Un inmigrante africano que intentó cruzar varias veces la frontera de Nicaragua falleció de bronconeumonía en el norte de Costa Rica en el mes de mayo, confirmó el gobierno de este país.
El Ministro de Comunicación, Mauricio Herrera, confirmó la muerte del inmigrante, cuyo destino objetivo era el mismo que el de cientos de africanos más que se encuentran a la deriva en el norte de Costa Rica, con el interés de cruzar hacia Nicaragua y continuar la ruta migratoria hacia Estados Unidos.
“El 19 de mayo se nos reportó el fallecimiento de una persona que de acuerdo con la autopsia que se le hizo, falleció por una bronconeumonía. Nos dieron los antecedentes de esa persona que en varias ocasiones intentó cruzar la frontera y fue devuelto en todas las ocasiones”, explicó Herrera.
“Estaba lamentablemente en malas condiciones y cuando sus amigos buscaron ayuda de las autoridades (de Costa Rica), estaba bastante deteriorada su salud después de muchos intentos de cruzar la frontera nicaragüense”, añadió Herrera.
Este migrante era parte de los cientos de extracontinentales que desde hace semanas se aglomeran en la zona norte costarricense, procedentes del sur del país donde el gobierno les habilitó dos centros de atención migratoria a los cuales, a su vez, entraron desde Panamá.
A unos mil cubanos Costa Rica les regularizó su condición migratoria pese a que no cuentan con pasaporte, y les permitió el libre tránsito por su país mientras se reportan a firmar permanencia ante las autoridades migratorias cada semana, hecho que no ha ocurrido en la mayoría porque en la práctica los africanos han encontrado una posibilidad de llegar a la frontera con Nicaragua para cruzarla.
En la zona de Peñas Blancas y en Puerto Soley, costa Pacífico, ambos lugares del fronterizo cantón de La Cruz, el gobierno de Costa Rica estima que hay entre 200 y 400 africanos viviendo a la intemperie, pero versiones extraoficiales estiman que la cifra puede ascender a 800.
Entre los grupos hay familias con mujeres embarazadas y niños, durmiendo a la intemperie, a orillas del mar en Puerto Soley o debajo de furgones en Peñas Blancas, haciendo sus necesidades fisiológicas al aire libre o bañándose en ríos aledaños.
Ante la dificultad que atraviesan, Herrera adelantó que el gobierno analiza abrir un centro de atención migratoria para facilitarles alimentación básica, asistencia en primeros auxilios, baños sanitarios y agua potable; pero aclaró que no se trata de una red de albergues similares a los que el país instaló durante la crisis con cubanos entre noviembre de 2015 y marzo de 2016, porque no existe capacidad estatal para hacerlos.
“Estamos buscando alternativas para abrir un centro de acogida migratoria en la zona norte para que a estas personas, que en este momento están a la intemperie en la zona de Peñas Blancas debido al bloqueo nicaragüense, se les garantice su dignidad personal y necesidades básicas”, explicó.
“No le llamaríamos albergues porque Costa Rica no está en condiciones de abrir una red de albergues como cuando los cubanos, pero es un centro de atención migratoria y humanitaria básica, muy posiblemente administrado por la Cruz Roja con apoyo de organismos internacionales y de algún apoyo del gobierno de Costa Rica”, aclaró.
Herrera explicó que el gobierno permitió el ingreso de los extracontinentales a su territorio, amparado en la legislación migratoria interna, apegado al respeto de los derechos humanos en casos de migrantes y que por lo tanto, ellos se mantienen en libertad en Costa Rica porque no son delincuentes.
“Son personas que están en libertad, no han cometido ningún delito y se les debe proteger sus derechos humanos, por lo cual, las autoridades costarricenses no pueden detenerlas ni presionarlas porque son personas libres, no son delincuentes”, señaló.