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“El ortoréxico no siente culpabilidad ni tiene conciencia de enfermedad, los raros son los demás que están digamos matándose con su alimentación”, analiza Villarino.

¿Qué es la ortorexia?

La televisión, la publicidad o internet son algunas de las principales influencias en los hábitos alimenticios de la sociedad.

Alguna vez se ha preguntado qué es la ortorexia. en un comportamiento obsesivo. A diferencia de la anorexia o la bulimia, no persigue una bajada de peso ni la reducción de la ingesta: su principal objetivo es mejorar la salud a través de la calidad de los productos que se comen.

SANO Y SALUDABLE

La ortorexia “da culto a lo diferente, a lo sano en la alimentación. Y entonces se desprecia al resto de mortales que comen esa cantidad de productos llenos de aditivos, productos animales en exceso, vegetales poco bien cultivados. Se produce ese culto a lo sano cualitativo”, expone Antonio Villarino, presidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA).

El interés por la nutrición saludable es un objetivo a conseguir, pero llevado al extremo que en este reportaje se explica, un objetivo de vida sana se llega a convertir en un infierno y en un enorme peligro.

Es una patología difícil de detectar, incluso entre las personas más cercanas al enfermo; suele ser consecuencia de algunas de las mejores actitudes, como optar por un hábito alimenticio sano, pero que en algunas personas pasan la barrera de lo saludable e, incluso, de lo imaginable.

LA ALIMENTACIÓN

Esta obsesión convierte la comida en el principal pensamiento de las personas que padecen la enfermedad, quienes llegan a dedicar más de tres horas al día a la planificación de sus dietas o a desplazarse varios kilómetros para conseguir los alimentos menos tratados.

No existe una dieta común a seguir en esta patología, si no que cada uno deja de consumir lo que él mismo considera nocivo para su salud.

Este es uno de los aspectos más problemáticos, ya que aunque de una manera moderada no tiene efecto inmediato en la salud, la supresión de determinados alimentos puede conducir a una malnutrición que termine generando enfermedades, como por ejemplo osteoporosis; en los casos más severos y extremos se puede llegar a morir.

CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS

A pesar de que en un primer momento, las posibles carencias nutricionales pueden parecer el factor más alarmante de la patología, las consecuencias psicológicas son las que más preocupa a los especialistas.

“Cortar los alimentos con productos de cerámica, en lugar de hacerlo con metales, por los iones que se puedan pegar metálicos a la comida, es decir, unos extremos muy patológicos, y sobre todo están todo el día pensando en cómo mejorar su calidad alimentaria y cómo huir de los supuestos peligros tóxicos de determinados alimentos que se consideran impuros”, explica el director de la clínica especializada en trastornos de la conducta alimentaria

Adalmed, Manuel Faraco, para mostrar hasta dónde llega la obsesión de los afectados.

A diferencia de otros trastornos, los ortoréxicos no esconden sus hábitos de vida, pretenden convencer a otras personas de este estilo de vida milagroso, lo que en muchas ocasiones desencadena conflictos.

Este modo de vida genera en los pacientes un alta autoestima y seguridad que les lleva al aislamiento social y crea en ellos un sentimiento de superioridad respecto a las personas que sí consumen todo tipo de alimentos, señalan los médicos.

Los constantes conflictos con el entorno llevan a un empeoramiento de la enfermedad debido al alejamiento que se produce con las personas que no siguen este tipo de dieta.

El aislamiento social es una de las consecuencias que más perjudica a estas personas, ya que muchas reuniones con los amigos giran en torno a diferentes comidas.

El ortoréxico, desde su obsesión por lo tóxico de las comidas, llega al punto en el que prefiere dejar de hacer determinadas actividades por la angustia de saltarse su estricta dieta.

INFLUENCIAS

La televisión, la publicidad o internet son algunas de las principales influencias en los hábitos alimenticios de la sociedad.

Es muy común ver en los medios a famosos como Julia Roberts o Woody Allen predicando acerca de los milagros de algunos alimentos como la leche de soya o el tofu, así como la venta de green juice en todo tipo de establecimiento.

“El ortoréxico no siente culpabilidad ni tiene conciencia de enfermedad, los raros son los demás que están digamos matándose con su alimentación”, analiza Villarino.

Las terapias en grupo y el trabajo con la familia son factores claves para una completa recuperación. Los expertos señalan que uno de los fallos más frecuentes es centrarse en una recuperación de peso.

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