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Álbum. Poesía de Jorge Eliécer Rothschuh

Tengo en casa un retrato de mi madre con un mensaje a su esposo: “Regresa pronto. Solo tuya. María Elba”. Mujer de pocas palabras creo que escribió mucho.

En memoria de María Elba Villanueva

1

Tengo en casa un retrato de mi madre

con un mensaje a su esposo: “Regresa pronto.

Solo tuya. María Elba”. Mujer de pocas

palabras creo que escribió mucho.

Su imagen bastaba para amedrentar a la fiera. Mi padre

la enmarcó y la fijó en la pared del dormitorio.

Así vivió vigilado por el amor primerizo,

el resplandor de una muchacha de 22 años.

En ella prevalecen sus ojos y la caligrafía exacta

para entender la espera del romance.

Muy tarde percibí en esa foto

el peligro mortal de su belleza.

2

Si entraras por alguna puerta de la noche

o sales por esa misma brecha ¿estas perdida?

Una señal, un surco sobre la tierra no es abismo

descrito torpemente sobre la superficie

sigilosa de la historia.

Ninguna salvación oculta el universo, (el universo

nunca oculta alguna salvación) siempre la luz

en tu ausencia continuará entibiando vuestro lecho.

Las sombras de la fe obstruyen

a quien desea penetrar al cielo sin peaje.

Indulgencia. ¡Ay! Garrancho y fierro.

Moldura herrada del paraíso en la carne

del que ahora muere.

3

Canta un gallo y la noche es la misma;

picotean las madrugadas hasta desaparecer

las estrellas.

¿Alguna vez el oído observó con más claridad

las hilachas del día? El misterio

nos concede otra noche en quien sospechar.

4

Baja de tu alcoba a tocar las flores del jardín,

el sol sea cada mañana. Pétalo y mano aproximen

cantos del cenzontle, aguas primaverales,

arrullos multiplicados. Oye lo que puedas oír

y mira lo que debe poseer tu mirada.
 Tu casa

acoja los días visitantes, el bullicio afanoso de la calle.

Goza con voluntad lluviosas noches, la fracción

del rayo sobre el cielo. Que cada madrugada

te despierten los versos de tu esposo siendo tuyo.

5

Quedó el polvo y la herrumbre del ford

en el zaguán, hijos y palabras heredados

a la viuda Berta Suárez.

Fotos tiesas y sombras atraviesan la calle.

Todo lo puedo olvidar

menos esos ojos que seguirán viviéndonos.

La costumbre de habitar algún sueño,

la verdad de seguir otros cielos, la fortuna

de encontrar esos nombres, ruinas

que merecieron encontrarse.

6

Mi estoicismo se reduce a poca virtudes

alejadas de los diez mandamientos y los

siete pecados capitales. ¿Estas variables

pueden crear vacuidad espiritual

o negación en la existencia? Mi vida se reduce

al día de hoy, a un poco de estrellas

en éxtasis capaz de engendrar este instante

celebrado por mi madre: ¡Jorge Eliécer ven!

Sé que existo . Su voz me despierta

cada mañana si el sol la deja respirar.

Cultura álbum Poesia Nicaragua archivo

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