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María Angelina Gómez Ortez, hija del general Miguel Ángel Ortez. Sus hijos la describen como dulce, amable, conversadora y cantante. Ella se define como “llorona”. LA PRENSA/ J. FLORES

Hija del héroe Miguel Ángel Ortez, madre de un mártir

María Angelina Gómez Ortez creció sin su padre, pero está orgullosa de ser hija del guerrillero sandinista Miguel Ángel Ortez. De lo que no le gusta hablar es de la muerte de su hijo Marió José, cumpliendo el Servicio Militar Patriótico (SMP).

María Angelina Gómez Ortez creció en los años treinta del siglo pasado, escuchando que le decían “la hija del bandolero”. En ese momento no lo entendía, no sabía qué era un bandolero.

La madre de María Angelina, Fidelia Gómez Aguilar, tenía que mentir para evitar que la Guardia Nacional de Anastasio Somoza García las matara a ambas. María Angelina nació blanca, rubia, ojos azules. Su mamá, cuando no decía que era hija de uno de los marines que estuvieron en la zona combatiendo contra Sandino, decía que era hija de un hombre también blanco, llamado Guillermo Vargas.

La verdad era que María Angelina fue el fruto de la unión de su madre con uno de los jefes guerrilleros de Sandino, el también general Miguel Ángel Ortez, a quien Somoza García le llamó “el cabecilla de la melena rubia”, en su libro El verdadero Sandino o El calvario de Las Segovias.

Miguel Ángel Ortez
El general Miguel Ángel Ortez en una imagen que aparece en el libro de Anastasio Somoza García. LA PRENSA/ REPRODUCCIÓN

“Me contaba mi mamá que ella tenía dos hijos de su primer marido. El esposo de ella (Tito Aquilino Matute González) se fue para Honduras cuando la guerra de los liberales y los conservadores, y ella quedó sola. En la guerra de Sandino mi papá andaba por ahí y la conoció”, explica María Angelina sobre la forma en que se unieron sus padres.

“SI ES MUJER LA VAN A APRECIAR”

A María Angelina le dejaron de llamar la “hija del bandolero” cuando un sacerdote de Palacagüina, donde ella cursó sus primeros años de escuela, comenzó a aclararle a la población que el padre de ella no era un “bandolero” sino un “defensor de la soberanía nacional”, según los recuerdos de ella misma.

María Angelina nació el 2 de agosto de 1931, en Cuje, Totogalpa, Madriz. Menos de tres meses antes, el 15 de mayo, había muerto su padre, el general Miguel Ángel Ortez, luego de que una noche antes, al mando de una columna guerrillera sandinista, había atacado el Cuartel de la Guardia Nacional en Palacagüina.

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Antes de morir, Ortez le decía a Fidelia Gómez, que estaba embarazada: “Si es varón y yo muero, él va a vengar mi sangre, pero si es niña, en todas partes donde se den cuenta que es hija mía, la van a apreciar”. “Así me ha sucedido”, asegura María Angelina, quien dice que siempre ha gozado de mucha simpatía entre la gente cuando se dan cuenta de que ella es hija de Ortez.

Ella recuerda cuando el diputado somocista de Masaya, Manuel Escobar Rojas, se enteró de que ella era hija de un general de Sandino. “Mi suegro le dijo que mi papá era Miguel Ángel Ortez y no ve que bien alegre el hombre conmigo”, rememora.

MADRE DE UN MÁRTIR

“Soy llorona”, afirma María Angelina. Ella lo dice porque hace poco tiempo una televisora extranjera la llegó a entrevistar sobre la guerra de los años ochenta y, especialmente, por su padre.

Todo iba bien en la entrevista hasta que le preguntaron por su hijo muerto mientras cumplía su Servicio Militar Patriótico (SMP), en 1984. “No pude seguir hablando. Me puse a llorar, soy llorona, si yo profundizo… el que se muere ya no vuelve… Duele”, dice.

Mario José Cabrera Gómez se llamaba su hijo y tenía 19 años al momento de su muerte. No era él quien iba a ir al SMP, sino su hermano Juan Bernardino, pero Mario se ofreció a ir en su lugar.

“A Mario lo mandaron a Jalapa. Le salió la contra y lo asesinó. Murió cerca de donde estaba la brigada, le dieron golpes en la cabeza. Él iba solo. Lo remataron de un balazo en el corazón. Cayó de frente, así lo encontraron. Allí tenía su rifle, su mochila y lo único que le quitaron fue una libreta de apuntes. Nosotros pensamos que fue por culpa de algún infiltrado”, relata María Angelina.

EL FSLN

En una ocasión, en los años setenta, María Angelina vio que un muchacho mucho visitaba a su hija Claudia María. Lo primero que pensó es que era su enamorado, pero luego se dio cuenta de que en realidad “andaban metiendo papeletas por debajo de las casas” colaborando con el Frente Sandinista (FSLN).

“Nosotros siempre hemos participado en el FSLN, pero no nos gusta la publicidad”, explica María Angelina, quien recuerda mucho a Tomás Borge y de las conversaciones con él cuando el comandante, después del triunfo de la revolución, llegaba a Nueva Segovia.

También conoce a Daniel Ortega, con quien no habla desde que este último regresó al poder en enero del 2007. “Ya cuando fue presidente (nuevamente) no se le puede acercar la gente, él tiene más peligro ahora que es presidente”, dice María Angelina, quien también ha conversado con Rosario Murillo y de quien dice que “representa a la mujer nicaragüense”.

María Angelina también conoce a la hija de Sandino, Blanca Sandino Aráuz. Y, en una organización que se llama Legión de Nietos de los Generales del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua (EDSN), también se ha reunido con descendientes de Sandino, Juan Pablo Umanzor, Francisco Estrada, Pedrón Altamirano, entre otros.

QUERÍA SER MONJA

“En los Orteces hay muchas monjas”, dice María Angelina Gómez Ortez, quien se casó a los 29 años, luego de que su tío materno Elías la convenció de que los conventos no eran su vocación. “Yo le dije a mi tío: ‘cuando sea monja voy a ir a México, El Salvador…’ Entonces, él me dice: ‘Eso no es vocación, lo que querés es andar vagando, mejor trabajá y viajás, no quiero que vayas a salir con tus maletas al mediodía en punto’. Después se me pasó la idea”, recuerda María Angelina.

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La hija del general Miguel Ángel Ortez aparece aquí con sus hijos Elías Miguel y Claudia María (de blusa sin mangas). Además su nuera Sugey y su nieta Denisse. LA PRENSA/ J. FLORES

Ella se casó en 1960 con el profesor del Instituto de Masaya, Juan Cabrera Ortiz, con quien procreó seis hijos: Elías Miguel, Mario José (fallecido en 1984), Claudia María, Fidelina Dolores, Rafael Ramón y Juan Bernardino.

GREGORIO FERRERA O “LA MELENA RUBIA”

Miguel Ángel Ortez lideraba en 1927 a un grupo de armados que combatían en Nueva Segovia contra el conservador Anastasio Hernández, quien a su vez, tras la guerra civil entre liberales y conservadores, mataba con su gente a los liberales. A Ortez lo conocían como el general Gregorio Ferrera.

Los historiadores relatan que Sandino escuchó de la valentía de Ortez y lo mandó a llamar para que se integrara en las filas de su ejército guerrillero.

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En una edición de la Revista Conservadora se describe a Ortez así: “Fue uno de los más activos y exitosos de los cabecillas de Sandino. Nacido en Ocotal cerca de 1895 era muy conocido y popular entre los sandinistas de Nueva Segovia. Muchos hombres le seguían porque él era el jefe y no por lealtad a Sandino o por simpatía a su causa”.

Anastasio Somoza García, quien escribió un libro sobre Sandino y su ejército, describió a Ortez como “uno de los lugartenientes más queridos de Sandino”. Y sobre la muerte de Ortez, Somoza dice en su libro: “Esta muerte fue muy sentida por Sandino y por sus hombres, pues el jefe supremo tenía en gran estimación a Ortez, por su inteligencia, por su valor y porque la suerte siempre le fue propicia en muchos combates, en los que siempre estuvo a la cabeza, sin haber sido nunca herido, hasta que la muerte paró su carrera en el asalto a la plaza de Palacagüina”.

El 14 de mayo de 1931, cuenta el mismo Somoza García, a las 12:00 de la noche Ortez y sus hombres atacaron el cuartel de la Guardia Nacional en Palacagüina. Tras algunas horas de combate, un guardia identificó a Ortez “por su larga melena rubia” y le disparó en el abdomen.

Según una nota publicada en un diario nacional por una sobrina de Ortez, de nombre Francis Bustos Ortez, “eran las 04:15 de la madrugada, cuando sus soldados (de Ortez) salieron de Palacagüina con el cadáver para sepultarlo al pie del cerro El Sua, aproximadamente, a seis kilómetros de Palacagüina”.

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COMENTARIOS

  1. German Mendez
    Hace 8 años

    Gracias a La Prensa por este hermoso reportaje en esta fecha tan especial de las madres, sobre esta mujer valiente, ejemplo de humildad, entrega, dignidad y heroismo que como todas las madres Nicaraguenses trabajan duro, a veces solas, sufren y dan su sudor y sangre por sacar adelante a su familia y a sus hijos.

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