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Un guatemalteco y una nicaraguense fueron acusados por Trata de personas. LA PRENSA/ARCHIVO

Culpables por trata de personas

Una nicaragüense y un guatemalteco fueron declarados culpables por los delitos de trata de personas, proxenetismo y lesiones psicológicas contra dos jóvenes residentes en un municipio del departamento de Nueva Segovia.

Una nicaragüense y un guatemalteco fueron declarados culpables de los delitos de trata de personas, proxenetismo y lesiones psicológicas contra dos jóvenes residentes en un municipio del departamento de Nueva Segovia.
Ángela Fonseca García, alias “La Changa”, de 48 años, del barrio Pueblos Unidos, de Ocotal, y el guatemalteco Marlon Estuardo Osorio, de 20 años, fueron capturados por la Policía el jueves 16 de julio y viernes 17 de julio del 2015.

El Ministerio Público, a través de la fiscal Melisa Mairena, demostró que Ángela Fonseca García era la persona que, disfrazada de vendedora de ropa en una comunidad rural del departamento, captaba a las muchachas, las convencía y las transportaba a Guatemala bajo el pretexto de que tendrían trabajo cuidando a un niño en esa localidad, mostrando fotos del niño en cuestión.

Varios clubes nocturnos de Guatemala fueron destino de las dos muchachas. Ahí vivieron esclavitud, drogadicción, abusos, prostitución y violaciones.

Según la acusación, Fonseca les ponía lugar, fecha y hora para esperar un bus expreso que sale de Managua con destino a Guatemala y ella misma las entregaba en el lugar, donde las ponían bajo candado y vigilancia.
A cambio la mujer presuntamente recibía quinientos dólares en pago por cada víctima de trata.

ADMINISTRADOR DEL NIGHT CLUB

El guatemalteco Marlon Estuardo Osorio es identificado como el contador de un night club, socio principal de la propietaria del centro nocturno de prostitución, que pagaba a la tratante por cada nica conseguida y cobraba a los clientes por “el alquiler” de los cuerpos de las muchachas, no sin antes obligarlas a “coquearse” o consumir cocaína y hasta violarlas.

Ambos procesados fueron identificados por sus víctimas, quienes lograron burlar la seguridad de los clubes en Ciudad Guatemala para retornar a sus hogares.

Tanto el testimonio de las víctimas como de otros testigos confirmaron que muchas muchachas nicaragüenses y hondureñas lloran su desgracia y en el peor de los casos han muerto cuando se oponen a vestir ropa liviana, bailar en el tubo casi desnudas, compartir licores y droga con los clientes y en al final venderse al mejor postor.

Departamentales Nueva Segovia Ocotal Trata de Personas archivo

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