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Ahora que el Instituto Regulador del Transporte del Municipio de Managua (Irtramma) se propone modernizar el sector, debería de exigir tubos de escapes verticales. LAPRENSA/ARCHIVO

Buseros de Managua contaminan con emisiones de gases tóxicos

Unidades ya andan lanzando chorros de humo por sus escapes verticales, llenando la ciudad de gases contaminantes

A tres años que el Gobierno de Nicaragua terminó de renovar la flota de buses que conforman el Transporte Urbano Colectivo (TUC), no se ha logrado que los socios de las cooperativas cumplan con la normativa técnica de que el tubo de escape del automotor sea vertical y no horizontal, para evitar la contaminación con emisión de gases.

Una reciente publicación del Boletín Ecológico, de la Fundación Nicaragua Sostenible (Fundenic SOS) denuncia las unidades de transporte de fabricación rusa y mexicana contaminan el ambiente con cientos de toneladas anuales porque la mayoría operan a diario con el tubo de escape horizontal y sin ningún sistema de filtro que disminuya el impacto.

En la publicación se explica que tal situación pone en riesgo la salud humana porque el “hollín (que emana de los escapes) son “restos de plomo que causan cáncer y malestares respiratorios” y es absorbido directamente por las personas.

En Nicaragua incluso la Policía Nacional está facultada para multar a los conductores que anden en buses cuyos escapes son horizontales, pero sin argumento alguno no se aplican las sanciones.

EMPEZAR DE CERO

Al sacar de circulación los viejos buses amarillos del transporte público, las cooperativas exigieron que se anexaran tubos verticales, pero con los nuevos no ha habido tal interés porque los buseros consideran que al ser nuevos no contaminan.

En un primer momento, recién renovada la flota (835 buses) la exigencia de controlar sus emisiones de gases no cobraba fuerza porque no era tan visible el monóxido de carbono, pero la realidad ha cambiado y los buses al no ser revisados constantemente han empezado a contaminar más.

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