Muchos son los que tienen la ilusión de un nuevo trabajo, encontrar uno donde haya buen ambiente laboral y una buena estabilidad económica, un lugar donde se sientan seguros y confiados de las tareas asignadas para mostrar sus conocimientos y desempeño como profesionales.
¿Pero qué sucede cuando no se tiene una de ellas?
Viene la desmotivación, las inseguridades y los pensamientos negativos, creyendo no ser buenos profesionales y limitándose a brindar las enseñanzas que han adquirido a lo largo de sus vidas.
La frustración por no estar en el cargo que se desea y es ahí el problema; cómo uno mismo puede llegar a convertirse en su peor enemigo, cómo se va perdiendo la confianza en sus conocimientos y en las habilidades con que cada uno cuenta.
En este momento es donde hay que poner un alto y comenzar a analizar dónde está la mayor debilidad, realizar una lista de metas a corto y largo plazo que ayudarán a alcanzar lo que desea conseguir.
Es importante, también ponerse retos que se vayan superando día a día, que incentiven la competencia que todo ser humano tiene, respetando y fortaleciendo las relaciones interpersonales que se van entrelazando.
Es necesario contar con las herramientas necesarias para enfrentar situaciones de estrés que desencadenen respuestas que puedan perjudicar su desarrollo integral.
Por medio de técnicas de relajación o el simple hecho de comunicar lo que está viviendo será suficiente para un cambio de la percepción de las cosas, poder enfrentar los problemas de una forma más sana y segura para su estabilidad emocional.
De igual forma es importante contar con momentos de recreación que ayuden a afianzar la confianza y el desempeño que cada uno debe de tener para realizar las labores en sus puestos de trabajo.