La persecución por parte del Ejército denunciada por familiares de Enrique Aguinaga, apodado “Invisible” y, denunciada a LA PRENSA fue conocido el viernes 6 de abril por el secretario ejecutivo de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), Marcos Carmona, a través de promotores de esa organización en Matagalpa.
“Hay un hostigamiento”, manifestó Carmona que conocieron sus promotores de parte de los familiares de Aguinaga, ejecutado el 28 de abril en Palancito, Río Blanco. Pero, aclaró, que los parientes de Aguinaga no quisieron hacer una denuncia formal pues la situación por la que atraviesan ha provocado que desconfíen de toda persona, por el temor de que “hayan infiltrado gente”.
Hasta ahora no hay una versión oficial sobre estos señalamientos de parte del vocero del cuerpo castrense, coronel Manuel Guevara Rocha.
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La presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez, criticó esta situación pues recordó que “la pena no trasciende a la persona del reo”.
“Es un testimonio valiente de los parientes de (Enrique) Aguinaga, claro que para ellos la denuncia es un mecanismo de defensa, pero al mismo tiempo también tienen el valor de denunciar y queda completamente claro de que hay en el norte una persecución de tierra arrasada”, sostuvo la presidenta del Cenidh.
Recordó la defensora de derechos humanos que si una persona es responsable de un delito ni las autoridades judiciales ni las policiales, mucho menos el Ejército, que no tiene facultades para buscar delincuentes “como ellos lo llaman”, puede perseguir a sus parientes, como sucede actualmente con este caso de Aguinaga.
El representante de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos, Álvaro Leiva Sánchez, cuestionó que esta situación sea denunciada por la familia del fallecido, mientras las autoridades ni siquiera se han preocupado por investigar lo sucedido en esa comunidad de Río Blanco.