En la medida en que se acerca el inicio de la época lluviosa —de la que depende el buen desempeño del ciclo agrícola 2016-2017 próximo a iniciar— las posibilidades del establecimiento del fenómeno La Niña se incrementan.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés) ha confirmado en su más reciente informe que El Niño continuará debilitándose y dando paso a un periodo de transición hacia condiciones neutrales que permanecería hasta el final de la primavera o principios del verano de 2016.
Pero en la segunda mitad del año dichas condiciones neutrales darían paso al establecimiento de La Niña. La entidad emitió la alerta: Reloj La Niña, que advierte que se están creando las condiciones para el establecimiento de este fenómeno que a la región llega acompañado de abundantes lluvias e inundaciones.
Según la NOAA “el pronóstico oficial es consistente con los pronósticos de los modelos (climáticos), también con el apoyo de una tendencia histórica de La Niña, que podría desarrollarse durante el otoño (último cuatrimestre del año).
“Basados en estos pronósticos estamos recomendando a los productores que respeten las fechas tradicionales de siembra, de tal manera que si al final del invierno se intensifican las lluvias que esto tenga el menor efecto adverso posible”, dice Martín Argüello, vicepresidente de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic).
Al pedir que se respeten las fechas tradicionales de siembra Upanic se refiere principalmente a las del subciclo de postrera (entre agosto y septiembre) en las que inicia el ciclo de producción de diversos productivos agroexportables como el maní, sorgo, ajonjolí y en menor medida granos básicos.
Según Argüello, el sector agropecuario “está recibiendo estos pronósticos con alegría”, ya que confía en que las abundantes lluvias que genera La Niña, además de poner fin a los dos ciclos productivos seguidos afectados por la sequía, permitan la recuperación de los niveles de los ríos, lagos y lagunas del país, que actualmente enfrentan una fuerte crisis producto de los efectos de la sequía provocada por El Niño.
“Al final eso es lo que se necesita, todos necesitamos que llueva, entonces estamos viendo con optimismo las proyecciones del próximo ciclo agrícola”, sostiene Argüello.
DEPENDERÁ DE LA ZONA
El vicepresidente de la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos, Gustavo Toruño, considera que hasta que La Niña se instale “a finales de año, se podrá saber si causa algún efecto en la producción de granos básicos”. Esto porque en el subciclo de apante (entre noviembre y enero) lo que más cultivan los pequeños y medianos productores es frijol, pero este se siembra en la zona húmeda del Norte, Centro y Caribe del país, “y de momento no se sabe qué zonas serán las más afectadas por La Niña por lo que de momento es impredecible proyectar si habrá daños”.
Además confía en que por la resequedad de los suelos después de dos ciclos continuos de sequía, estos sean capaces de absorber las precipitaciones.