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La elección en el Perú

Perú elegirá este domingo 5 de junio a su próximo presidente de la República, optando entre la candidata de derecha populista, Keiko Fujimori y el centrista liberal, Pedro Pablo Kuczinski.

Esta elección es trascendental para el pueblo peruano porque el probable triunfo de Keiko Fujimori representa, por los antecedentes de su padre, el exdictador Alberto Fujimori, y su inclinación personal al populismo derechista, la posibilidad de que el país vuelva a ser gobernado de manera autoritaria. Sin embargo, analistas locales e internacionales consideran que después de cuatro elecciones libres y limpias, es poco probable que la democracia peruana se ponga en riesgo con el resultado de esta elección.

Para América Latina, la elección de mañana en el Perú es muy importante, cualquiera que sea el resultado, porque significa el fortalecimiento del proceso democrático que viene avanzando en la región a pesar de las desviaciones autoritarias en los países llamados bolivarianos, entre los cuales se incluye a Nicaragua. Pero aún en los países gobernados por regímenes autoritarios, salvo Nicaragua, se han venido realizando elecciones básicamente competitivas, según los estándares internacionales, lo que permitió a la oposición venezolana ganar la elección de diputados a la Asamblea Nacional, en diciembre del año pasado.

Nicaragua es la cenicienta electoral de las Américas y hasta ahora no hay ningún indicio de que las elecciones de noviembre próximo podrían ser limpias y justas. Desde ya se sabe quienes van a gobernar –o seguir gobernando— a partir del 10 de enero de 2017, porque fueron designados por la familia gobernante y los confirmará su Consejo Supremo Electoral (CSE).

En el Perú, el proceso electoral es conducido por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), el cual está integrado por cinco magistrados elegidos por distintas instituciones, excluyendo a los partidos políticos. Al presidente del Jurado lo elige la sala plenaria de la Corte Suprema de Justicia. Los otros cuatro magistrados electorales son elegidos: uno por la Junta de Fiscales Supremos del Ministerio Público, que es un organismo autónomo del Estado; otro por el Colegio de Abogados de Lima, mediante votación general de sus asociados; el cuarto por los decanos de las facultades de Derecho de las universidades públicas; y el quinto por los decanos de las escuelas jurídica de las universidades privadas.

En la actualidad el presidente del JNE es Francisco Távara, expresidente de la Corte Suprema de Justicia, un profesional independiente de los partidos políticos, como también lo son los demás miembros del Jurado electoral. Por eso nadie espera que la elección peruana de este domingo pudiera ser fraudulenta. La imparcialidad, la honestidad y el profesionalismo de los miembros del Jurado Nacional de Elecciones de Perú, son reconocidas unánimemente. Todo lo contrario de lo que, lamentablemente, ocurre en Nicaragua con “nuestro” Consejo Supremo Electoral.

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