Una gran indiferencia muestra la sociedad frente a la ola de accidentes de tránsito de nuestro país, que está dejando dos fallecidos por día y miles de discapacitados. Después de un traumatismo craneoencefálico (TCE) puede sobrevenir muerte o discapacidad.
¿Cómo llegamos a una CP? Después de un TCE resulta la CP con una frecuencia que va del treinta al noventa por ciento y los síntomas suelen iniciar una semana después y duran en promedio tres meses.
Con tres meses de síntomas no hay duda que se trata de una CP. Las lesiones de la cabeza y del cuello son frecuentes y producen varios síndromes de cefaleas, dichosamente la mayor parte de ellas son leves. Al parecer después del trauma se producen compresión de las neuronas o es el movimiento del cerebro dentro del cráneo o ambas cosas podrían explicar estas cefaleas.
Por otro lado, los traumas de la región cervical (nuca) como el que ocurre con el síndrome del latigazo, cuando chocan a nuestro auto por detrás pueden contribuir a provocar dolor. Para diagnosticar una CP tomamos en cuenta antecedentes y duración.
Puede comportarse como una cefalea tensional que las personas describen como una banda que comprime el cráneo, en especial al final de la tarde. Otra forma de presentación es parecida a la migraña en la que duele la mitad de la cabeza. Hay náuseas, vómitos y molesta la luz y sonidos. Lo más frecuente es una mezcla de ambas o patrón mixto.
Son más graves en personas de edad, en mujeres y cuando hay antecedentes de problemas psicológicos.
Es común que en un paciente con CP se presenten dificultades de aprendizaje y el estado de ánimo se vuelve inestable o irritable con serias dificultades de convivencia familiar, de pareja y laborales.
El médico internista sabe cómo manejar estos pacientes.
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