Cada vez se relaja más el protocolo de indumentaria para asistir a una boda, pero hay ciertas normas que no se pueden pasar por alto. Para elegir el modelo es importante ceñirse a las indicaciones de etiqueta que se indiquen en la invitación.
Si no existieran esas coordenadas, se debe tener en cuenta dónde y cuándo se celebra y el horario, mañana, tarde o noche.
“A partir de las siete de la noche no hay una etiqueta femenina. La etiqueta la marca el hombre y la mujer debe ir vestida en correspondencia con lo que marca la etiqueta masculina”, explica Miguel del Amo, especialista en protocolo social y etiqueta.
DE DÍA
Si se trata de una boda de mañana, lo correcto es un vestido corto, de colores suaves y telas sencillas. También se puede optar por lucir un mono o unos pantalones. Se debe huir de los tejidos suntuosos, lentejuelas o brillos.
Queda prohibido ir vestida de blanco o beige, colores exclusivos de la novia, ni lucir gafas de sol, salvo que sea una boda al borde del mar.
Se deben evitar las lentejuelas y las plumas, adornos más propios de los vestidos de noche.
“Si se decide vestir un abrigo o levita a juego con el vestido, el largo tiene que ser el mismo, nunca debe quedar a diferente altura”, advierte del Amo.
El vestido de día se puede acompañar con tocado o pamela, pero su tamaño se irá reduciendo según va pasando el día. Por la mañana, se admite cualquier tamaño, por la noche no, solo tocados o adornos en el cabello.
POR LA TARDE
En cambio, si es una celebración de tarde-noche, el vestuario cambia, se puede optar por vestido de cóctel o por un modelo largo, en colores más oscuros.
Para las bodas de tarde se puede elegir un vestido de cóctel “más elaborado y más trabajado que el corto”, detalla el especialista, quien asegura que “el largo del traje debe ser hasta la rodilla, e incluso puede bajar un poco más y cubrir hasta media pierna”.
A diferencia del vestido de día, el de cóctel tiene mayor riqueza, “es decir está elaborado con tejidos más suntuosos, como la gasa, la seda o el tul, y que además puede estar realzado con encajes, cristales o abalorios”, cuenta Miguel del Amo.
Tocados y sombreros no están admitidos. “La cabeza despejada, sin cubrir”, dice del Amo, pero si se desea lucir algún adorno en el cabello, “mejor discreto”, aconseja, a la vez que asegura que “los sombreros están totalmente prohibidos en el cóctel, solo se pueden lucir hasta la cinco de la tarde, minutos después, este vistoso complementos está fuera de horario”.
A la hora de elegir el modelo, lo más correcto e importante es atenerse a la decisión y deseo del anfitrión, “que lo más normal y habitual es que lo indique en la invitación, ‘señores traje oscuro, señoras traje de cóctel’”, cuenta del Amo.
Ahora existen bodas en la que los novios deciden cómo deben vestir los invitados. Por ejemplo, vestido en blanco y verde y con estética caribeña.
Salvo que no se especifique, el vestido largo está indicado para los actos que requiera “rigurosa etiqueta o etiqueta negra, evento al que los señores deben acudir con esmoquin”, asegura el especialista en protocolo social y etiqueta.
Si en la invitación no indica ninguna etiqueta, se debe elegir el modelo en función de la hora y del lugar.
Ante cualquier duda, “lo mejor es consultar con los anfitriones el tipo de vestimenta que llevará el resto de invitados”.