Cuatro hipótesis alrededor de quién o quiénes asesinaron a Andrés Cerrato Rodríguez, en Ayapal, departamento de Jinotega, serán presentadas por la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH) al Gobierno de Nicaragua.
Roberto Petray, miembro de la junta directiva de la ANPDH, durante una visita este fin de semana al municipio de Ciudad Antigua, en Nueva Segovia, reveló que las indagaciones apuntan “en primera línea” a que quien asesinó con saña y violencia a Andrés Cerrato fue Santiago Palacios, alias “Waina” en venganza por la muerte de seis miembros de su grupo, incluido su hijo Samuel, en un combate contra el Ejército de Nicaragua.
Santiago Palacios es identificado por Roberto Petray como un hombre que se armó, sin haber sido contra, por huir de las autoridades después de haber asesinado a su cuñado en el departamento de Boaco. Además es la persona que está imponiendo el terror en las comunidades de Ayapal, según el activista de la ANPDH.
Petray fundamenta su teoría con una cronología de los hechos que iniciaron el 10 de febrero cuando Palacios llegó a la casa de Cerrato, habitante de la comunidad de San Martín de Daca, obligándolo a que guiara a su grupo, donde iban tres jóvenes que llevaba amarrados a la comunidad de Wina.
Palacios le habría robado al productor hasta la limosna que recaudó en su iglesia, señala Petray.
Ante el obispo de Estelí, monseñor Juan Abelardo Mata, en Ayapal, en una reunión el 13 de marzo con unos cincuenta líderes de varias comunidades, Cerrato expresó a Roberto Petray los temores y zozobras que la comunidad vive dentro de un conflicto entre armados y autoridades militares y policiales.
Entre otras cosas, Cerrato mencionó al obispo Mata que el 16 de febrero efectivos del Ejército llegaron a su casa en tono amenazante y violento señalándolos, a él y a su hijo de 14 años, de prestar apoyo al grupo de Santiago Palacios.
“Los efectivos del Ejército le habrían dicho que si salían se atuvieran a las consecuencias”, agregó Petray.
Fue el 28 de febrero que en un combate en Ciriwas, Ayapal, contra el Ejército de Nicaragua, que mueren seis miembros del grupo de Santiago Palacios, entre ellos su hijo Samuel, quien fue enterrado cerca de Daca, frente a la propiedad de una familia de apellido Gutiérrez.
En su momento, Cerrato reveló a la ANPDH que Santiago lo llegó a buscar para que le ayudara a enterrar a su hijo y deshacerse de los otros muertos, entre ellos dos personas solo conocidas como Otoniel y Alfa. Las indagaciones de la ANPDH indican que Santiago Palacios en esa oportunidad advirtió que no quería ver a ningún maestro en cincuenta comunidad de Ayapal, tal como ya lo había hecho con los secretarios políticos, de lo contrario “se atuvieran a las consecuencias” y que la persona que lo había “bombeado” que pusiera “la barba en remojo”, refirió Petray.
Añadió que el 3 de marzo nuevamente le cae el Ejército a Cerrato. Tres días después, el 6 de marzo, matan a un delegado de la palabra cerca de Cantayawas, presuntamente porque fue a informar al Ejército “que era Cerrato el que trasladaba gente armada”.
El 13 de marzo, Cerrato y otros comunitarios ofrecieron sus testimonios ante la ANPDH sobre todas las amenazas y vejámenes recibidos de ambos lados.
El 18 de abril, Andrés Cerrato fue asesinado.
Las hipótesis de Petray
La número uno y según Petray la más contundente, es que Santiago Palacios asesinó “en la modalidad de sicariato” a Andrés Cerrato porque en más de alguna ocasión “este hombre, altamente dolido por la muerte de su hijo y con sed de venganza” dijo que el único que sabía dónde se movilizaba su grupo era el productor ya citado.
La segunda hipótesis para la ANPDH es que un armado de apellido Mairena, que había desertado hace un año del grupo de Palacios, tras considerar su alto nivel de vandalismo y actividad en el narcotráfico, volvió a armarse después de que le asesinaron a su hermano y culpó del hecho “a todo lo que se mueve alrededor de Palacios, inclusive al mismo Cerrato”.
Una tercera hipótesis tiene que ver con cinco personas, presuntamente secretarios políticos del FSLN (cuyos nombres se los reserva la ANPDH) que supuestamente fueron obligados a salir de la zona por amenazas de Santiago Palacios y que han regresado encapuchados para vengarse del grupo de Santiago Palacios, matando a Cerrato, a quien lo ubican como miembro del grupo de Palacios.
“No descarta al Ejército”
La cuarta y última hipótesis que será escrita en un informe que presentará la ANPDH al Gobierno de Nicaragua, es que “no descartamos que efectivos del Ejército de Nicaragua hayan tenido que ver en la muerte de Andrés Cerrato”, reveló Roberto Petray, miembro de la junta directiva de esta instancia de los derechos humanos.
“Demandamos del Gobierno que investigue la actuación de Santiago Palacios, porque tiene en zozobra a la comunidad de Ayapal… nuestras investigaciones van girando alrededor de que él asesinó a Cerrato”, dijo Petray.
Cerrato temía al Ejército
LA PRENSA logró entrevistar a Andrés Cerrato en marzo del año en curso y el campesino denunció su temor a las amenazas del Ejército de Nicaragua, ya que había sido amenazado de muerte bajo la acusación de pertenecer a bandas rearmadas que protestan contra el Gobierno de Nicaragua en las montañas.
Un mes después fue torturado y asesinado brutalmente, sin que las autoridades correspondientes, Ejército y Policía Nacional, revelen las investigaciones del caso.
A Cerrato le cortaron la lengua, le quebraron los brazos, le hirieron con armas blancas y finalmente lo acribillaron.