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¿Qué pasa con el INSS?

Con un crecimiento de los ingresos por cotizaciones del 18.3 por ciento y una reducción en los otros ingresos de menos 15.1 por ciento, los ingresos totales solo han aumentado en 16.4 por ciento, muy lejos de las tasas superiores al 20 por ciento que se esperaban.

Las finanzas del INSS reflejan, como en una gota de agua, las condiciones en que se encuentran el mercado laboral, la productividad y los ingresos laborales reales medios, y sus tendencias, que constituyen el único sustento material con el cual cuenta Nicaragua para enfrentar los desafíos del proceso de envejecimiento poblacional. También reflejan la capacidad y disposición nacional de cambiar el rumbo, o la falta de ella. De allí la importancia de las mismas.

Al primer trimestre de 2015, el INSS mostraba un superávit de caja operativo —sus ingresos superaban a sus gastos operativos— de 92.7 millones de córdobas, y de hecho continuó mostrando superávit operativos hasta septiembre de 2015. En contraste, al primer trimestre de 2016 acumula ya un déficit operativo —sus gastos operativos superan a sus ingresos— de 32.5 millones de córdobas, lo cual representa un deterioro de 125.2 millones de córdobas en comparación con el primer trimestre de 2015.

Por su parte, al primer trimestre de 2015 el INSS acumulaba un superávit global de efectivo —la suma algebraica del superávit o déficit operativo y la inversión en activos no financieros— de 5.8 millones de córdobas, mientras que al primer trimestre de 2016 acumula ya un déficit global de efectivo de 197.9 millones de córdobas, lo que representa un deterioro de 203.7 millones de córdobas.

Adolfo Acevedo

¿Qué ha ocurrido? Se suponía que en 2016 el INSS terminaría mostrando un importante superávit global de efectivo, resultante de un fortísimo incremento en los ingresos, y de medidas de ajuste y contención por el lado de los gastos operativos, principalmente en lo que se refiere a la nómina salarial, que se congelaría, y de la contención de la compra de bienes y servicios, principalmente en lo que respecta a los servicios de atención médica. Esto permitiría acumular superávit operativos importantes.

Por el lado de la Inversión en Activos No-Financieros, se produciría un mayor recorte en relación con 2015. Sin embargo, hasta ahora los Ingresos no han aumentado como se esperaba. Con un crecimiento de los ingresos por cotizaciones del 18.3 por ciento y una reducción en los otros ingresos de menos 15.1 por ciento, los ingresos totales solo han aumentado en 16.4 por ciento, muy lejos de las tasas superiores al 20 por ciento que se esperaban.

Por el lado de los gastos operativos, la nómina salarial, lejos de haberse congelado, ha crecido un 30.6 por ciento, la compra de bienes y servicios ha aumentado en 19.1 por ciento y el pago de pensiones y prestaciones en 19.6 por ciento. En total, los gastos operativos aumentaron en 19.7 por ciento, por encima de la tasa de crecimiento de los ingresos, que fue solo de 16.4 por ciento.

Por su parte, las Inversiones en Activos No Financieros, que se suponía experimentarían una importante disminución, estaban aumentando en un 90.4 por ciento. Lo que esto significa, si se mantienen estas tendencias y no se efectúen en el resto del año ajustes aún más drásticos que los previstos inicialmente, es que en 2016 finalizará con un déficit global del INSS. Esto un cuarto año consecutivo de acumulación de déficit de efectivo. De acuerdo con las proyecciones del FMI, el INSS, con las medidas de ajuste, experimentaría un superávit temporal en 2016 pero los déficits se reanudarían en 2017 y para 2024 esta entidad tan importante sería insolvente.

Un nuevo déficit en 2016, en vez de un superávit, implicaría, ceteris paribus, que el periodo hasta que el INSS sea insolvente se reduciría. El Gobierno sostuvo ante la misión del FMI conforme al Artículo IV de octubre de 2015 que, antes que ello ocurriese, efectuaría nuevas reformas paramétricas. Como se sabe, las que están pendientes, anunciadas en 2010, corresponden al aumento en la edad de jubilación y en la tasa de cotización de los trabajadores, la duplicación del número de semanas de cotización necesarias para poder jubilarse, y distintas maneras para reducir el monto de las pensiones y prestaciones, y su tasa de crecimiento.

*Economista
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