En el país reina el desorden en los mercados nacionales, los cuales en los últimos años han crecido desmesuradamente por dos razones: la falta de empleo formal y la política del gobierno. Así lo explica Rubén Arriola, subdirector del Centro Jurídico Social de Ayuda al Consumidor.
“El desorden inicia con las autoridades que tienen una política recaudatoria, ven que se puso en la esquina un vendedor y en vez de quitarlo, lo que hacen es cobrarle impuesto, entonces desde ese momento el comerciante se siente con derecho porque está pagando”, dijo Arriola.
Expone que la situación ya se salió de control porque no hay disposición de las autoridades correspondientes en reordenar los mercados.
Por su parte, el sociólogo Cirilo Otero analiza que la expansión de los mercados responde al desarrollo del capitalismo, lo que ha producido una enorme ola ciudadana para dedicarse a actividades no formales y no productivas.
“El crecimiento de los mercados responde a una enorme cantidad de personas que se convierten en agentes económicos precarios, marginales, que venden cualquier cosa para sobrevivir; este no es modo de trabajo porque quienes los realizan solo tienen el beneficio de la comida de hoy, no sirve para acumular riquezas ni transformar la realidad”, afirmó Otero.
El sociólogo dijo que la población económicamente activa en Nicaragua es de 3.2 millones de personas, pero el Seguro Social solo tiene 750,000 personas registradas.
“Eso indica que hay más de dos millones de personas en negocios informales, eso ha provocado el crecimiento de los mercados”, dijo Otero.
El presidente de la Asociación de Comerciantes de los Mercados de Nicaragua, Jorge González, dio a conocer que desde el 2008, solo el mercado Oriental ha crecido un cuarenta por ciento.
“El Oriental ya ‘se comió’ el barrio Los Ángeles, Ciudad Jardín, y El Calvario, y eso ha provocado desorden, nosotros queremos que se delimite el mercado”, dijo.
MERCADO DE JINOTEPE
Un ejemplo del desorden que impera en los mercados a nivel nacional es el de Jinotepe, que ha copado las calles, aceras, bulevares de la ciudad y las entradas de algunos edificios, como la iglesia católica.
“Tenemos el caso del mercado de Jinotepe, que ‘se comió’ el centro de la ciudad y a pesar que la infraestructura ya estaba hecha, no se hacía el traslado y a la fecha no se ha hecho porque dicen que andan convenciendo a la gente, cuando no se trata de convencer, se trata de actuar, esto más bien va a provocar que se hagan dos mercados”, comentó Arriola.
