Que los visitantes degustaran de la variedad de platillos de comidas elaboradas, aprendieran a manejar los palillos para tomar alimentos, vestir los tradicionales kimonos y leer la escritura de su país fueron parte de las actividades que un grupo de jóvenes originarias de Japón realizaron el fin de semana en las instalaciones del Instituto de Promoción Humana (INPRHU) de la ciudad de Somoto, en el departamento de Madriz, a fin de dar a conocer la cultura y costumbres japonesas.
Las japonesas Mariko Yoshimura, Mao Sekiguchi y Maki Yamada, forman parte de un grupo de jóvenes voluntariados de diversas nacionalidades (españoles, estadounidenses, alemanes, británicos y centroamericanos) que integran el organismo conocido como Cuerpo de Paz, con el cual trabajan unos 2 años realizando labores sociales en distintas zonas de comunidades pobres de algunos municipios que conforman Madriz.
A la exposición llegaron familias acompañadas de sus hijos para tomarse fotos luciendo las vestimentas o degustando los platillos japoneses.
“Me gusta el arroz que han elaborado con harina de soya y dulce”, dijo el somoteño Axel Matías López.
“Estamos promoviendo y dando a conocer nuestra cultura y costumbres con la exposición de alimentos que se elaboran en el Japón, también el uso de los kimonos (vestimenta tradicional) y de los palillos, además de la caligrafía de nuestra escritura”, explicó Mariko Yoshimura, quien lleva algunos meses trabajando como voluntaria, a través de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), en algunas zonas del municipio de Somoto, donde enseña manualidades y artesanía a niños y mujeres, “con el interés de ayudar a desarrollar a las comunidades”, dijo Mariko.
Los jóvenes de los diversos países del Cuerpo de Paz, y que trabajan con apoyo del INPRHU de Somoto, en Madriz, llegan a las comunidades pobres de algunos municipios de este departamento a fin de intercambiar experiencias y trabajar junto a jóvenes campesinos de zonas (indígenas) rurales como Totogalpa, Telpaneca, San Lucas, Cusmapa y Somoto.
Maki Yamada es otra joven japonesa con especialidad en fisioterapia y ayuda a tratar a jóvenes pacientes con problemas, como el caso del joven Raúl Arístides Morales, de 17 años, quien sufriera un accidente de tránsito y gracias a su apoyo ha empezado a rehabilitarse, a pesar de que los médicos le habían manifestado a sus familiares que este quedaría en estado vegetativo.