Todo parecía ir bien, hasta que de pronto ocurrió lo inesperado: Jonathan Loáisiga se ha lastimado el codo y tendrá que someterse a una cirugía, a una Tommy John.
Después de verlo lanzar a velocidades no comunes en el país (94-95 millas MPH) Loáisiga atrajo la atención de varios equipos y los Yanquis decidieron firmarlo.
Fue a Dominicana y de ahí fue prestado para lanzar con el equipo de Nicaragua en el Preclásico. Fue de los pocos que lució bien en Mexicali y tras volver a Quisqueya, se le transfirió a Tampa, Florida.
En Tampa lanzó en el entrenamiento extendido y no lo pudo hacer mejor: 0-0 y 1.92 en 19 innings, con dos bases y 21 ponches. Su velocidad alcanzó las 96 millas y su curva se puso filosa.
Los Yanquis lo enviaron al Charleston Dogs River, nivel Clase A, pero después de dos innings fuertes, su velocidad decreció de 94-95 a 88, por lo que fue retirado de la colina y sometido a exámenes. Una resonancia mostró lo peor.
“Tengo tendón roto”, me dijo Loáisiga, mientras indicaba que viajará a Nueva York, donde se le practicará la cirugía que hizo famosa el zurdo de los Dodgers y los Yanquis (Tommy John) en los años setenta y ochenta.
La cirugía consiste en la reconstrucción de tendones y ligamentos de un brazo con los del otro brazo o una pierna, que están en perfectas condiciones. Es un procedimiento cada vez más común y más exitoso.
Concebida por el doctor Frank Jobe, la operación puede tomar entre 60 y 90 minutos, pero la rehabilitación requiere de al menos un año de mucho trabajo.
Stephen Strasburg, José Fernández, Adam Wainwright, Michael Pineda, entre otros tantos, regresaron con éxito de esa cirugía. A nivel local, Gonzalo López, Omar Varela y Francisco Valdivia se la realizaron.