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Se rompieron los fuegos

Un Donald Trump acompañado por dos bellas damas —su hija y su esposa—, volando fuego (como decimos en el lenguaje nicaragüense), contra su principal rival, la señora Hillary Clinton

Un Donald Trump acompañado por dos bellas damas —su hija y su esposa—, volando fuego (como decimos en el lenguaje nicaragüense), contra su principal rival, la señora Hillary Clinton, fue el mensaje que el pueblo norteamericano recibió el pasado último gran martes en las elecciones primarias de ese país. Tras sus victorias en donde se presentó sin ningún oponente y habiendo llegado a la suma suficiente para declararse nominado, Trump, después de cuestionar fuertemente las actuaciones públicas tanto de la señora Clinton como las de su marido, el expresidente Clinton, prometió una conferencia de prensa para según él revelar algunos pormenores sobre malos manejos de ambos personajes. El debate como se comprenderá bajando al plano personal, sería un pleito diría yo al estilo de la Cosa Nostra donde toda arma y toda estrategia es permitida.

Días antes, con esa capacidad que lo caracteriza de lograr atraer la atención tanto de la prensa como del público, las declaraciones de Trump en contra del juez Gonzalo Curiel, de 62 años, nacido en Chicago, de ascendencia mexicana, conmovieron al país. El juez Curiel anteriormente había sido un fiscal duro en su lucha contra el cartel mexicano de los Arellano Félix, lo que le ocasionó tener que ser protegido y escondido por más de un año en una base militar, consagrándolo como una persona honesta.

Ese mismo juez preside un caso civil por fraude en contra de la Universidad Trump y en el cual el millonario afirmó en el Wall Street Journal que tenía “un absoluto conflicto de intereses” por lo que no podía continuar en el juicio, indicando el origen mexicano del juez.

Tales declaraciones obligaron al presidente de la Cámara de Representantes (el republicano Paul Ryan) a afirmar que los comentarios del virtual candidato de su partido, sobre el juez que lleva el caso de la Universidad Trump en California, son “la definición de un libro de texto de lo que es un comentario racista”.

En el lado demócrata todo se centró en la señora Clinton, quien tras su victoria en California, Nuevo México y New Jersey logró coronarse como la candidata nominal de su partido. El partido demócrata hacía realidad una nueva proeza. Primero fue llevar a la presidencia de Estados Unidos a un ciudadano de origen afroamericano, con influencia de Hawái e Indonesia, como lo fue el presidente Obama. Esa noche se inauguró un nuevo reto, lograr que por primera vez en el país de Washington una mujer pudiera llegar a la presidencia. Larga ha sido la jornada, destacándose primero como una brillante alumna, extraordinaria abogada, esposa, primera dama, senadora, secretaria de estado y ahora la primera mujer que gana la nominación para competir por su partido en la lid presidencial.

Esta semana que se avecina podría traer para la señora Clinton nuevas victorias. El presidente Obama se ha reunido este jueves en la oficina oval con el senador Bernie Sanders de Vermont, quien hasta ahora se ha negado a abandonar la pelea, con el propósito de unificar al partido y poder enfrentar a Trump. Pero inmediatamente después Obama anunció su apoyo a la candidatura de Hillary Clinton.

Los fuegos se han roto, cada candidato trata de presentar su propio concepto del mundo. El de Trump es de una nación fuerte, pero aislada. Su oposición al Tratado Asia-Estados Unidos tiene como mortal consecuencia la entrega a China, en bandeja de plata, la hegemonía mundial. Su discurso nos recuerda una vieja tendencia en la vida política norteamericana, la del aislacionismo.

Ese fenómeno se le presentó a uno de los mejores presidentes que ha tenido esa nación, Woodrow Wilson, y condujo al fracaso de su proyecto de la Sociedad de las Naciones.

Lo mismo lo tuvo Franklin D. Roosevelt y mucho costó a dicha administración convencer a la opinión pública norteamericana que no tenían otra opción más que entrar a la guerra. Tuvo que venir Pearl Harbor para poder despertar al gran coloso.

La señora Clinton, con toda la experiencia que ha acumulado, crea mayor seguridad, pero la verdad es que nadie sabe lo que podría pasar en esta elección. Nada está escrito, lo único que sé por ahora es que los fuegos se han roto y prácticamente ya empezó la campaña.

El autor es abogado.

Columna del día Donald Trump Hillary Clinton archivo

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COMENTARIOS

  1. marcel
    Hace 8 años

    Ivan, tenes una panoramica muy personal pero tendenciosa de la politica norteamericana ,.Primero, sacas a relucir los que sugerentemente son los defectos de Trump, pero olvidas los errores de Hillary, como esposa, con el asunto de la amante de su esposo que mintio al congreso una falta que pudo ser un hecho punitivo, ademas de los correos electronicos que entre otras cosas tuvieron resultados letales como os d Bengasi, Libia.Hablas de que Trump entregaria USA a la China comunista, pero quien entrego la manufactura nacional a lo chinos? Clinon y los corroboro Obama, quien entrego hegemonia nuclear a Iran??? Obama, olvidaste lo del embrollo de los Clinton con su ONG, por eso te repito tu escrito me parece tendencioso, muy poco equilibrado, paraciera que estas en el cardumen de la media desinformadora de EE.UU, un activista parcializado a los izquierdistas desfrazados de democratas.

    1. jose m. fernandez.
      Hace 8 años

      De la manera q’ don Ivan Pereira nos escribe,nos deja en claro su filiación,e inclinación ideológica,y política.Es un neoliberal,filocomunista al servicio quizás gratuito del cartel de los Clinton en Nicaragua.

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