Como respuesta a las múltiples denuncias sobre el deterioro que sufren los bosques de pino en Las Segovias —que están siendo arrasados con el pretexto de eliminar la plaga de gorgojo descortezador que los afecta— la semana pasada el Gobierno paralizó “de hecho” toda la actividad forestal en el país.
La medida que se supone pretende proteger los bosques puso en jaque a 16 empresas que a partir del 2003, estimuladas por los beneficios fiscales que ofrece la Ley 462 (Ley de Conservación, Fomento y Desarrollo Sostenible del Sector Forestal), han invertido unos 120 millones de dólares en el establecimiento de unas 22,000 hectáreas (30,800 manzanas) de plantaciones forestales. Dicha inversión incluye capital procedente de Suecia, Estados Unidos, Costa Rica, Honduras, Suiza, Noruega, Francia y Nicaragua.
Además, puede provocar que el país deje de percibir unos cinco millones de dólares que dichas empresas proyectaban exportar este año en madera en rollo y procesada. También, evitará que se establezcan las 1,200 hectáreas (unas 1,680 manzanas) de plantaciones forestales previstas para este año.
“Lamentamos que se haya incluido en esta medida de hecho a la madera cultivada en plantaciones, porque si se quiere promover la reforestación es indispensable que no se siga metiendo en el mismo saco a las plantaciones forestales y al bosque natural”, dice Salvador Mayorga, presidente de la Asociación Nacional de Reforestadores (Confor).
Los socios de Confor se enteraron de la medida porque dejó de funcionar la plataforma en línea del Instituto Nacional Forestal (Inafor) en la que se realizan los trámites y que hasta la fecha no les ha sido comunicada oficialmente.
Para Mayorga “esta medida que paraliza al sector está mandando el mensaje equivocado, porque le demuestra a quienes están invirtiendo en el cultivo de árboles que no se sabe si en el futuro se va a paralizar su operación aunque esté cumpliendo con todas las regulaciones”.
Él insiste en que “si algo requiere el inversionista en plantaciones es confianza en que en el país hay un marco regulatorio donde establece que se respeta”, por lo que “cuando se toman medidas de hecho tienen un efecto muy negativo”. Por tanto, lamenta que “en el momento en que el país necesita promover la reforestación y en el momento más crítico para el sector se haya tomado una medida contraproducente que desincentiva la inversión en el sector forestal”.
Mayorga tampoco entiende por qué se suspendió el corte de los pinos afectados por el gorgojo, ya que esa es la única forma de detener la plaga. Cuando lo que debió garantizarse es que nadie se aprovechara de la situación para sobreexplotar los bosques. Y menos aún que se haya incluido a las plantaciones forestales en la medida, cuando estas y los bosques naturales son dos cosas totalmente distintas.
¿En qué se diferencian las plantaciones forestales de los bosques naturales?
Son completamente diferentes. La plantación se va formando con arbolitos que crecen en un vivero donde se plantó la semilla. Luego se planta una cantidad de árboles, por ejemplo mil árboles por hectárea y a los tres o cuatro años —dependiendo de las especies— se hace un primer raleo para eliminar los que tienen malformaciones y los más débiles, para que el resto crezca mejor. Luego, a los ocho años, se puede hacer un segundo raleo y a los doce años un tercero. Entonces cuando se hace la corta final de los mil árboles que se sembraron estarán unos doscientos y en el intermedio se han ido aprovechando los que se han ido quitando y que no se sustituyen sino que se deja el espacio para que los que van quedando crezcan más. Y hasta que estos se cortan se establece una nueva plantación. Por eso las plantaciones se establecen segmentadas, es decir una cantidad de hectáreas cada año para garantizar que mientras unas crezcan, otras se estén aprovechando. En cambio el bosque es un recurso natural que obviamente el Gobierno está obligado a proteger y a garantizar su sobrevivencia.
¿La situación de los pinares segovianos pone en riesgo el resto de especies?
No. El gorgojo descortezador es una plaga muy dañina, pero ataca solo al pino, incluso en Honduras el Gobierno decretó emergencia nacional por el ataque del gorgojo que ha afectado casi cuatrocientas mil hectáreas (560,000 manzanas) del total de pinares que ellos tienen que son dos millones y medio de hectáreas. En el caso de Nicaragua tenemos mucho menos, solo cuatrocientas mil hectáreas en total y es un hecho que la misma plaga que está en Honduras nos está afectando aquí, porque es una zona fronteriza y la plaga no reconoce fronteras.
¿Debería Nicaragua declarar una emergencia similar?
Tal vez todavía no se ha llegado a ese punto, pero sí hay que tomar medidas drásticas, nos parece que las medidas que se estaban aplicando son las necesarias. Porque lo que debe hacerse una vez que se detecta un foco de contaminación del gorgojo es establecer un radio de treinta o cincuenta metros y en ese radio es necesario cortar los árboles y sacar esa madera, eso es indispensable, y es mejor hacerlo ahorita antes que tener que pagar las consecuencias de una plaga más agresiva como la que está afectando en Honduras o como la que afectó a Nicaragua en el 2000 cuando se perdieron treinta mil hectáreas (42,000 manzanas) de pino.
Ahora que si había gente que se estaba aprovechando de la situación y estaba abusando, eso no lo sé.
¿Cuál considera que es el estado actual de los bosques?
En los últimos treinta o cuarenta años en Nicaragua ha habido una gran pérdida de cobertura forestal producto de la expansión de la agricultura, pero más aún de la ganadería. Eso ha hecho que se reduzcan mucho las zonas de bosque natural que todavía existen, pero con un manejo apropiado lo que queda se podría aprovechar adecuadamente sin seguir destruyendo el bosque como se está haciendo actualmente. Si realmente se promoviera el manejo forestal habría más posibilidades de conservar los bosques.
¿Los que explotan bosques deberían establecer plantaciones forestales?
En realidad no, porque el bosque natural no se puede reemplazar con una plantación forestal. Incluso hay una norma estricta que prohíbe sustituir el bosque natural por plantaciones, eso está en las leyes de Nicaragua y es también una política interna nuestra. Pero el bosque se puede aprovechar sin destruirlo, al contrario si un bosque se aprovecha bien es un bosque sano que va a sobrevivir. Y la plantación forestal al producir madera, eleva la oferta de esta tanto para el uso local como para la exportación y eso le quita presión a los bosques.
¿Qué implica el manejo del bosque?
Dependiendo, si es latifoliado como los del Atlántico o si es bosque de pino, en cada caso cambia la situación. Pero una técnica adecuada de manejo hace un aprovechamiento selectivo de los árboles, se escogen los que han llegado a su madurez y esos son los que se cortan para su aprovechamiento, eso se va haciendo por secciones, no se hace una tala rasa, sino que se van aprovechando algunos árboles y por secciones, de acuerdo a un estudio previo que se hace al bosque, también se hacen inventarios y se seleccionan los árboles que se cortarán cada año. Pero aquí lo que ha sucedido en los últimos cuarenta años es que se hace una tala rasa para ir convirtiendo el bosque en suelos agrícolas o potreros.
¿Las vedas forman parte del manejo?
Las vedas no son la mejor medida para proteger los bosques, porque pueden provocar el efecto contrario. Porque cuando se le pone en veda un bosque a su dueño, para él ese árbol deja de ser una alternativa para vivir porque no le va a generar ingresos y por tanto no tendrá recursos para invertir en su manejo. Entonces cuando se decreta una veda se pone el bosque en manos de los ilegales y en manos del fuego, ese es el destino del bosque cuando se declara una veda aunque sea con buena intención.
¿Qué debe hacerse con las áreas de pino que se han perdido, hay que resembrarlas?
No, porque lo que se hace en los radios afectados son cortes que garanticen que esas áreas se van a regenerar. En esos radios afectados quedan árboles semilleros y es importante asegurar que esa semilla garantice la restauración de las áreas. Lo que sí hay que dejar claro es que el corte de los pinos afectados debe hacerse para evitar que la plaga del gorgojo se siga propagando, no para cambiar el uso del suelo. Pero si se bota ese pino para sembrar café o pasto eso es incorrecto, lo que hay que hacer es eliminar el foco de pino enfermo y cuidar la regeneración de manera que el bosque de pino vuelva a nacer ahí y veinticinco años después volver a tener un árbol adulto.
Además, el bosque de pino necesita muy buen manejo para mantenerse, porque es muy susceptible al fuego. Si el dueño del bosque no está realmente interesado en mantenerlo, el fuego se encarga de acabar con él, entonces otra medida importante es fomentar el manejo de estos bosques. Así como hay experiencias muy negativas con el pino hay otras positivas, uno de nuestros socios tiene bosque natural de pino y plantaciones y en ellas se puede percibir la diferencia entre un bosque manejado y otro no.
Antes de esta suspensión de actividades ¿qué tipo de problemas enfrentaban las empresas reforestadoras?
De tramitología, para poder competir con el resto de Centroamérica; hay que crear mejores condiciones y simplificar más los trámites para ser competitivos realmente. Necesitamos que todos los procedimientos para el establecimiento de plantaciones forestales estén en una sola normativa o resolución de tal manera que todo esté claro y ordenado. Actualmente eso está disperso en distintas leyes, reglamentos y disposiciones administrativas y eso complica las cosas. También es importante lo referido a la tabla de costos que sirve de referencia para establecer los incentivos que otorga la Ley 462.
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¿El retraso en los trámites puede atribuirse a que las autoridades tienen que asegurarse que es madera de plantación y no de bosque?
No. Porque la madera de bosque y la de plantación son fácilmente distinguibles. Porque las principales especies de plantación que se exportan son la teca, la melina y la caoba africana que no existen en el bosque natural de Nicaragua y también por el diámetro de los rollos, porque el de madera de plantación en más pequeño y muy fácil distinguir.
Hemos pedido una explicación, pero todavía no nos hemos sentado con las autoridades, pero estamos trabajando en eso para revertir esta medida por lo que esperamos recibir pronto una respuesta”.
Salvador Mayorga, presidente de Confor.
