La Organización de Naciones Unidas (ONU) llamó ayer a los gobiernos de Centroamérica y a la comunidad internacional a actuar “de forma urgente para ayudar a reforzar la resiliencia y la seguridad alimentaria, y restaurar los medios de vida dañados por la sequÃa y otros impactos meteorológicos extremos†provocados por El Niño en el Corredor Seco centroamericano.
Según la ONU como resultado de la sequÃa provocada por El Niño en los dos últimos años, “unos 3.5 millones de personas necesitan ayuda humanitaria†y “1.6 millones están en situación de inseguridad alimentaria moderada o grave en los paÃses más afectados: El Salvador, Guatemala y Hondurasâ€.
Al término de una reunión realizada en Italia, en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, entre representantes de diversos organismos de la ONU, organizaciones socias y representantes de los gobiernos centroamericanos se emitió esta declaración conjunta que no incluye datos de Nicaragua ni reporta la participación de funcionarios de alto nivel.
Dicha nota hace hincapié en la necesidad de adaptar los sistemas de producción de la agricultura familiar a pequeña escala en el Corredor Seco centroamericano y de incrementar los esfuerzos para reducir la pobreza, la desigualdad y la vulnerabilidad socioeconómica y ambiental de la región.
ATACAR PROBLEMA DE RAÃZ
Para el director general de la FAO, José Graziano da Silva, “el desafÃo al que se enfrenta el Corredor Seco no es solamente el cambio climático: sino también la pobreza extrema y la inseguridad alimentaria y nutricionalâ€.
Graziano da Silva advirtió que se debe “cambiar la estrategia de la respuesta tradicional y hacer frente a las causas estructurales de la pobreza y la inseguridad alimentaria en el Corredor Seco Centroamericano, y no conformarnos con simplemente montar una respuesta humanitaria cada vez que se produce una situación de emergenciaâ€.
Según la FAO hay que garantizar “la resiliencia, incluyendo el desarrollo sostenible y la adaptación al cambio climáticoâ€. Para lograrlo será fundamental el aporte de una alianza estratégica formada por las organizaciones de la ONU junto a los esfuerzos de la cooperación sur-sur, pero dada la magnitud del desafÃo “se requiere el apoyo de toda la comunidad internacionalâ€.
Estas acciones según la directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Ertharin Cousin, “salvarán vidasâ€, además, “los datos y la experiencia demuestran claramente que los costos de la respuesta de emergencia y rehabilitación después de producirse un desastre superan de forma sustancial el coste de la reducción de riesgos y de las medidas de mitigación tomadas antes de que ocurra ese desastreâ€.
MÃS FRECUENTES Y MÃS GRAVES
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en el Corredor Seco centroamericano viven unos 10.5 millones de personas, con cerca del 60 por ciento de ellas en situación de pobreza.
La región se caracteriza por una elevada tasa de deforestación, degradación del suelo y escasez de agua. Condiciones que se ven agravadas por la presencia de fenómenos climáticos como El Niño que provoca sequÃa y su contraparte, La Niña.
Pese a que estos fenómenos climáticos han sido cÃclicos, según la FAO en los últimos años los efectos extremos provocados por estos —sequÃas e inundaciones— han aumentado su frecuencia y gravedad, “debido principalmente a los efectos del cambio climático globalâ€.
CON INCLUSIÓN SOCIAL
La Organización de Naciones Unidas en su llamado a contrarrestar los efectos de la sequÃa en el Corredor Seco centroamericano, hace énfasis en la necesidad de “garantizar la inclusión social y económica de las comunidades vulnerables, mientras se aumentan y diversifican las oportunidades de ingreso, cambios que, a su vez, reducirán los altos niveles de migraciónâ€. También pide que se impulse la inversión pública y privada y la cooperación técnica y financiera en esa zona.