Es un hecho demostrado con cifras: las políticas públicas ambientales de Nicaragua permiten que más árboles se corten y menos se planten.
Desde 2007 el Instituto Nacional Forestal (Inafor) promueve la Cruzada Nacional de Reforestación (CNR), plantando primero 12,000 hectáreas ese año y aumentando hasta alcanzar la actual meta de 20,000 hectáreas.
Sin embargo, en el informe de la CNR de 2007, Inafor expone que la tasa de deforestación de Nicaragua era de 70,000 hectáreas anuales.
Según han publicado medios oficialistas, entre 2007 y 2014 en Nicaragua se han reforestado 138,000 hectáreas, esto contrasta con las 560,000 hectáreas deforestadas que se estiman en ese mismo período, según el promedio establecido por Inafor.
Para este año Inafor planteó en el Plan de Buen Gobierno, distribuido por el Consejo de Comunicación y Ciudadanía, la plantación de 20,000 hectáreas nuevas, aunque en este documento no se detalla la ubicación de estas plantaciones o el tipo de árboles a sembrar.
Rosario Sáenz, directora ejecutiva de la Fundación para el Desarrollo Sostenible (Fundenic SOS), dijo que “el esfuerzo de la CNR no es combinado entre los sectores productivos de la nación, es decir, los dueños de tierras”.
Sáenz aseguró que “le han llamado cruzada a una acción voluntaria y aislada de la población, más urbana que rural.
Es un programa que se queda en el nivel superior de las estructuras sociales, entre la gente que está en la zona urbana. Si nos vamos a las zonas rurales donde están las fincas apenas se escucha de la CNR, es una propaganda”.
NO HAY DATOS ESPECÍFICOS
Un aspecto que Sáenz cuestionó fuertemente es la falta de datos específicos sobre la CNR. “Hasta ahora no existe un programa nacional que priorice zonas donde efectivamente hay mayor deforestación, como el Pacífico del país, cuánto se reforestó en zonas ganaderas, cuánto en bosque seco, es imposible que den esos datos, porque no están planificando a conciencia ni (con) seriedad”, afirmó Sáenz.
Asimismo, la directora ejecutiva de Fundenic SOS, sentenció que “si no hay un verdadero incentivo y trabajo en conjunto, es imposible que se pueda mantener o decir que estás ante un gran programa de reforestación nacional. Hasta hoy no hay ninguna garantía de que los árboles que se distribuyen llegan a un feliz término de al menos tres años de vida”.
En el último año diversas organizaciones no gubernamentales han venido denunciando un acelerado proceso sin control de tala en todo el país.
Por su parte, Raomir Manzanares, de la Asociación de Jóvenes Ambientalistas, aseguró que “estamos muy contentos de que el tema ambiental esté en la agenda política del país, eso es bueno, claro que no son temas muy alentadores, porque tenemos cifras de deforestación y tenemos cifras también de pérdidas (disminución) de caudales de ríos y de biodiversidad, no es halagador, pero es interesante porque los sectores de la vida pública están interesados”.
La Asociación de Jóvenes Ambientalistas es integrante de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), instancia de concertación social del sector forestal y que trabaja de cerca con el Inafor, institución de la cual su director, William Schwartz, fue separado del cargo.
560,000 hectáreas de bosque han sido deforestadas en el período de 2007 hasta 2014, según cifras estimadas del Instituto Nacional Forestal. Unas de las zonas más afectadas es la Reserva Bosawas.