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Primer acto de una farsa y fin de otra

El fin de semana pasado los nicaragüenses presenciamos el primer acto de una farsa electoral donde no hay verdaderos contendientes,

El fin de semana pasado los nicaragüenses  presenciamos el primer acto de una farsa electoral donde no hay verdaderos contendientes, prueba de ello es que el proceso de “verificación ciudadana” fue marcado por la indiferencia y la apatía. Esto es un presagio de lo que serán las votaciones de noviembre, que si por la víspera se saca el día, estarán marcadas por una abstención sin precedentes.

Al mismo tiempo y de pura casualidad, se dio también, sin que nadie se lo propusiera, el último acto de la farsa canalera, con la inauguración del tercer juego de esclusas del Canal de Panamá ampliado con el tránsito del megabuque chino de 9,400 contenedores Andrónikos, que fue bautizado para la ocasión como “COSCO Shipping Panamá”.

Únicamente como referencia, la ampliación del Canal de Panamá costó 5,450 millones de dólares, aunque hay un reclamo del consorcio constructor por 3,000 millones adicionales por elevación de los costos, que podría hacerlo subir significativamente. La ampliación tomó nueve años desde su inicio hasta su inauguración el pasado domingo 26.

En contraste, el empresario chino Wang Jing prometió que el canal de Nicaragua, cuya ruta es tres veces mayor y presenta mayores complejidades técnicas, financieras, de mercado y ecológicas, se completaría en tan solo cinco años, una vez iniciada su construcción y costaría cerca de 50,000 millones de dólares.

El “inicio de las obras” tuvo lugar oficialmente en Brito hace 18 meses, o sea que según sus estimados inverosímiles, estamos a poco más de tres años de ver pasar el primer barco. Con el cruce del primer megabarco de 300 metros de eslora y 48.2 de manga por el Canal de Panamá ampliado, la realidad ha desnudado la megafarsa de Wang Jing y Ortega, que debió haber llegado a feliz término el pasado domingo.

Lo que resta ahora para bajar el telón definitivamente es que el mismo Ortega lo reconozca, a como reconoció la inviabilidad del “Supremo Sueño de Bolívar” y ordene la pronta derogación de la Ley 840, que le otorga a Wang Jing el derecho expropiatorio a valor catastral de las tierras de miles de campesinos a lo largo y ancho de la supuesta ruta canalera y de paso, recuperar así la soberanía nacional que ha sido lacerada por dicha ley entreguista.

No pude menos que admirar la obra durante la transmisión en vivo por CNN, una obra que fue realizada como proyecto de nación durante tres gobiernos panameños, luego de que fuera aprobada por el 76.8 por ciento del voto en un referéndum el 22 de octubre del 2006.

No pude menos que admirar el orgullo de nación de todos los panameños y sobre todo la humildad del actual presidente Juan Carlos Varela, al reconocer que se opuso a la construcción de la obra en dicho plebiscito, que hoy tenía la fortuna de estar inaugurando en nombre de todos los panameños.

Más aún fue mi admiración, cuando al final de su discurso inaugural, el presidente pidió a todos los presentes que alzaran sus banderas panameñas en señal de alegría por esta nueva obra que vendría a servir de puente al mundo, a como lo ha sido Panamá desde que en 1914 se abrió el canal al tránsito marítimo.

Pensé que si Ortega hubiera tenido la remota posibilidad de inaugurar el mentado Gran Canal por Nicaragua, jamás hubiera apartado las banderas partidarias y mucho menos pedido a la concurrencia que alzaran solo la Bandera Nacional.
Lamentablemente, en Nicaragua ya no hay proyectos nacionales, solo proyectos partidarios.

Mientras este acto solemne tenía lugar al lado de una obra tan majestuosa, en Nicaragua una nueva farsa iniciaba con el proceso de “verificación ciudadana” donde a lo sumo concurrió, de acuerdo con las mismas cifras oficiales del Consejo Supremo Electoral (CSE), el 33 por ciento de los ciudadanos aptos para votar e inscritos en el padrón electoral. Una verificación significativamente más baja que la del 2011, cuando la participación alcanzó un 52 por ciento.

Estaremos atentos a presenciar los próximos actos que nos depara esta megafarsa política, que con la exclusión tácita de la verdadera oposición, no promete muchas sorpresas. El guion ha sido escrito.

El autor es diputado electo bajo la bandera del PLI opositor.

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COMENTARIOS

  1. Jose
    Hace 8 años

    Si
    el señor Pedro Joaquín dice es primer acto de una farsa ¿por qué no se
    convierte en opositor en alguna casilla de los liberales enriqueciendo
    de alguna manera la cantidad de electores o aumentandolos con los
    simpatizantes que el tiene? No hay peor intento que el que no se hace.

  2. juvenal mairena
    Hace 8 años

    Pedro la farsa comenzo desde hac e rato. La Diputacion que ostentas es en si una gran Farsa, es meritorio que el unicxo que no acepto ser parte de esa Farsa fue Don Fabio Gadea.

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