Este sábado se cumplen dos años de que los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) le entregaron al presidente inconstitucional Daniel Ortega, el documento “En Búsqueda de Nuevos Horizontes, para una Nicaragua mejor”. Hasta hoy Ortega guarda silencio.
En el documento del 21 de mayo de 2014, los obispos le exponen a Ortega los problemas políticos, sociales y económicos de la nación.
Báez recuerda que en el encuentro con Ortega, le pidieron al mandatario comprometerse a garantizar un proceso electoral transparente este año.
“Los obispos pedimos al presidente que diera su palabra de honor para que este año se realizaran elecciones transparentes, honestas y con observación nacional y extranjera. Esta exigencia sigue siendo fundamental para la estabilidad nacional, pues un fraude electoral desencadenaría una situación de violencia y confrontación que nadie quiere que se produzca”, advierte el obispo Báez.
Sin embargo, Báez reconoce que “ciertamente el gobierno no ha atendido casi ninguno de nuestros planteamientos”, lamenta monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua.
El encuentro entre los jerarcas católicos y Ortega se realizó en la residencia del nuncio Fortunatus Nwachukwu.
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La vida nacional se sigue caracterizando por un modo de gobernar autocrático y autoritario, por la supremacía de los intereses personales o partidarios por encima de los intereses nacionales…”. Monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua
SIN VOLUNTAD DE ESCUCHAR
Dos años después del encuentro con el mandatario, el obispo Báez sostiene que Ortega gobierna de forma autoritaria y no muestra voluntad por resolver los problemas que se le señalan en el documento.
“La vida nacional se sigue caracterizando por un modo de gobernar autocrático y autoritario, por la supremacía de los intereses personales o partidarios por encima de los intereses nacionales, por la intolerancia como conducta política y por la incapacidad de afrontar y resolver en modo eficaz los graves problemas sociales y económicos que padece la gente”, reflexiona el prelado.
“Lamentablemente muchos de los problemas enunciados en la carta del 21 de mayo de 2014 subsisten y algunos se han agravado. El desempleo sigue siendo alarmante, el costo de la vida crece continuamente mientras unos pocos individuos y grupos de poder siguen enriqueciéndose sin medida”, advierte Báez.