José Benito Cruz Granados es uno de los tantos pequeños cafetaleros que resiente la merma en los rendimientos que provocó la falta de lluvia en la cosecha 2015-2016.
“No nos llovió en el momento en que la planta necesitaba la lluvia en agosto, septiembre y octubre (del año pasado)… eso incidió en la baja productividad, en la malformación del fruto y provocó que se desarrollaran enfermedades como la roya”, lamenta este pequeño productor matagalpino.
Además, Cruz reconoce que ante las elevadas temperaturas que se han registrado en los primeros meses de este año la única opción que queda es reforzar la sombra de las plantaciones para contrarrestar los efectos que provocan estas variaciones climáticas. También , “estamos dándole tratamiento a los suelos, creando una cobertura de pastos para evitar la erosión”, dice.
“El cambio climático se ha vuelto un enemigo más del café, pero un enemigo oculto, porque la roya la vemos, el ojo de gallo y otras enfermedades, así como las deficiencias nutricionales, podemos verlas, pero hay otros factores climáticos que afectan los rendimientos del cultivo, la calidad y la producción. De tal manera que uno de los temas preocupantes en la caficultura de este país es el asocio o el impacto del clima sobre la producción”, sostiene Óscar Gerardo Chávez, asesor técnico de Ramac.
Ante la inexistencia de una entidad dedicada a la investigación en café, han surgido muchas opciones, entre ellas el programa AgroAmigo que desarrolla desde hace nueve años Ramac. En él unos 15 especialistas desarrollan respuestas a las necesidades de nutrición, manejo de tejido, manejo y enmiendas de suelos, que permitan contrarrestar los efectos del cambio climático en la producción de café.
La implementación de estas prácticas ha permitido que muchas fincas eleven sus rendimientos. “Tenemos fincas de hasta 84 y 85 quintales oro por manzana. Esto significa que tenemos condiciones aptas para el cultivo del café, pero lo que se necesita es apoyo de diferentes programas en algún instituto del gobierno mismo”, afirma Chávez.
Por su parte, David Argüello, gerente de ventas Ramac, detalla que el programa tiene influencia directa sobre más de sesenta mil de las 180,219 manzanas que se dedican al cultivo del café en el país. El resultado que se espera de este es que los productores involucrados cambien de mentalidad para que manejen mejor las plantaciones a través de un cambio tecnológico que permita elevar los rendimientos y la calidad del café que producen.
“Hacemos mucho énfasis en el tema de la nutrición como pilar fundamental para que la planta soporte condiciones desfavorables de clima, ya sea por excesos de temperatura o falta de agua y en el otro sentido es buscar cómo la planta pueda expresar su máximo potencial fisiológico”, dice Argüello.
La meta es que estos cambios eleven los rendimientos a entre treinta y 35 quintales por manzana, cuando el rendimiento promedio nacional se mantiene en 12 quintales por manzana.
CIFRAS DEL SECTOR
180,219 manzanas de café se cultivan en el país, según el Cuarto Censo Nacional Agropecuario (Cenagro, 2011).
49,519 agricultores producen café en el país. De ellos, 18,640 poseen fincas de menos de cinco manzanas.