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Alrededor de 300 africanos de diversas nacionalidades acampan muy cerca del puesto fronterizo de Peñas Blancas, en la frontera sur. LA PRENSA/ O. NAVARRETE

Migrantes africanos piden al gobierno de Ortega que los deje pasar

La migración africana es protagonista desde hace algunos años de tragedias en Europa, continente que pone toda suerte de barreras para impedir el paso a su territori

En el suelo, colocada sobre piedras, se cuece una olla de frijoles de la que comerá un grupo de migrantes africanos que desde hace algunas semanas acampan en un parqueo en suelo costarricense, luego de que el Gobierno de Nicaragua les cortara el paso para seguir tu tránsito hacia Estados Unidos, el destino final de una larga travesía que comenzó semanas, meses, atrás. Para llegar hasta aquí, a un kilómetro escaso del puesto de Peñas Blancas , frontera con Nicaragua, estos hombres y mujeres han atravesado por lo menos seis países, han gastado el dinero que no tienen —hacen préstamos o venden algún bien—, en algunos casos miles de dólares, pero sobre todo han corrido riesgos inimaginables para alguien acostumbrado a viajar con pasaporte visado.

Una de las mayores pruebas de la travesía es el paso por el tapón del Darién, la selva que divide a Colombia y Panamá, un pasadizo hostil, en el que según cuentan logran sobrevivir a las “fieras salvajes” y a la falta de comida, pero también a grupos paramilitares y guerrilleros que se disputan y lucran con el tráfico humano sin papeles en esa selva exuberante.

Esta ruta que en los últimos meses emprenden decenas de africanos, que huyen del hambre y las guerra en sus países, no es extraña para decenas de peruanos y ecuatorianos que se han aventurado al mismo viaje. Tampoco es nuevo para decenas de nicaragüenses que cruzan a Costa Rica por puntos ciegos o para los que se arriesgan a atravesar los países del norte de Centroamérica y México en su sueño por llegar a EE.UU.

A unos pasos de la burbujeante olla de frijoles hay un puñado de casas de campaña que muestran enseres ligeros como zapatos y algunas mudadas de ropa que se ven como lenguas salidas. Algunas de estas casas fueron donadas por los misioneros de una iglesia cristiana, quizá la única que preste asistencia humanitaria a este grupo concentrado en este parqueo en el que prácticamente están a la intemperie.

Mauricio Herrera, ministro de Comunicación del Gobierno de Costa Rica, dijo a LA PRENSA vía telefónica que “allí no se les puede atender por la cercanía con la zona primaria de la frontera”. Sin embargo, Herrera dice que se han habilitado dos albergues (con agua, techo y comida) en el sector de El Jobo de la Cruz, a unos 20 kilómetros de la frontera, y otro en un centro comunal en las vueltas de Peñas Blancas, a uno pocos kilómetros de la guardarraya.
En este predio de la empresa costarricense Transportes Deldu SA, según se lee en el portón de la entrada, se estiman que habrá entre 300 y 400 personas. La mayoría son hombres, también hay mujeres y niños.

Y se cree que vienen más caminando desde Brasil, dice José Rodríguez, pastor de las Iglesias Bíblicas Costarricenses, que ha atendido al grupo con algunos alimentos.

“Ahorita lo más importante es alimentos. Las organizaciones estatales no están haciendo prácticamente nada. Sí se hizo con los cubanos, pero a estos se les dejó prácticamente de la mano de Dios”, dice Rodríguez sobre este grupo.
La mayoría se guarece debajo de carpas de plástico negro. Así resisten las inclemencias climáticas de una espera indefinida: la voracidad del sol y el calor, el frío y la humedad de los aguaceros imprevisibles.

Los que no caben en las champas se acomodan en los patios y corredores de algunas casas del vecindario. Improvisan dormitorios con trapos, cartones y maletas. La mayoría va muy ligero de equipaje. Y la han ido aligerando a lo largo de la travesía cuando han sido presa de robos y atracos, según cuentan.

En el predio de Transportes Deldu SA no hay donde resolver sus necesidades fisiológicas. Muchos practican fecalismo al aire libre, explica Rodríguez y considera que este “problema que ha tomado por sorpresa al país” (Costa Rica) puede acarrear algunos problemas de salud para la población alrededor.

A la sombra de unos raquíticos árboles que se ven en el predio se juntan unos hombres para hablar y compartir unos bocados de arroz y frijoles. Un recipiente plástico cuadrado con gallopinto circula de mano en mano. Se carece de platos, cubiertos y mesas. Comen de pie y usan los dedos en lugar de tenedor.

Aunque muchos acaban de conocerse en este punto geográfico de Centroamérica, practican la máxima de compartir la comida, costumbre heredada por sus abuelos.

Hay gente sentada en piedras o dentro de las champas, otros acostados en cartones, en la hierba, uno que otro dormita en hamaca, un niño que apenas camina se pasea alrededor de tres mujeres “maleteadas” sobre cartones. Son algunas de las escenas diversas que se han vuelto cotidianas en ese parqueo en las últimas tres semanas. Todos esperan que en algún momento el gobierno nicaragüense cambie de idea, abra la frontera y los deje pasar.

“Por favor, por favor, le pedimos al gobierno de Daniel Ortega que nos deje pasar. Somos humanos”, dice Carlos Ambia, un congolés de 29 años. Otro que también habla español propone al gobierno nicaragüense que si les cobran 100, 150 o hasta 500 dólares por pasar, ellos están dispuestos a pagar. “Es más cara esta espera”, dice el hombre que también va en camiseta, short y chinelas. Por ahora esa espera lleva más de dos semanas.

MIGRACIÓN AFRICANA EN CENTROAMÉRICA

La migración africana es protagonista desde hace algunos años de tragedias en Europa, continente que pone toda suerte de barreras para impedir el paso a su territorio, donde los africanos, sobre todo de África del Norte y de la región Subsahariana, sí pretenden afincarse.

A mediados de abril, alrededor de mil inmigrantes africanos que intentaban llegar a las costas europeas se ahogaron en las aguas del Mediterráneo.

“Y en lo que va de este año se calcula que unas 900 personas procedentes del norte de África han muerto tratando de realizar el peligroso trayecto por las aguas del Mediterráneo para llegar a Europa”, publicó el portal web de la BBC tras la tragedia de abril.

En Centroamérica el flujo de migrantes africanos no era muy conocido. Algunos casos por goteo y uno que otro grupo apenas registrado en los medios de comunicación. Hace cuatro años un coyote abandonó en Bluefields a 52 africanos de siete países distintos. Al dejarlos, el coyote que los estafó los engañó diciéndoles que acababan de llegar a Estados Unidos. Ninguno hablaba español. La Policía local no sabía qué hacer con ellos. Un grupo de pobladores se organizó y proveyó de alimentos a los ciudadanos africanos.

Hasta el 12 de junio la Policía de Rivas remitió a la Dirección de Migración y Extranjería de Nicaragua a 282 migrantes. La mayoría de ellos cubanos, haitianos, ecuatorianos y del Congo.

El diario El País de España reportó el pasado viernes la llegada de 109 africanos en Honduras, que habrían pasado a escondidas por territorio nicaragüense, donde se les ha prohibido el paso.

La nota periodística refiere que el gobierno hondureño estudiaba dejarlos pasar con un salvoconducto. En México el número de emigrantes de origen africano se ha disparado en los últimos tres años, según estadísticas de las autoridades mexicanas citadas por el diario español.

Aunque los migrantes consultados en Peñas Blancas aseguran que emprenden su viaje de su país de origen en avión, otras fuentes indican que arrancan su recorrido en barco. El trayecto en barco desde El Congo al país de la samba dura aproximadamente dos semanas.

Hasta ahora Centroamérica había sido un corredor tanto por el Pacífico como por el Caribe de migrantes sudamericanos, sobre todo de Ecuador y Perú, explica Martha Cranshaw de la Red Nica Migrantes.

TAPÓN TAMBIÉN PARA CUBANOS

Sin embargo, en noviembre del año pasado irrumpió masivamente la migración cubana, pero el gobierno de Daniel Ortega cerró las puertas, como lo hace ahora con los africanos.
A diferencia de los africanos, los cubanos que se aglomeraron fueron atendidos en otras condiciones, cuentan habitantes de la zona fronteriza y el pastor costarricense.
Al final, en el caso de los cubanos hubo un acuerdo que permitió trasladarlos primero a El Salvador y luego a México.

“PARA NO PERDER MI VIDA”

Colombo Monpase, 33 años, es de El Congo. Es profesional. Tiene una licenciatura en Ciencias Informáticas y una especialidad en Telecomunicaciones. Aprendió español tras los seis años que vivió en República Dominicana. Dice que abandonó El Congo tras la muerte de dos parientes. Dice que su papá era político y salió un día a una reunión, con su hermano mayor, y nunca más volvió. “Salí para no perder mi vida”, dice Colombo, un hombre alto que usa lentes.

Allá quedó su mamá y una hermana, escondidas. Dice que si hubiera estabilidad en El Congo no se hubiera ido. Sobre su viaje dice que salió hace cinco meses. Viajó de El Congo a Brasil, donde se quedó unos meses trabajando en cualquier cosa. Recogió algo de dinero para continuar su viaje. Dice que en su país tenía trabajo. Ganaba unos 300 dólares. “Bajo para un profesional”, dice este hombre cuyo relato es ahogado por los pitazos de furgones que van hacia la Aduana en el puesto fronterizo. Lo rodean otros hombres que al comienzo aseguran que no hablan español, pero poco a poco expresan sus opiniones. Hablan una mezcla de español y portugués, “portuñol”, sobre el drama individual, que termina siendo colectivo, para llegar a este atracadero de camiones. “Es un viaje largo y difícil”, resume Colombo.

“Se están acumulando de manera importante, eso es un problema. Eventualmente esas personas no logran salir del país, es mano de obra que va a comenzar a competir directamente con la mano de obra nicaragüense”.
Mauricio Herrera, ministro de Comunicación del Gobierno de Costa Rica.

LAGARTOS EN EL RÍO

En este puesto fronterizo tampoco están exentos de peligros. Dos policías costarricenses que se detienen para escuchar al grupo explican que muchos de ellos se bañan en un río cercano y que ahora con el invierno sus aguas subieron de nivel y han aparecido lagartos que podrían representar un riesgo para cualquier persona.
Los migrantes también están expuestos a los robos. Uno de los policías dijo que hace poco supieron que a uno de los migrantes que están en el albergue de El Jobo un familiar le mandó dinero a través de un giro bancario, pero la persona a nombre de quien hicieron el depósito se robó el dinero. “Hay que decirles que no pueden confiar en cualquiera”, insistió el policía.

En el parqueo donde se encuentran no tienen acceso a servicios básico. LA PRENSA/ O. NAVARRETE

Tan cerca de la frontera la tentación de los coyotes no se hace esperar. Hace unos días varios de los emigrantes que duermen en el parqueo intentaron entrar a territorio nicaragüense de la mano de un coyote, que les quitó el dinero y los dejó en medio del monte. Hinco Blac, 37 años, lo único que guarda en su billetera es el recibo que le entregó un hombre de iniciales J.M.O. en concepto de viaje a Honduras por el que pagó 600 dólares. Blac dice que el hombre los dejó tirados en el camino y aparecieron otros para robarles, en la huida una mujer resbaló en un terreno cenagoso y se fracturó el brazo.
Varios de los que ofrecen su testimonio aseguran que algunas mujeres han sido violadas y golpeadas, pero al consultarle a las que están en el parqueo, todas las presentes lo negaron. Sólo hablaron de golpes.

LLEGÓ HASTA WASPAM Y LO SACARON

Algunos como Renice Samon, de origen congolés, explica que él fue capturado en Waspam, Río Coco, con otros siete migrantes. De allí fueron llevados a Bilwi y luego a la capital, donde les habían asegurado que los llevarían a la frontera con Honduras, pero pasó lo contrario, los expulsaron del país por Peñas Blancas.

Otro joven que asegura ser originario de Senegal, pero que rehúsa a dar su nombre, dice que él viajó desde Bogotá a Managua por avión. Asegura que él no requiere visa para entrar a Nicaragua, sin embargo, cuando aterrizó, las autoridades migratorias no lo dejaron salir del aeropuerto. Lo retuvieron y luego lo trasladaron hasta el puesto fronterizo de Peñas Blancas.

SÓLO QUIEREN CRUZAR

“Lo que queremos es una asistencia para organizar un viaje por avión. Muchas veces un coyote viene por aquí y coge 600, 700 dólares a una persona y esa persona solo cruza las fronteras y nos deja aquí. Eso es peor, es crítico para nosotros”, dice un hombre alto y fornido, que prefiere omitir su nombre y fotografía. “Solo audio”, dice hablando en el mismo portuñol de los otros. Alza y abre los brazos y pregunta con una mirada penetrante “¿por qué el Gobierno de Nicaragua, por qué Daniel Ortega, no quiere dejarnos pasar como los otros países?”

Repite que ellos solo quieren “cruzar”. Lo reitera varias veces, y en coro los otros también repiten las dos palabras: “Sólo cruzar”. Y algunos agregan: “Por el amor de Dios, somos seres humanos, no somos delincuentes”.

Se encuentran varados en la frontera desde mediados de abril. LA PRENSA/ O. NAVARRETE

Este hombre dice que en su país era profesor y escritor y asegura que en algún momento escribirá las memorias de esta difícil travesía.

“En los casos como el de los cubanos y ahora el de los africanos tenemos un conflicto entre los marcos jurídicos nacionales, es decir, las leyes y por otra parte, en la otra esquina, los derechos humanos, las aspiraciones de estas poblaciones. Tenemos un conflicto entre la legalidad y la sensibilidad social”.
Martha Cranshaw,coordinadora de red Nica Migrantes.

En el grupo hay cierta urgencia por llegar a EE.UU antes que se celebren elecciones en ese país en noviembre próximo. Temen que gane el candidato republicano, Donald Trump, y dificulte la entrada de los inmigrantes. Creen que todavía bajo el gobierno de Barack Obama tienen más posibilidades de entrar a ese país.

A la par otro hombre de unos 50 años, pregunta con una sonrisa: “¿Es cierto que el Gobierno de Nicaragua nos dejará pasar a partir del lunes?”

Asegura que se enteraron de la noticia este miércoles -la semana pasada- temprano.
“Que nosotros sepamos, no”, contesta la reportera.

En Peñas Blancas, del lado nicaragüense, hay varios retenes militares que se prolongan hasta cerca del puente Ochomogos y que mantienen “taponada” la pasada para estos emigrantes que han atravesado media docena de países y el Atlántico.

Datos

1,400 pobladores de distintos países africanos han ingresado a territorio costarricense desde mediados de abril, según registro de las autoridades de ese país.

También se registra la muerte de un africano por bronconeumonía.

Reportajes migrantes africanos Peñas Blancas archivo

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COMENTARIOS

  1. Chinto Suarez
    Hace 8 años

    la migracion de estos africanos a EEUU, tiene una connotacion conspirativa, estan sembrando la semilla islamista en territorio gringo. es una bomba de tiempo!

  2. johnny bee
    Hace 8 años

    seria interesante saber quien financia los pasajes desde africa.

  3. putin
    Hace 8 años

    Que lamentable cituacion de estos pobres africanos , los coyotes siempre al asecho robandoles
    lo poco que traen hay una banda muy dedicada a esto y la policia sabe muy bien quienes son, todos estos coyotes les roban y los dejan botados en la maleza del monte quien no lo sabe aqui en peñas blancas

  4. fred walsh
    Hace 8 años

    por que no hace algo el gran pais de colombia y o el gran pais de panama paises con dedesarrollo y gobiernos de derecha impecables ,

    1. jose m. fernandez.
      Hace 8 años

      Es notable q’ todos estos refugiados solo salen de países de influencia comunista,y los afectados no quieren viajar a Rusia,China,Norcorea,Venezuela,y otros países socialistas,todos solo quieren irse a vivir al CAPITALISMO explotador de USA,q’ fenómeno mas raro

  5. nica
    Hace 8 años

    La migracion por razones economicas y politicas se ha globalizado tambien. Todos buscan paises economicamente estables, sin guerras, pero tras ellos vienen problemas de toda indole. La gran mayoria de estos migrantes carecen de educacion adecuada para demandar un trabajo, traen un trasfondo personal desconocido y pueden ser delincuentes huyendo de la justicia de su pais. Tienen habitos y costumbres diferentes a los de la region y causan un choque cultural que puede ser aceptado o rechazado por los pobladores que no entienden sus problemas. En este caso su destino es Norteamerica, pero sin un documento que avale su ingreso a ese pais, esta Nicaragua en el derecho de cerrarles el paso? Si los deja pasar y Honduras no lo permite, estos quedarian cautivos en Nicaragua y se convierten en problema humanitario, politico, etc. para el pais, y la mejor decision para Nicaragua es bloquearlos antes que ingresen. La solucion esta a mas alto nivel, la ONU debe resolver de manera global este problema, pero la avaricia, el deseo de poder, los radicalistas religiiosos y la injusticia economica deben desaparecer primero.

  6. Danto Martinez
    Hace 8 años

    Se contará en la historia en algun momento el repudiable comportamiento del gobierno de Nic, tal como se ha escrito de otros en otros momentos de la historia.

  7. marcel
    Hace 8 años

    Por que EE.UU tiene que ser el blanco de la migracion illegal? por que al “imperio del norte? la corrupcion de gobiernos intolerantes es el origen de esta desbandada de cudadanos que en cierto modo desestabilizan a gobernos que no estan en condiciones de antender a esta pobre gente. Existen otros paises en el mundo donde podrian migrar, Rusia, Arabia saudita, y otros paises petroleros ricos.

  8. lazaroto
    Hace 8 años

    si Costa Rica los deja entrar, pues entonces que se haga cargo de ellos y no este molestando a Nicaragua. No hay que dejarlos pasar por que no se sabe que personas vienen ahi revueltas. Puedes ser miembros de las redes del pais islamico. Si no se ponen estrictos este flujo de africanos aumentara dia a dia, pasara lo mismo que esta pasando en Europa.

    1. Mars 305
      Hace 8 años

      Totalmente de acuerdo contigo lazaroto, estas migraciones ilegales tienen a toda Europa en bancarrota, y por ultimo hasta se infiltran terroristas musulmanes que tanto daño hacen con esa su religion fanatica y criminal.

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