Daniel Murphy era el cuarto en la lista. Cuando los Nacionales de Washington fueron en busca de un segunda base, Ben Zobrist se volvió su objetivo. Había un hueco en la intermedia porque Anthony Rendon fue pasado de segunda a tercera y Yunel Escobar fue canjeado.
Pero Zobrist se sintió más atraído por los Cachorros, donde además se reencontraría con su antiguo mánager Joe Maddon. Fueron entonces tras Brandon Phillips, de Cincinnati, pero este invocó la regla de los diez años en las Mayores, para detener la transacción.
Apuntaron hacia Howie Kendrick, quien había rechazado la oferta calificada de los Dodgers, pero estos lo convencieron y lo firmaron por dos años y veinte millones de dólares. Así que al fin se fijaron en Daniel Murphy, excamarero de los Mets.
Hasta entonces, Murphy era un bateador average y defensor por debajo del promedio, pero sin nada extraordinario en su carrera, excepto que había brillado en la postemporada del 2015, como lo hacen algunos jugadores que después vuelven a su nivel habitual.
El problema con Murphy era su defensa. Incluso, luego de batear .421, con jonrones en seis partidos seguidos y con 11 remolcadas en 13 partidos, su mala defensa precipitó la caída de los Mets en la Serie Mundial ante los Royals.
Sin embargo, necesitados de un segunda base, los Nacionales lo firmaron en diciembre pasado por tres años y 37.5 millones. Durante su presentación en Washington en enero, los Nacionales dieron muchos detalles sobre su ofensiva y lo útil que podría ser para el equipo.
Luego de dos meses de temporada, nadie está pendiente de la defensa de Murphy, sino de su imponente bateo, que parece llevarlo a registrar una de las mejores campañas de la historia. Batea .394, con 78 hits, 15 dobles, ocho jonrones y 34 remolques.
Murphy lleva ritmo para concluir con .390, 235 hits, 25 jonrones, 40 dobles y más de 100 remolques. Solo tres jugadores han logrado acumular cifras así. Uno de ellos se llama Babe Ruth (1923) y es el símbolo de este deporte.
Murphy se ha vuelto un modelo de consistencia en cuanto a su rutina de preparación, desempeño y manejo del éxito.
“Él está cargando con el equipo. Ha sido un ejemplo para todos nosotros”, señala Bryce Harper, la estrella de los Nacionales.
Daniel no ha parado de batear desde octubre del 2015. Cuando se le pidió una explicación para semejante salto, indicó que se acerca más al plato, usa mejor sus piernas e inicia más temprano el swing.
Nadie sabe hasta dónde llegará Murphy, quien incluso, bateando .260 en el resto de la temporada, concluiría con .300 de promedio, pero después de dos meses de actividad, ha sido el mejor y más consistente bateador de las Grandes Ligas.
SU EVOLUCIÓN COMO BATEADOR
Daniel Murphy es un bateador concentrado en hacer contacto. Ha golpeado la bola en el 88.8 por ciento de las veces que hace swing y solo en el 4.8 por ciento de sus turnos ha recibido bases por bolas.
El 39 por ciento de sus contactos son calificados como fuertes por Fangraphs, sitio que a la vez señala que el 26 por ciento de los batazos de Murphy, son líneas.
Se ha acercado más al home y comienza más temprano su swing. Eso le permite jalar la bola hacia el jardín derecho con más autoridad. Antes utilizaba todo el campo.
En 1921, Roger Hornsby acumuló .397, con 235 hits, 44 dobles, 126 remolques y 21 jonrones. Murphy tiene una proyección de .397, con 235 hits, 46 dobles, 104 impulsadas y 28 jonrones. ¿Lo conseguirá?