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La pianista Katherine Dayana Espinal Meléndez, habla de su vida, su música y sus nuevos retos, entre ellos producir un CD de música sudamericana. LAPRENSA/Jorge Torres

Katherine Espinal: “Mi sueño es poder tocar con Raúl Di Blasio y Gabriela Montero”

“Hacía escalas, arreglos, buscaba las formas de sonar diferentes a los otros pianistas. Descubrí que el estar en crisis te ayuda a tener éxitos y empuja a buscar otros maestros que te apasionen”, exterioriza la pianista Katherine Dayana Espinal Meléndez.

“Señor déjame sorda, déjame ciega, déjame sin pie, pero no me quites las manos, porque vivo mis días con la música”, fue la plegaria que la pianista Katherine Dayana Espinal Meléndez le hizo a Dios en los momentos más dramáticos de su carrera artística.

Confiesa que hace cinco años estuvo a punto de morir, altas fiebres se habían apoderado de su cuerpo, los dolores en las articulaciones la dejaron paralizada por un mes.

Los doctores le practicaron más de 160 exámenes en busca de cáncer linfático, lupus, tuberculosis y “solo me salieron las plaquetas bajas, fue frustrante no saber qué padecía”, revela Espinal Meléndez.

Los médicos le dijeron que solo le quedaban dos años de vida. Estaba devastada y ante la falta de una explicación de la ciencia al origen de su misterioso mal se aferró a la fe y crisis de convivencia familiar.

Se retrata: “Mis padres son pastores misioneros; desde los diez años he sido la pianista de la Iglesia Evangélica Peniel; soy una muchacha que no se ha aventurado a hacer cosas que hacen otros jóvenes; sino que he estado en el hogar, en el estudio y el trabajo”.

Luego añade: “Al ver lo que me pasaba llegué a enojarme con Dios, lloraba. Ahora digo fue un propósito del cielo porque mi familia era algo desunida, mi papá tenía un carácter fuerte, y yo peleaba mucho, ahora estamos más unidos”.

“En mi testimonio cuento que no hubo amigo, familia ni nada que me consolara, solo la música me sirvió de terapia mientras lloraba; tocaba la canción Porque para siempre Dios es tu misericordia, y sentía que sanaba interiormente”.

Recuerda que era tanta la inflamación en sus manos que tocaba con tres dedos, pero no dejaba de hacerlo.

“Si lo que hacemos fuera para el Señor, estoy segura que tendríamos un resultado con sello de excelencia. Eso es lo que Dios merece de nosotros”, afirma Espinal Meléndez, nacida en Managua un 3 de junio de 1987.

SUS MAESTROS

Su persistencia por hacer sonar baldes en juegos infantiles de la gigantona y el enano cabezón junto a sus hermanitos llamó la atención de su padre Manuel Espinal Tercero quien la llevó al Conservatorio Bautista de Música (hoy Conservatorio de Música de la Upoli).

Este momento fue muy especial, recuerda Espinal Meléndez, tenía 7 años y era la primera vez que escuchaba tocar piano a una maestra estadounidense; el temor infantil a lo desconocido se le disipó, fue algo mágico e inolvidable.

“Tiempo después supe que la canción era Pronto tú y yo miráramos al rey, era un rock and roll, desde entonces fue mi conexión con la música al piano”, revela la joven.

La pianista a la que se refiere Espinal Meléndez era la misionera Joy Croker, quien fundó en 1987 el Conservatorio Bautista y abrió las clases de piano, flauta y percusión.

Con ella realizó su examen de admisión con nota de sobresaliente, y consistía en dominar la primera parte del Himno de la

Alegría, pero Espinal Meléndez hizo las dos partes en cuatro días, en vez de ocho que era lo normal.

A lo largo de su carrera fue guiada por los maestros Israel Ibarra, Saúl Tellería, en música con raíces latina y son nica. María Caridad Rosado, con ritmos cubanos, recuerda con placer el Son de la loma, de Miguel Matamoros; y el bolero Cuando salí de Cuba.

También reconoce que fueron claves en su formación y perfeccionamiento la cantante soprano y pianista rusa Tatiana Vander, la pianista y compositora alemana Irma Koch, directora de la Orquesta Filarmónica Juvenil; y Lilliam Aguilera Monteagudo.

El año próximo tiene planeado viajar al Conservatorio de Chile para continuar en su avance musical. A la par de su carrera musical este año egresará de la licenciatura de mercadeo y publicidad en la Universidad American College.

Katherine Espinal
La pianista y maestra Katherine Espinal, tambien ejecuta la guitarra y el cajón peruano. LAPRENSA/Jorge Torres
ENTRE SONES DIVERSOS

Al salir del Conservatorio a los 15 años continuó de forma autodidacta en el estudio de partituras y técnicas musicales de ritmos nicaragüenses, cubanos, argentinos, peruanos, venezolanos, puertorriqueños, españoles, italianos y franceses, entre otros.

“Hacía escalas, arreglos, buscaba las formas de sonar diferentes a los otros pianistas. Descubrí que el estar en crisis te ayuda a tener éxitos y empuja a buscar otros maestros que te apasionen”, exterioriza la joven.

Esto la llevó a estudiar las composiciones del pianista argentino Raúl di Blasio, como Aguas de invierno, Piano, Corazón de niño, Primavera, entre otras tantas; luego de la venezolana Gabriela Montero, pianista clásica y popular, de quien aprendió la técnica de la improvisación musical.

“Ahora mi sueño es poder tocar con Raúl Di Blasio y Gabriela Montero”, confiesa. Se enorgullece de haber sido la pianista acompañante del cantante francés Christian Camerlynck, y su logro musical —explica— es haber logrado interpretar 18 canciones francesas emblemáticas y latinoamericanas.

PREPARA CD DE MÚSICA LATINA

“ Me gusta retarme para tocar lo complicado, por eso trabajo en un CD de música sudamericana con mi amigo Juan Manuel Miranda quien tiene un estudio, he grabado los valses peruanos, Amarradito y Flor de la canela; próximamente la trova Alfonsina y el mar, espero sean diez canciones”.

“Esto es parte de mi experiencia como pianista que soy de música popular; también tengo experiencia en clásica y cristiana que agradezco como una gracia del Dios del cielo”, dice Espinal.

En nuestro país Espinal Meléndez forma parte de la lista de los nuevos pianistas de este siglo, en la que figuran: Elías Picón, Misael Sánchez, Valeska Lobo Gutiérrez, Rubén Zapata, Valentina Bernardette Madrigal Lacayo, Kenneth Josué Gamboa Parrales, Stephany Suárez Duarte, Sandra Lorena Orozco Castellón, entre otros.

RETOS

Este año se inició como maestra del repertorio del área de canto lírico, del Conservatorio de Música de la Universidad Politécnica.

“Para mí es un reto en la lectura musical, porque me toca acompañar al piano a 24 alumnos de canto lírico, cada uno de ellos tiene que presentar por semestre tres o cuatro piezas”.

Su actual tutora es la maestra mexicana Antonieta Tello y piensa graduarse como pianista de Repertorio Lírico, dice.

Además del piano, Katherine Dayana Espinal Meléndez ejecuta con habilidad la guitarra y el cajón peruano.

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