Juego de Tronos es una serie “muy política” cuyo éxito reside en lograr el “equilibrio perfecto” entre fantasía y realidad, y así lo defiende Sophie Turner, la actriz que da vida a Sansa Stark, un personaje que ha pasado de niña a mujer “fuerte” a la par que “insensible, manipuladora y sádica”.
“La fantasía aporta la dosis justa de evasión que es necesaria en el mundo en el que vivimos mientras que los elementos humanos hacen que todo el mundo se vea un poco a sí mismo en la serie”, explica la actriz británica (Northampton, 1996).
Otro de los puntos que, para Turner, juegan un importante papel en el éxito de la producción creada por Daniel Benioff y D.B. Weiss para HBO, es la representación de las tramas de poder: “Es una serie muy política que permite relacionar lo que ocurre en ella con hechos históricos y de actualidad”.
La serie, basada en las novelas de la saga Canción de hielo y fuego, de George R.R. Martin, es todo un fenómeno global con el que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, obsequió al rey Felipe VI el pasado año: “No lo sabía pero me parece impresionante y muy emocionante” ha dicho, divertida, la actriz.
CRECE JUNTO A SU PERSONAJE
En cuanto a su personaje, Sansa, dice que es el que más ha cambiado a lo largo de la serie, antes de apostillar que no sabe “absolutamente nada” de lo que ocurrirá en la séptima entrega de la ficción tras lo ocurrido en el último capítulo de la sexta. La joven Sophie Turner asegura haber crecido junto a su personaje: “Tanto Sansa como yo estamos tratando de buscar nuestro camino, aunque ella lo está haciendo de forma mucho más rápida y mejor”, bromeó.
PAPELES
Pese a su juventud, Sophie Turner ya ha trabajado en cinco producciones cinematográficas, entre ellas X-Men: Apocalipsis, aún en cartelera en España, y Mi otro yo (2014), de Isabel Coixet.
“Mataría por volver a participar en una de sus películas. Es una de las mejores directoras con las que he trabajado, además de una de las más majas. Me encanta”, dice Turner sobre la cineasta catalana.