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Arelys Cano. LA PRENSA/Maynor Valenzuela.

Arelys Cano. LA PRENSA/Maynor Valenzuela.

Arelys Cano: “Fue un acto cobarde de la Policía”

Arelys Cano, vicepresidenta para América Latina de la organización ICW Latina, cuenta lo que vivió en las celdas de la Policía Nacional cuando fue detenida en marzo pasado y lo que le ha tocado vivir por su condición de VIH.

Arelys Cano es el rostro que representa a las personas que sufren de VIH en el país. Es una mujer de 38 años que cuando le diagnosticaron esa enfermedad pensó en la muerte, pero logró superar esa etapa depresiva y seguir con su vida. Si usted no conociera de su condición, seguro la miraría como cualquier mujer sana. Se describe como alegre, dedicada a su familia y con ganas de ayudar a personas que padecen la enfermedad. Cano ha sufrido de discriminación toda su vida. Cuando dio a conocer su padecimiento por la televisión, cuando salió en defensa de un amigo gay, su familia se enteró y empezó un periplo que la llevó a sufrir las peores formas de desprecio, al punto que había gente que se cruzaba la calle para no pasar a su lado. Recientemente se vio envuelta en un escándalo con cinco oficiales de la Policía que la señalaron de usar su enfermedad para amenazarlos. Ella lo niega y cuenta lo que pasó en aquel triste episodio de su vida reciente que ocurrió el pasado mes de marzo.

Recientemente la vimos en los medios siendo señalada por la Fiscalía de haber agredido a unos oficiales. ¿Qué fue lo que pasó esa noche?

Eso parece una película. Ese día (20 de marzo) fui con mi hijo y con otra sobrina a Granada. Nos vinimos de Granada tipo 12:00 de la noche. Cuando está el retén en Metrocentro, nos bajamos del carro, damos los documentos y durante todo ese momento estuvimos esperando una hora. Me le acerco a la oficial y le pregunto qué cuánto más tengo que seguir esperando y me dice: “El tiempo que yo lo decida”. Pero le digo que por qué se ponen a hacer un operativo de ese tamaño sin tener las condiciones. Me dijo que estaba obstruyendo la autoridad y le dije que no. Ella se retiró y esperamos media hora más. Yo vuelvo a acercarme y me dice que si sigo obstruyendo la autoridad me va a mandar el carro al depósito y me dice que me va a meter presa. Y entonces le exige a mi acompañante que entregue la llave del carro. Entonces le dije que la llave del carro no se la estaba entregando por mi propia seguridad, porque hemos tenido tantas malas experiencias con la Policía que le ponen droga a los vehículos y después salen que las personas están consumiendo drogas. Ella dice que me va a mandar presa y le dice a un oficial que me enchache (espose). El oficial se acerca y le digo que por qué me va a enchachar.

¿En ese momento es que le ponen las esposas?

No. Ellos se acercan para ponérmelas y les dije que cuál era el argumento que tenía para llevarme detenida. Entonces dice “estás obstruyendo y te vamos a poner las esposas”. Entonces el policía me da una pechada, yo vine y reaccioné y lo empujé. Entran dos oficiales más, dos mujeres, cuando entran comenzó el intercambio de violencia entre ambas. Una me agarró del cuello, la otra se me acercó para agarrarme la cartera y quitármela. Nos fuimos al suelo y se me vienen y se me enganchan dos oficiales para enchacharme. En el suelo nos revolcamos y después cuando estaba enchachada y de pie una de las oficiales se me acerca y me da una bofetada y me dice: “Para que respetés a la autoridad”.

La acusación de la Fiscalía decía que usted agredió a un oficial, que le arrancó la bolsa de la camisa y a otra le arrancó los grados.

Nada de eso pasó. Por eso te digo que es una película porque ¿cómo una mujer le va a pegar a cinco policías? Ellos dicen que le di un golpe a una policía, ataqué al otro y le quité el celular a otro para que dejara de filmar. Eso es imposible si era una tropa de policías. El video ahí está donde están todos los policías sobre mi persona. El oficial más bien deja de filmar para abalanzarse encima de la persona que me acompañaba, que iba conduciendo, y arrebatar los teléfonos. Igual las amenazas que sufrieron dos trabajadoras sexuales que estaban filmando e iban a ir de testigos y les quitaron los teléfonos y les borraron las evidencias y las amenazaron de que si iban a hablar las iban a echar presas por estar ejerciendo trabajo sexual sobre una vía.

¿Qué pasó en la celda cuando se la llevan?

En la mañana me cortaron todo cuando salió la noticia en LA PRENSA. No me dejaron hablar con nadie, estaba incomunicada, sin hablar con la abogada y sin pasarme los medicamentos. Y el acoso de la Policía porque llegaban como cinco policías que decían que querían conocer a la Arelys Cano. Yo le pregunté a las chicas de las celdas si era normal y me decían que no. Me sentía amenazada.

¿En la celda la golpearon?

No. Estando en la celda solo al inicio que me dejaron estar en la celda con las esposas y dijeron que me metieran para que me “chimbombearan”. Las chicas se portaron a la altura y me contaron cada una la situación que vivían de violencia en la celda. Dormían en el piso y eran como siete mujeres. Es una celda que está frente a una de hombres que pasan diciendo todo el día cosas a las mujeres. Y al día siguiente me llevan a las celdas del complejo de los Juzgados y me devuelven otra vez. Ahí lo que más me impresionó es que pusieron a unas mujeres a hacer sentadillas desnudas. Entonces era lo más doloroso y me dijeron que fuera quitándome la ropa porque yo también lo iba a hacer. Y le dije que no iba a hacer nada. Todas las pobres mujeres desnudas haciendo sentadillas y llorando porque las hacen quitarse todo, el blúmer, todo y hacer veinte sentadillas.

¿Usted va a tomar acciones contra esos policías?

Directamente te voy a decir que no pienso desgastarme en el sistema. Hay que estar claro que en Nicaragua el poder y el mismo sistema tienen el poder para ayudarte o destruirte. Esta es una lección aprendida para mí que me hizo ser más fuerte. Siempre hay que reclamar sus derechos y nunca quedarse callados, te digan lo que digan y poner la denuncia. Pero tampoco pienso desgastarme en un sistema en el que sé que no voy a tener los resultados que deben tener. En la denuncia ellos ponen que yo les decía que “tengo sida y les voy a desgraciar la vida”. Yo le decía cualquier cosa, puedo perdonarle cualquier cosa, pero nunca hubiera utilizado mi condición para agredir a nadie si he venido haciendo un trabajo fuerte para no caer en discriminación. Me pareció un acto cobarde de la Policía de decir que tengo sida, porque nunca dije que tengo sida, siempre digo VIH porque ahora sida es discriminatorio, se llama VIH avanzado.

Y sobre ese tema del VIH, ¿se ha avanzado algo en el tema de la discriminación?

Cuando yo comencé con mi diagnóstico, que fue en 1997, la situación de Nicaragua era otra. La discriminación era fuerte porque se decía que toda persona que tiene sida, porque se llamaba la palabra sida, se moría. Y es cierto, se morían porque no había tratamiento, los médicos te trataban con discriminación y se ponían guantes de hule porque tenían miedo que se transmitiera. Y al mismo tiempo ni quiera Dios que un familiar se diera cuenta que tenías VIH.

¿Sus familiares cómo lo manejaron?

Lo aceptaron porque era donde yo vivía y eran personas cristianas, pero también muy conservadora. Conté con el apoyo de gente que tuvimos que capacitar a nuestra familia para decir cómo se transmitía y cómo no. La mayor discriminación que se daba en ese entonces era por la desinformación. Se decía que se transmitía por usar los cubiertos, por usar el baño o por la saliva misma y el sudor. Al educar a mi familia el panorama cambió. Nos refugiamos en la parte espiritual. En ese entonces yo pesaba 90 libras, ahora estoy queriendo bajar de peso (risas). Decían que la gente botaba el pelo y botaba el pelo, decían que te ponías flaco y comencé a bajar de peso. En el grupo de apoyo donde estaba miré morir mucha gente por discriminación.

¿Qué edad tenía en ese entonces?

Yo tenía 20 años. Y desde ahí comenzamos a organizarnos. No era tan fácil porque era enfrentarse a la sociedad misma y cuando me hice pública a un compañero que era gay, que fue el primer rostro público de Nicaragua, lo discriminaron los medios de comunicación. Estábamos en el Día Internacional de Lucha contra el Sida y era la primera persona que hablaba públicamente que tenía VIH. Entonces se vino un grupo de periodistas y lo comenzaron a atacar. Le decían que por promiscuo le había dado la enfermedad del VIH. Que andaba transmitiendo el virus del VIH. Era el año 2000. Nosotros estábamos demandando al Estado de Nicaragua porque aquí no había medicamentos para las personas con VIH y la única forma que pensábamos que podíamos lograr nuestro objetivo era dando un rostro. Entonces cuando a mi amigo lo tenían así, se quedó en silencio y no sabía qué decir. Entonces yo tenía la presión y sin pensar lo que iba a suceder, les dije que no solo él tenía el VIH y que a mí me había dado sin darme cuenta. No era promiscua ni trabajadora sexual. Cuando eso sucede se vienen todos los medios para acá. Fue complicado porque así me hice pública y en ese entonces mi familia no lo sabía. Ellos se dan cuenta y me preguntan que “¿cómo es eso que tenés sida, cómo es eso que te vas a morir?” Aquí todo el pueblo anda diciendo que si la Arelys tiene sida su familia también. Y mi familia misma sufrió discriminación. En el barrio la gente se cruzaba de calle si me miraba. Una vez fui al salón y se le fueron todos los clientes a mi amiga. Mis hijos también han sufrido. La más chiquita le ha tocado enfrentar eso porque la gente le dice que tiene 12 años y que si su mama tiene VIH entonces ella también. Y ella no tiene nada. Yo me tomé la medicación y ella nació bien.

Arelys Cano. LA PRENSA/Maynor Valenzuela.
Arelys Cano. LA PRENSA/Maynor Valenzuela.

“Ahí lo que más me impresionó es que pusieron a unas mujeres a hacer sentadillas desnudas. Desnudas y llorando porque las hacen quitarse todo, el blúmer, todo y hacer veinte sentadillas”. Arelys Cano, vicepresidenta para América Latina de ICW Latina.

¿Usted se arrepiente de haberse convertido en una figura pública?

No. Yo no me arrepiento porque realmente el hecho de ser una imagen pública ha permitido que muchas personas puedan seguir con su vida. A mí me ha dicho mucha gente que me agradece, porque si no me hubiera visto en un programa o en un periódico, “no sé que hubiera hecho con mi vida”. Hay cosas en las que sí pueden hacerte sentir bajo emocionalmente cuando son tus hijos los que sufren también. El VIH es como cualquier otra enfermedad, si la persona tiene su tratamiento y no sufre discriminación, va a estar bien. Yo he visto que cuando la gente no tiene apoyo y sufre discriminación es cuando el VIH ataca más fuerte, porque el sistema está deprimido.

Esa etapa de depresión que usted tuvo, ¿qué fue lo que la motivó para seguir luchando?

Yo creo que mis hijos. Porque mi marido murió un año después de que nos diagnosticaron. Yo ya tenía dos hijos pequeñísimos, uno de 2 años y uno de 1 año. Era complicado porque él ya se había muerto y uno dice que tiene que seguir para adelante porque si uno se muere nadie va a velar por sus hijos. Pero a mí me ayudó mucho la parte espiritual. El ir a una iglesia, yo misma me reprochaba por qué me tiene que dar a mí el VIH, porque yo no anduve haciendo cosas para que me diera.

¿Su esposo fue quien le transmitió la enfermedad?

Él me transmitió el VIH. Cuando nos damos cuenta tuvimos un lapso de separación porque no estaba de acuerdo con seguir con la relación. Yo entendí, cuando empecé a ir a la iglesia, ese acercamiento con Dios me permitió mucho entender que la única forma de seguir adelante era apoyar a mi marido, seguir por mis hijos y creer en él. Yo dije: solamente tú sabes cuándo voy a morir. Yo miraba que todo mundo se moría a mi alrededor y me preguntaba cuándo me iba a tocar a mí.

¿Cree que es la fe lo que la mantiene viva todavía?

Para mí son dos cosas las que me hicieron seguir hacia adelante: una eran mis hijos y por supuesto la fe en Dios. El retroalimentarme todos los días de esa fe y que Dios podía hacer muchas cosas por mí, más el apoyo de la familia. Sigo manteniendo la fe, a mí me mantiene ver cómo otra gente puede recuperarse si uno sirve de puente para esto. Mis hijos tienen 20 y 18 años. Si ya no pasó algo hasta ahora, en este momento mucho menos. En ese momento yo era una mujer ama de casa y dedicada solamente a mis hijos y a mi casa y no hacía otra cosa. El hecho de tener VIH me hizo saber que tenía que buscar otro rumbos. Yo pensaba que todo lo podía hacer de prisa, ahora digo que me voy a tomar mi tiempo.

¿Usted ha pensado volver a tener otra pareja?

Las personas creen que se acabó la vida, no se puede tener sexo, no se puede tener relaciones sexuales o restablecer tu vida o un hogar. Yo me di mi tiempo y después decidí establecer una relación. Esta relación duró casi diez años y en un momento decidimos separarnos porque había muchas cosas con las cuales no estábamos de acuerdo.

¿Tenían problemas con la enfermedad?

No. Primero porque mi pareja que tuve en esos diez años era una persona (VIH) negativa. En ese entonces con él decidimos tomar los cuidados que es usar el condón. Hacerlo de la manera adecuada, informada. Él igual como persona responsable se hacía la prueba de VIH cada año. Hasta el momento en que llegó nuestra relación de diez años él no es una persona positiva. Eso significa que haberse cuidado y haber usado el preservativo sí funciona. Si la persona toma tratamiento retroviral puede bajar la carga viral a ser indetectable. Eso significa que la persona está muy bien con la salud. Según las recomendaciones de la OPS, una persona que está en tratamiento y tiene por debajo una carga viral indetectable, tiene un 85 por ciento de probabilidades de no transmitir VIH. Si sumás esto al uso del condón, no lo transmitís.

¿Su pareja cómo tomó su enfermedad?

Él ya sabía, porque vos sabés que soy una persona pública y además de eso él trabajaba con nosotros. Era una persona que se informaba y no tenía ningún problema con el VIH. Esto no sucede con las demás personas, porque aquí hemos tenido que trabajar con las parejas para hablarlo.

¿Después de eso no ha tenido otra relación?

Por ahora estoy soltera. Lo que no significa que se haya terminado nuestra salud sexual. Yo sigo pensando que puedo tener pareja siempre que use el condón y me proteja. Eso no significa que yo esté pensando ciento por ciento en las relaciones de pareja. Simplemente estoy satisfecha con lo que yo tengo: mi trabajo, mis hijos, las cosas que hago. Mi prioridad más que todo son mis hijos.

¿Ha tenido otro episodio de depresión?

Yo aparte de la depresión del inicio del diagnóstico, nunca he estado en un hospital a causa del VIH. Y le agradezco al Señor por eso; 18 años cumplidos de tener VIH y a estas alturas no haber recaído por esa condición es un alivio. Yo el único momento en que he estado en el hospital es cuando tuve a mi hija y por una torcedura en mi pie.

Pero ¿sí tiene que ir al hospital seguido?

Cada mes tengo que ir al hospital para retirar mis tratamientos. Porque tengo que tomarme cinco pastillas diarias y además de eso para hacerme chequeos generales y cada tres meses la carga viral y CD4.

Con esa buena salud que tiene, ¿alguna vez se ha preguntado cuántos años quiere vivir?

Yo no me estreso por eso. Porque si ya llegué adonde estoy, porque con un diagnóstico que decía que me iba a morir después de dos años, ya no me estreso de decir cuántos años quiero vivir, porque el único que decide cuánto tiempo vas a vivir es Dios.

Pero ¿sí quiere ver a sus nietos o un proyecto de sus hijos?

Ese sería un privilegio que Dios me daría. Sí me gustaría ver a mis hijos realizarse con su carreras. Los nietos no sé, no soy muy amante de pensar en tener nietos (ríe). Sí me gustaría ver a mis hijos realizados.

 

Plano Personal

Arelys Cano tiene 38 años y actualmente es la vicepresidenta para América Latina de la organización ICW Latina.

En su tiempo libre le gusta estar con sus hijos e ir fuera de Managua.

También visita a su familia en San Francisco Libre, de donde es originaria.

Le gusta bailar, aunque no todos los días.

Le gusta comer de todo, pero prefiere bastante el pescado frito. “Si tengo hambre, como lo que haya”, dice.

Hace un tiempo iba al gimnasio, pero por ahora ha abandonado los ejercicios.

No se considera una persona vanidosa, pero dice que le gusta maquillarse y lucir bien.

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COMENTARIOS

  1. LA POLICIA NO ES HONESTA
    Hace 8 años

    El comentario de CIVILISTA; parece no darse cuenta que cuando se vivie bajo un gobierno CORRUPTO todas las instituciones del estado no soncreibles!!! La policia esta PARTIDISADA y por ello no goza de la credivilidad del ciudadano aunque digan medios orteguista que es profecional. La nefasta AMINTA GRANERA, dice que la policia orteguista es “RESPETUOSA Y PROFECIONAL”!!! Es obvio que la policia si es que se le puede llamar asi; no es mas que una VIL FALSEDAD ya que estas defienden los intereses de Ortega y Murillo. La policia mete a la carcel a gente INOCENTE y a los culpables a la calle. No les basta con eso si que AGREDEN verbal y fisicamente al ciudadano que defienden sus derechos.

  2. Hace 8 años

    El abuso de la guardia pretoriana es repudiable!!!

    1. Civilista
      Hace 8 años

      Sea como sea, la Policia es la institucion catalizadora en toda sociedad,por lo tanto debemos respetarla y darle su lugar.Mucha gente minimiza la function policial, pero no toman en cuenta q` esa pobre gente son humanos y son atacados por el estres mas q` cualquier otro gremio, no ganan un salario fuera de lo comun, se desvelan y arriesgan su vida constantemente. La Sra. debio tener un poco de paciencia y humildad para cooperar en ese tipo de situacion, yo se q` es dificil pero tenemos q` por lo menos tratar, para tener una mejor sociedad y vivir en paz….

  3. Pancho Madrigal
    Hace 8 años

    Una vez que el dictador de turno usurpo el poder la Polisilla acelero su proceso de “bestializacion”. Hay que mantenerse lejos de los delincuentes vestidos de azul. Son capaces de inventar cualquier cosa para hacerle daño a un ciudadano.

  4. Adolfo79
    Hace 8 años

    Felicidades Arely por las victorias alcanzadas con tu enfermedad. La mayoría de los nicaragüenses sabemos lo bajo que ha caído la Policía Nacional y la Justicia de nuestro país, en los últimos 10 años. Ellos son capaces de cometer crímenes como el de las Jaguitas y montar un show de juicio. Sabemos que si usted pone la denuncia contra ellos el caso no prospera, pues para ellos usted era una mujer ninja contra 5 debiluchos y mansos policillitas. Saludos y suerte en el juicio, donde creo que la hallaran culpable y se que usted no se asustara.

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