MAL CUENTO
Y un día Daniel Ortega se subió a la cima del Mogotón, extendió su mano y dijo: Hágase la luz. Y la luz se hizo. La Nicaragua que vivía en la oscuridad volvió a brillar, nunca más faltó la luz en los hogares nicaragüenses, los empresarios fueron felices porque sus empresas comenzaron a trabajar ininterrumpidamente, y los niños salieron a las calles a jugar y cantar de noche porque la luz había vuelto al reino, mientras el malo, el señor de la oscuridad, Enrique Bolaños, se retiraba derrotado. Este es un cuento. Pero solo eso: un cuento. Y un mal cuento.
NEGOCIADO
Es que a esta historia le falta mucho. En realidad este no es un cuento, es un novelón. Aquí hay mentiras, crímenes, robo, y sorpresas dramáticas: ¡los buenos de la historia siempre fueron los villanos! Es que tras el mil veces repetido argumento de que “Daniel Ortega terminó con los apagones de los 16 años neoliberales” vive uno de los mayores negociados de los que se tenga historia en Nicaragua. Somoza, Arnoldo Alemán y Byron jerez, para decir algunos ejemplos, son aprendices a la par de Daniel Ortega.
ALBA PIÑATA
Veamos algunos ejemplos. A finales del 2006, Venezuela donó cuatro viejas plantas generadoras a diesel al Estado de Nicaragua para resolver en parte el grave problema de falta de energía que efectivamente se vivía. Esas plantas “donadas” aparecieron luego a nombre de Albanisa y todavía las estamos pagando. En el 2009, Taiwán donó otras dos plantas al Estado de Nicaragua y… ¿Ya se imaginan lo que ocurrió? Sin explicación alguna aparecieron también a nombre de Albanisa. Y no solo lo que era nuestro lo hicieron de ellos, sino que hicieron leyes para que, sin usarlas, les tengamos que pagar por ello. Hay más. Mucho más. Los invito a leer los trabajos que LA PRENSA ha publicado sobre este tema. En resumen, usaron al Estado que administraban para quedarse con las donaciones, sacar a los competidores, recetarse leyes que les dan ventajas, usar los recursos públicos para cubrir sus costos, y crear un monopolio que nos tiene, hoy por hoy, pagando la energía y los combustibles más caros de Centroamérica. Y todavía nos preguntamos por qué llega tan alto el recibo.
MANIATADO
Y no es que quiera desconocer los apagones que se vivían. Tampoco desconocer que ahora ya no hay racionamientos. Lo que digo es que la historia está mal contada y que Daniel Ortega, el que supuestamente rescató a Nicaragua de la oscuridad, es también responsable de esos apagones porque cada vez que Enrique Bolaños quería resolver el problema le maniataban las manos para no hacerlo. Fíjese que en el 2006 Bolaños quiso traer una barcaza para generar energía eléctrica. La Contraloría, manejada por los sandinistas de Ortega y los liberales de Alemán, no lo dejó bajo el argumento de que Bolaños no podía hacer una contratación directa sin permiso de la Contraloría. Un permiso que por demás no estaban dispuestos a dar. Ese mismo año Ortega ganó las elecciones y a los pocos días trajo las plantas donadas por Venezuela, sin siquiera avisarle a la Contraloría, que en ese caso no se dio por ofendida porque su presidente de entonces alegó que lo importante era resolver el problema de los apagones. ¡Qué tal!
EMPRESARIO
Daniel Ortega y su gente tienen todo el derecho a ser empresarios, como lo tiene cualquier nicaragüense. Ese no es el problema. El problema es que usen los bienes del Estado como capital inicial, que usen al Estado para eliminar competencia, que promulguen leyes para que se beneficien sus negocios y finalmente que nos obliguen a pagar los más altos precios para ellos obtener las mayores ganancias. El problema es que vivimos en una gigantesca especie de “Rata”, como se le llamaba a las “comisariatos” en las antiguas haciendas donde los trabajadores estaban obligados a comprar y endeudarse sin poder hacerlo en ninguna otra venta. Al precio que el finquero quería. Un negocio a costillas de los más pobres. Ese es el problema.
OPOSICIÓN
Lo que yo no logro entender es cómo personas conocedoras de todo este asunto, apañadoras, de esas que en cantidad de ocasiones han dicho sentirse a gusto con este gobierno y las cosas que hace, que han sacado ventajas de ello, sean quienes quieran dar lecciones de cómo debe ser la oposición que debería cambiar este estado de cosas en Nicaragua. ¿Oposición para que todo siga igual es lo que quieren? No le encuentro lógica.