14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
Eduardo Enríquez

El horror al voto

A menos de seis meses de las elecciones generales el panorama es sombrío, no voy a repetir los detalles acá, todos los días alguien los enumera en las páginas de este periódico o en las redes sociales. La situación es tal que la conclusión de muchos se resume en frases como: “No votaré de todas maneras se van a robar mi voto”.

Lo triste es que esa es la reacción que el orteguismo quiere que tengamos. Al tomar esa actitud el orteguismo está logrando que su plan se cumpla.

En mi libro, Muerte de una República (2012) hay un capítulo titulado Los fraudes, el mecanismo para destruir la confianza; allí me hago la pregunta ¿por qué era tan importante —ya desde antes del 2006— para el orteguismo desacreditar el voto? En el mismo capítulo respondo.

Porque le representaba una barrera que le resultó insalvable en 1990, en 1996, en 2001 y solo pudo superarla en 2006 por dos factores: la reducción al 35 por ciento del porcentaje para ganar una elección y la división del PLC, provocada por el pacto y la terquedad de Arnoldo Alemán de manipular las candidaturas en su partido (pág. 174).

Luego escribo: “El orteguismo examinó, estudió y analizó (los resultados de las elecciones desde 1990) para entender que la victoria del 2006 se debió a causas circunstanciales y no a que el FSLN había conquistado votantes”. Por eso debía destruir la confianza en el voto.

El sandinismo en 1990 obtuvo 40.8 por ciento; en el 96 el 37.8 por ciento; en 2001 el 42.2 por ciento y en 2006 el 38 por ciento. Por su parte, la opción no sandinista obtuvo el 54.7 por ciento en 1990; el 51 por ciento en 1996; el 56.3 por ciento en 2001 (ver Catálogo Estadístico de Elecciones editado por Ipade, publicado en febrero de 2008).

Es evidente que para Daniel Ortega y el orteguismo el voto libre contado de manera transparente es como la cruz para el diablo, y como lo sabían, hicieron todo lo posible no solo para desarmar el voto no sandinista, sino destruir la confianza que el nicaragüense tenía en su voto. No olvidemos que sumadas las dos ofertas liberales en 2006 sacaron el 55.4 por ciento, eso sin incluir que nunca se contó el 8 por ciento de los votos.

Analizar en 2012 lo que sucedió en 2006 es chiche, dirán algunos, pero lo que prueba que sin duda el orteguismo conocía al dedillo su problema y sabía que su mayor enemigo era el voto queda plasmado en una columna que escribí el 21 de octubre del 2006, unas dos semanas antes de las elecciones, titulada Cómo burlar la voluntad ciudadana, en la que enumero que para entonces el orteguismo —ya en control del CSE— había tomado seis medidas para garantizarse el fraude en caso de que los votantes emitieran sufragio masivamente (Muerte de una República, pág. 182).

Este recuento que hago ahora no es para seguir señalando culpables dentro de la oposición, sino para que nos demos cuenta del poder del voto y el horror que el orteguismo le tiene. Es cierto, actualmente la votación puede ser manipulada porque Ortega controla el Consejo Supremo Electoral, porque se ha garantizado que no habrá observación y se ha asegurado que la oposición se presente debilitada.

Pero ¿qué sucederá si no salimos a votar? La respuesta tiene dos partes: una, un fuerte abstencionismo resulta en una victoria arrolladora del orteguismo, lo que garantiza que el absolutismo, las arbitrariedades, los abusos y la corrupción van a aumentar; y dos, que la olla de presión sin válvulas de escape en la que el autoritarismo mete a la sociedad solo producirá inestabilidad económica y social en el mediano plazo. Eso es seguro.

Muchos podrán decir que su voto no hará la diferencia “si de todas maneras se lo van a robar”, pero ese voto lo tendrán que contar. ¿Podemos quedarnos tranquilos viendo cómo el abuso y la arbitrariedad se entronan y nos dirigimos al despeñadero —aunque para algunos el paisaje por el momento parezca paradisíaco— sin siquiera depositar un voto para dejar sentada una silenciosa protesta? Como ciudadanos tenemos responsabilidades, asumámoslas.

Twitter: @guayoperiodista

Opinión #EleccionesNi2016 voto archivo

COMENTARIOS

  1. jose m. fernandez.
    Hace 8 años

    Han notado q’ existen países en donde las votaciones pasan de manera hasta silenciosa,y mas bien es una festividad cívica,esos son pueblos con un grado de civilización superior.Nuestro grado de civilización políticamente es bien inferior,y guiado por gente políticamente inferiores,todavía estamos en épocas feudalistas de los caudillos, y de dictadorcitos,va a pasar mucho,mucho tiempo para ver una verdadera votación políticamente cívica en nuestro país,y estoy hablando de siglos,y no de años

  2. ramon
    Hace 8 años

    Todo lo dicho es correcto,pero debo aclarar q’en Nicaragua igual q’en CA casi nunca ha habido Republica,despues de la independencia,lo q’nos quedo fue una copia,fotografia,del estrato economico de Espana,estoy hablando de la estructura economica,logicamente quedamos navegando a mar abierto con nuestros pocos recursos q’eran muy limitados,vino la epoca del desencanto,la cual no trajo ningun cambio socioeconomico,como q’nos quedamos parados en el espacio y tiempo,cambiaban solo personas en el poder,quien trato de hacer cambio fue el Presidente Jose Santos Zelaya,pero encontro una fuerte resistencia y oposicion en el exterior,la cual le costo el puesto y el destierro,despues la historia es conocida:presidentes nombrados,ejercitos extranjeros,Benjamin Zeledon,Sandino,Somoza,el FSLN,con certeza te puedo decir,q’a lo largo de todo ese tiempo desde la independencia,henos estado ocupados de todo,menos de la construccion de la Republica y por supuesto hemos estado desorientados,despistados o simplemente no habia tiempo para ocuparnos de la economia.

  3. Miguel Angel
    Hace 8 años

    Me parece acertado el articulo, difiero en los dos elementos queda el señor Henríquez, cuando menciona la terquedad de Arnoldo Alemán, dejando toda la responsabilidad a el, se nota que se parcializa a favor de Eduardo Montealegre, los dos Alemán y Montealegre son los grandes responsables de que tengamos semejante lapida encima, si tan solo tuvieran el sentido común de entender que si van juntos, no unidos, a las elecciones, el FSLN se va del poder, en cuanto al 35% por ciento es discutible, usted se dice generador de opinión, pero mas bien percibo que con sus comentarios, alimenta la desunión existente en la oposición, en la que sin duda usted es un miembro prominente.

  4. Pensador
    Hace 8 años

    Excelente articulo del Sr. Henriquez, yo lo que le agregaria es que la oposicion tiene que INSISTIR en o mejor dicho EXIGIR que se utilizen CAJAS TRANSPARENTES como las que se usaron en Argentinas en las posadas elecciones. Solo hay que pedirselas prestadas al Sr. Macri y devolverselas despues..! Con esto no digo que no se las van robar, pero por lo menos va a ser un obstaculo para Robertito que les va a complicar el robo, pues no van o a poder poner las urnas cargadas como casi seguro lo Han hecho..!! A EXIGIR URNAS TRANSPARENTES..!!!

  5. Ruddy Bravo
    Hace 8 años

    Muy acertado articulo. La estrategia para dicha desacreditación del voto es sistematica e implacable. Amen del control de los medios tradicionales es abrumadora la presencia de un ejercito de infiltrados en las redes sociales, con perfiles falsos. Esto tambien se aplica a cualquier candidato o propuesta creíble y no hay quien los detenga. Este problema fué detallado en un articulo de LaPrensa hace algun tiempo.

  6. Edmund Dantes
    Hace 8 años

    Un excelente argumento para forzar la obligacion ciudadana de quien apoya la Democracia. No porque un ladron quiera entrar a tu casa le vas a abrir la puerta a hacerselo facil…!

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí