Hoy 12 de mayo se celebra el Día Internacional de la Enfermera en honor a la enfermera italiana, Florence Nightgale, nacida en Florencia en el año 1820 y formada como enfermera en Inglaterra, la cual organizó en los campos de batalla, en la guerra de Crimea en 1884, la atención a los heridos, siendo la primera mujer en Inglaterra a quien se le otorgó la Orden del Mérito por Eduardo VII.
En esta fecha también se recuerda a Virginia Handerson, creadora del modelo conceptual basado en las 14 necesidades básicas del paciente; a Dorotea Oreum, fundadora de la Teoría del Déficit del Autocuido y a Jean Watson, encargada del desarrollo de la “Teoría del Cuido Humano”, todas ellas mujeres excepcionales que antepusieron el cuido del enfermo antes de sus propias vidas.
Ordenando entre mis documentos la sección de artículos publicados en el diario LA PRENSA, me encuentro con varios de ellos; dedicados a este grupo de mujeres y hombres que escogieron esta noble profesión, al preguntarme por qué he escrito tanto de ellos la respuesta es sencilla: mi admiración por estos profesionales es inmensa y mi agradecimiento como médico, paciente y familiar de pacientes es similar a la que sienten muchos lectores de este prestigioso medio.
En nuestro país la necesidad de enfermeras y enfermeros es muy grande y la preparación académica no es la mejor, los centros académicos que imparten esta carrera deben de hacer un esfuerzo por ofrecer un nivel de educación acorde a los avances de la medicina, a las exigencias de los hospitales que han obtenido acreditaciones internacionales, a la presencia de pacientes procedentes del turismo médico que provienen de países con un nivel de medicina de primer mundo, pero sobre todo ofrecerlo por el bienestar que merece cada nicaragüense, no podemos equivocadamente creer que la preparación de nuestro personal de enfermería debe de ser para hospitales de recursos limitados donde las exigencias y los estándares de calidad no son los óptimos. En el mundo de la salud se dice claramente: “Que a mejor cuidado, mejores los resultados y es mejor la experiencia del paciente”. El personal de enfermería tiene relación directa con esta frase, ya que son ellos los que están en mayor contacto con el paciente.
En mis 33 años como médico he tenido la bendición de encontrarme con enfermeras y enfermeros excepcionales, en los diferentes hospitales y lugares donde por situaciones de la vida me ha tocado estar. Con el tiempo olvidando algunos nombres pero nunca un especial gesto y sobre todo su dedicación, algo que me duele por que son nombres que uno no debe de olvidar, de personas que han entregado todo con tanto amor por los demás con la única recompensa del deber cumplido, de la sonrisa del sanado, de la esperanza del desahuciado, del consuelo de el que parte para siempre.
En ocasiones me ha tocado ver que son ellas y ellos los que acompañan a la hora de morir a aquel paciente que está solo, ya sea por que llegó solo al ser una emergencia, o por que la familia lo dejó en el hospital o por que en el hospital público no era la hora de visita. Lo último que millones de pacientes en el mundo han visto antes de morir ha sido el rostro de una enfermera compasiva y solidaria.
Quiero desearle un feliz día o mejor una feliz vida a todas aquellas enfermeras y enfermeros que laboran en todos los rincones de nuestra amada Nicaragua, haciendo lo que les dice su corazón y lo que les fue transmitido… darlo todo por los demás.
El autor es cirujano pediatra.
Twitter: @DraAayon