Para refutar el informe que realizó una junta médica del Instituto de Medicina Legal sobre el expediente clínico de la paciente Lizandra Jarquín, de 25 años —quien falleció después que el acusado David Páramo le realizó una cirugía estética de liposucción y aumento de glúteos—, la abogada Sobeyda Manzanares, defensa del procesado, propondrá una lista de médicos de la misma calidad de los forenses como peritos.
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Este fin de semana, Páramo rechazó el informe de Medicina Legal y llamó “temerarios” a los forenses que realizaron el informe, descalificándolos porque “no son especialistas en cirugía plástica” y afirmó que el caso “debe ser estudiado por otros médicos especialistas en cirugía plástica”, para llegar a la verdad.
Manzanares dijo que en su momento detallará las deficiencias del informe legal y algunos vacíos en el procedimiento de recolección de la prueba. También aseguró que hay procedimientos pendientes que verá si la Fiscalía los ofrece en la audiencia inicial del próximo 7 de julio.
FALLÓ EN PROCEDIMIENTO
El informe forense dice que “producto de la inobservancia de las normas del deber de cuidado quirúrgico, el acusado Páramo produjo que la víctima presentara una embolia grasa masiva y microscópica a nivel pulmonar, ocasionando un edema cerebral y pulmonar, desencadenando su muerte”.
También dice que el galeno no informó a la paciente sobre los riesgos de la cirugía, pues no consta en el expediente. Tampoco indicó el diagnóstico de la condición estética de la paciente, lo que es parte del protocolo en un procedimiento quirúrgico.
Señala que el acusado faltando a su deber de cuidado y careciendo de criterios clínicos adecuados procedió a extraer grasa del cuerpo de la víctima en cantidades superiores a la debida. Extrajo 8.2 litros de grasa y la paciente pesaba 156.2 libras (71 kilogramos), según acusación.
El acusado se defendió diciendo que si inyectó siete litros de solución Klein (solución anestésica diluida) es lógico que tenía que extraerla, por tanto solo sacó 1.2 litros de grasa.
Según el informe forense, la paciente no estaba apta para realizarle una megaliposucción y que por su masa corporal solo podía recibir hasta 3.5 litros de solución Klein y no los siete litros que le administró el médico.
Páramo agregó que los forenses se han centrado en la liposucción y no en la operación de glúteos que “es más peligrosa porque tenés que inyectar grasa y esa se puede filtrar por un vaso sanguíneo y es una complicación que puede pasar en toda cirugía”.
Sandra González, madre de la víctima, se mostró extrañada de la posición del acusado y recordó que cuando el caso aún no llegaba a los juzgados, el médico afirmaba que “Medicina Legal tendría la última palabra”.
“El dictamen fue hecho por varios médicos especialistas, por qué ahora duda de la capacidad de los médicos”, se preguntó González.
MÁS DE 16 TESTIGOS LISTOS
El Ministerio Público presentó entre los elementos de prueba a más de 16 testigos, entre estos al equipo de médicos que trabajó con David Páramo durante la cirugía practicada a la paciente Lizandra Jarquín, entre estos: Juan Ortega Maliaño, médico cirujano especialista en anestesiología y reanimación; Deyanira Moreno Guido, técnica anestesista y José Ampié Ortiz, técnico quirúrgico, quien asistió directamente al acusado durante la cirugía a la víctima. También están propuestos Nidia Núñez, anestesióloga, Marvin Mayorga médico internista intensivista, entre otros.