El duelo entre los astros LeBron James, de los Cleveland Cavaliers, y Stephen Curry, de los Golden State Warriors, serán sin dudas de alquilar balcones esta noche (6:00 p.m.) en el séptimo y último partido de la final de la NBA. De la mano de LeBron, los Cavaliers forzaron el jueves increíblemente a un séptimo encuentro esta final al vencer en su casa a los Warriors 115-101, para dejar la serie empatada con tres triunfos por bando.
Solamente dos veces en la historia, de las 32 finales de la NBA, un equipo que se vio con desventaja 1-3, como le ocurrió a los Cavaliers, forzó un séptimo juego, de ahí la dimensión de la proeza que los Cavs tienen por delante. Pero ninguno logró el título de la NBA.
La tarea de LeBron es titánica, pues a pesar de que en los dos últimos juegos ha anotado 82 tantos, el séptimo desafío será en casa de los “Guerreros”.
Otra estadística en contra de los Cavaliers es que de 18 finales de la NBA, solo tres conjuntos han podido ganar el séptimo duelo como visitantes.
En las manos de LeBron, principalmente, está el destino de Cleveland para la mayor remontada en la historia finalista de la NBA.
De ganar hoy los Cavaliers, fundados en 1970, se convertirían en el primer campeón de los deportes profesionales de Cleveland desde 1964, cuando en la liga de football americano NFL los Brown levantaron el trofeo.
Si bien la mayoría espera grandes cosas de LeBron, los seguidores de Golden State también reclaman lo mismo de Curry para que su equipo se llene de gloria.
Los Golden State pueden acabar la temporada con más victorias en la historia de la NBA revalidando el título.
Para los Warriors podría significar su quinto título: ganaron en 1947 y 1956 cuando tenían sede en Filadelfia; así como en 1975 y 2015 después de haberse instalado en la bahía de San Francisco en 1962.
Sin dudas, el duelo entre dos grandes figuras como LeBron y Curry será a muerte y seguramente se sacarán chispas en el rectángulo de acuerdo con sus antecedentes.