejaba de temblar.
Ayer se esperaba que las autoridades de los municipios afectados celebraran actividades en conmemoración de los eventos y de la oportuna respuesta del Gobierno, pero hasta el cierre de edición no se reportaban actos oficiales.
Tampoco el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales recordó en su página la crisis de aquel abril.