Siento mucho la partida de mi viejo y querido amigo y colega Evelio. Al enterarme de ello empezaron a brotar en mi mente muchos recuerdos gratos:
En 1988 como miembro del equipo de narración de los Dodgers de Los Ángeles me correspondió transmitir parte de los juegos de la Serie Mundial contra los Atléticos de Oakland, serie que dicho sea de paso, ganamos para convertirnos en campeones mundiales. Quizás algunos fanáticos recuerdan que en uno de esos juegos el famoso jardinero Kirk Gibson, o Capitán Kirk como yo le digo, desembarcó un cuadrangular en Dodger Stadium que dejó boquiabierta a la multitud reunida para ese memorable partido.
Mi buen amigo Amaury P. González, narraba los juegos de los Atléticos junto con Evelio Aréas Mendoza, mi ex compañero de labores en la Managua de mis amores.
Todos los que pertenecimos a la narración deportiva de esa época conocíamos de la pasión de Evelio para describir beisbol a la que agregaba en sus admirables transmisiones una característica parcialidad por el equipo de sus simpatías. Y como si eso fuera poco discutía a pecho partido, gritaba, se enojaba y hasta el cabello se halaba para defenderlo cuando su favorito perdía. Lo único que le faltaba era llorar.
En Los Estados Unidos, narró con Amaury los juegos de los Gigantes de San Francisco y de los Atléticos de Oakland y, claro, demostraba el mismo amor y pasión para el equipo que trabajaba: He aquí la nota que me envió su colega Amaury tan pronto se enteró de la partida de Evelio a la eternidad:
“René: Conocí a Evelio cuando estaba de “corner” en una pelea de boxeo profesional aquí en el Área de la Bahía (San Francisco de California). No recuerdo quien era el boxeador, pero sé que no era Alexis Arguello, con quien tenía unan gran amistad. Recién llegaba de Nicaragua cuando lo conocí. Estaba buscando trabajo como comentarista deportivo. Me di cuenta que era buen narrador de beisbol. En esos días yo era Director de Deportes de KIQI 1010AM San Francisco. Hablé con el propietario de la estación, el cubano René de la Rosa (creo que tú lo conociste). René era un tremendo aficionado a la pelota. Yo recomendé a Evelio y él se inició aquí conmigo haciendo los juegos. Siempre lo respeté, lo admiré y disfruté de su presencia como profesional y como amigo. Amaury”.
De mi amigo de antaño, Evelio, yo sé que tuvo un don muy especial que lo caracterizó como el personaje inolvidable de nuestro grupo. Siempre era el portador de la última noticia y, te la participaba quedito y muy en secreto.
Cuando la Olimpíada de 1984 en Los Ángeles, California, mi compañero de narraciones Jaime Jarrín, solicitó permiso para retirarse unos días de los Dodgers con el objeto de trabajar durante ese evento como vocero en español y necesitaba un reportero. Me pidió que le recomendara a alguien de tendencia deportiva. Sin pensarlo dos veces le recomendé a nuestro Evelio. Así que hay que agregar ese pasaje de su vida, pues Evelio también fue un Olímpico.
Cuando yo estaba en Oakland para la mencionada Serie Mundial me reunía todas las noches en el Coliseo con la prensa y radio hispana que cubría el evento. Charlábamos, cambiábamos impresiones y no podía faltar la contada de chistes. Evelio era uno de los presentes porque narraba por los Atléticos junto con Amaury.
La noche antes del último partido en Oakland si mal no recuerdo, Evelio ofreció llevarme a mi hotel el Hilton al otro lado de la bahía de San Francisco. Quedamos de vernos en el palco de prensa después de nuestros programas radiales de post juego que incluían entrevistas en la casa club con los jugadores más sobresalientes. Todo esto se tomaba unos 45 minutos hasta el momento que nuestro autobús partía de regreso al hotel donde pasaríamos la noche para tomar el avión de los Dodgers al día siguiente.
Seguro de que Evelio me estaba esperando en el palco de prensa tal como habíamos quedado, me tomé mi tiempo para subir con la idea de participar en la charla con todos los otros cronistas. Debía de ser una charla muy especial esa noche, pues los Dodgers acabábamos de ganar la Serie Mundial contra los gigantones José Canseco, Mark McWire y compañía y yo iba remojado de champaña que llovió como rocío en la celebración de la casa club del Coliseo de Oakland.
Amaury que como anfitrión prácticamente encabezaba el gran grupo de cronistas hispanos que había allí en ese momento, me llamó para decirme que Evelio se había sentido muy herido por la derrota de los Atléticos a quienes él amaba con locura y con toda su pasión característica. Dijo que finalmente no pudo aguantar la humillación y llorando a mares se había ido a casa olvidándose de mí. Así de genuinamente intenso fue siempre nuestro Evelio. El invariablemente amable Amaury me llevó al hotel, porque yo ya había perdido el autobús de los Dodgers.
Evelio soñaba con el anillo de Serie Mundial que los Atléticos le habrían entregado si los Dodgers hubieran perdido.
Ahora que Evelio está en el cielo junto con Provedor, Sucre, y otros colegas, deben estar recordando entre muchas cosas esa Serie Mundial. Otro nica como él, recibió un anillo, el que los Dodgers me dieron como premio, además de un viaje a Roma, Italia, con todos los gastos pagados, y me acordé de Evelio.
Para terminar esta nota, junto a mi señora Jilma enviamos nuestros más sentidos deseos para que su encantadora esposa Sandra y su varón Evelio hijo, encuentren la resignación profundamente necesaria en estos momentos tan difíciles por los que hay que pasar. No dudamos que las expresiones de cariño de la fanaticada nicaragüense ayudará en parte a mitigar ese inmenso dolor. Pero sepamos que allá en los cielos junto a los colegas nicas ya tienen su equipo de narración y transmiten su entusiasmo no sólo a los Ángeles, sino también a los que andamos por estos lados. Evelio… se te recuerda con gran aprecio. Descansa en paz, chamacón.
Sandra y Evelio hijo, los acompañamos en el sentimiento…
