El porcentaje de participación de Luis Manuel Galeano (22 goles), Carlos Chavarría (19) y Samuel Wilson (12) en los goles del Real Estelí aumentó dos por ciento en la semifinal. El tridente estuvo involucrado directamente en siete de los ocho tantos clavados al Diriangén sumando entre los tres 53 de los 97 tantos del Tren del Norte en la temporada 2015-16 de Primera División.
Otoniel Olivas parece haber encontrado la forma de hacer más rentable su contundente delantera con la verticalidad, una idea de juego que el tridente ha interpretado a la perfección en el partido de vuelta de la semifinal del Torneo de Clausura de Primera División y cuyo estilo seguro lo utilizará en la Final siempre y cuando se le presenten las condiciones ante un Ferretti que se destaca por sus acertados planteamientos tácticos.
El Tren del Norte se caracteriza por someter a su adversario adelantando sus líneas de juego e instalándose con balón dominado en el campo contrario en la búsqueda del espacio para filtrar el balón. O bien procurando tener superioridad numérica por las bandas para desbordar y centrar en busca del remate de los jugadores que llegan al área. Pero nada de eso hubo el sábado en la histórica humillación sobre el Diriangén.
Los estelianos apostaron por un futbol más directo, de transiciones rápidas con su tridente como gestores participando directamente en cinco de los seis goles. Con tres toques o menos estaban en el área contraria o en posición de tiro como en el 1-0 de Galeano quien recibió un pase desde atrás y con espacio sacó un potente remate desde 20 metros aproximadamente.
El patrón de la jugada del 2-0 fue similar al 1-0: balón enviado desde la defensa del Estelí a la espalda de los centrales que Chavarría ganó en velocidad y definió acertadamente ante la precipitada salida del portero Brandon Mayorga. Los dos goles muestran una conducta de juego inusual en los norteños que solo practican como recurso en diferentes situaciones, no como estilo, algo que sí hizo porque se repitió en todo el desafío en el cual llevaba la ventaja desde la ida.
Wilson y Chavarría, sobre todo, procuraron quedar constantemente el uno contra uno para explotar su técnica y velocidad. Chavarría recibió más veces que Wilson el esférico en posición de individualizar la acción sin llegar a ocasionar un gran daño, sin embargo se miró la intención de buscar a uno u otro con frecuencia en un pase largo a partir de un robo o recuperación del balón quedando plasmado en el quinto y sexto gol.
En el 5-1, Chavarría atendió un pase filtrado, se marchó en velocidad superando la presión de dos marcadores y definió con gran calidad de “sobrerito” una vez que engañó con una finta al portero Mayorga. El 6-1 se originó de un pase largo desde la defensa que Wilson prolongó en una jugada individual, su centro pegó en el pecho de Erick Téllez y entró en la red.
AUTOGOLES
Los únicos goles que no procedieron de transiciones rápidas o contragolpes fueron el 3-0 o 4-0, ambos autogoles, porque se originaron a partir de un error en la salida, en la cual estuvo involucrado el tridente y una proyección de mayor elaboración por la banda, respectivamente.
En reiteradas ocasiones se notó al tridente solo arriba dando la impresión de que el equipo estaba partido en su esquema pero estaban dejando espacios entre las líneas para que Galeano, Chavarría y Wilson maniobraran solos o entre ellos. El Tren del Norte parece haber encontrado la forma de hacer más rentable su poderoso trío ofensivo.