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Rita Reyes, gerente general de las marcas BuonPan y Mi pancito, muestra parte de la producción. LAPRENSA/M. VALENZUELA

Pan con sabor a éxito e innovación

Esta es la historia de una panificadora en crecimiento en un sector donde es difícil sobrevivir

Cuando en Nicaragua nace una panadería, su posibilidad de sobrevivir es casi cero. La mayoría recibe su “acta de defunción” un año después. Y si logra con éxito transitar por la ruta crítica del primer año, su supervivencia puede extenderse hasta los diez años, luego solo dos condiciones pueden salvarla de la extinción: un buen plan de relevo y tecnología. Dos ingredientes de los que carecen el noventa por ciento de los más de siete mil panificadores que existen en el país, entre pequeños, medianos y grandes. Esta es una de las razones por las que, según datos de la Cámara Nicaragüense del Pan, en la última década han “muerto” unas 40 pequeñas panificadoras, 20 medianas, y entre tres y cinco grandes, o sea un poco más de sesenta empresas de este tipo.

Pero no todos los planes de negocios relacionados con el pan están condenados a morir. A excepción de otros emprendedores, hace 15 años Rita Reyes y su esposo Roberto Vargas decidieron reescribir la trágica historia de la industria panificadora en Nicaragua, sin imaginar que la receta que incorporaron a su inicial plan de negocio serían tan perfecta que no solo les iba a permitir crecer a paso agigantado sino también que hoy están a punto de pisar tierras foráneas con sus productos elaborados a base de harina.

Cansados de consumir a diario el mismo pan simple artesanal y tras conocer la experiencia innovadora en otros países de Centroamérica, el matrimonio Reyes Vargas decidió apostar por una idea de negocio que hacía un buen tiempo le venía dando vueltas: abrir puntos de venta de pan recién salido del horno, llamados puntos calientes.

Abrir estos locales, sin embargo, sabían que no resultaría sencillo. Requerirían de una fuerte inversión, pero eso no los desanimó. Y tras hacer cuentas y atraer como socias a dos familias más, lograron reunir un capital semilla de 110 mil dólares, dieron el paso definitivo. Así nació y comenzó a gatear BuonPan, un término en italiano que en español se traduce: buen pan.

De entrada se contrató a 15 personas para siete locales, distribuidos en varios supermercados y hasta mercados populares (Iván Montenegro y Mayoreo) de Managua donde se instalaron puntos calientes.

“Eran días de locura”, recuerda Rita, quien tras dedicarse por años a administrar otros negocios ajenos, decidió cerrar ese capítulo de su vida profesional para emprender junto con su esposo el negocio que cambiaría el curso de sus vidas.

La clave inicial fue no sentir miedo a emprender. Fue el deseo de hacer algo distinto en el mercado panificador lo que empujó a este matrimonio a echar andar la idea, pese a que no tenían conocimiento sobre cómo se elaboraba el pan.

De lo único que estaban claros es que eran amantes de este alimento, el que nunca fallaba en la mesa. “Queríamos demostrar que en Nicaragua se podía hacer un buen pan y no que viniera una empresa extranjera a enseñarnos, esto se convirtió en un reto personal”, afirma.

Para superar la barrera del conocimiento, optaron por contratar a un experto en la fabricación de pan, se lo trajeron del exterior. Se comenzaron a elaborar cuatro tipos de panes, cuyo éxito de modelo de negocio llegó a oído de otras cadenas de supermercados, las que pidieron también tener ese tipo de puntos calientes, naciendo así Mi Pancito.

Durante el proceso de crecimiento, Rita tuvo días muy difíciles. No resultaba fácil supervisar cada uno de los puntos, “pasamos casi cuatro años que nos dábamos contra las paredes”, dice la emprendedora, quien debía lidiar con la administración del negocio y la llegada de su cuarto hijo.

Buscó asesoría. Desesperada por la manera rápida de cómo venía creciendo el negocio, llamó al director de la Escuela de Panificación de Panamá pidiéndole ayuda. Al llegar a Nicaragua, lo primero que le recomendó fue centralizar la zona de producción y eso implicaba repensar la forma en cómo se venía produciendo el pan y además cerraron los locales en los mercados, cuyo costo de operación era elevadísimo. De lo que estaban claros es que esa unificación de área de producción no debía sacrificar el sentido original del negocio: vender pan caliente.

Es así como esta empresaria comenzó a investigar sobre las tendencias a nivel mundial. Y fue como llegó a la fórmula de los panes precocidos congelados. “Es toda una tecnología que consiste en que nosotros horneamos el pan hasta cierto punto, es decir no le damos la cocción completa, lo congelamos y lo llevamos congelados a los puntos y allá nosotros lo terminamos de hornear”, explica.

Esto les ha permitido estandarizar la calidad de los panes que se venden bajo las tres marcas que ahora operan. La tercera es Rico y Saludable, que nació de su interés por seguir innovando y apostando por una nutrición más sana entre los nicaragüenses.

Rita, quien se declara amante de la cocina, asegura que ninguna receta en este negocio está terminada. Cada una está en constante evolución. Experimenta con uno y otro ingrediente hasta que logra un producto de alta calidad.

Su crecimiento es tal que en un principio procesaban veinte quintales de harina por mes y hoy son 800 quintales los que venden en productos. Y además, el menú de tipos de panes supera las cien variedades.

A medida que han crecido a través de la innovación constante, han creado las condiciones económicas para ir accediendo a préstamos, los que reinvierten en tecnología en su planta de producción. “No nacimos como empresa enorme, sino que a medida que íbamos creciendo íbamos invirtiendo”, dice mientras observa desde un vidrio en su segundo piso la planta procesadora de pan que hace 15 años vio nacer.

Ahora la vida ha llevado a este matrimonio a otro reto: saltar a los mercados internacionales, los primeros pasos para vender sus productos fuera ya están dados.

Contacto
Contacto: Rita Reyes, gerente general de Procinsa.
Teléfono: 2293-6321,
Dirección electrónica: [email protected]
Dirección del local: Kilómetro 10 y medio Carretera a Masaya, de la Gasolinera Uno, 450 metros al oeste.

 

 

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COMENTARIOS

  1. Hace 8 años

    Excelente reportaje. Felicitaciones a la familia Emprendedora, son un inspirador ejemplo.

  2. Economista Mundial
    Hace 8 años

    Una familia Emprendedora Nacional, nuestro apoyo como sociedad y como Nicaragüenses de consumir los productos nacionales de nuestros emprendedores compatriotas , orgullo de Nicaragua.ejemplos a seguir , hacer dinámica y fuerte nuestra economía como país.Nicaragua la futura potencia económica, comercial y social de la América Central.

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