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Marianela Flores

Marianela Flores Maldonado, con su bebé Betzael que había sido raptado en hospital Alemán Nicaragüense en días pasados. LA PRENSA /Manuel Esquivel

Marianela Flores: “Que les caiga el peso de la Ley”

El niño está bien y su madre ya puede dormir después de un mes ocho días de sufrir pesadillas, tras su rapto de la sala del centro asistencial, luego de 12 horas de haber dado a luz.

En su reclamo de justicia por el rapto de su recién nacido Betzael Orozco Flores, Marianela Flores, demandó a las autoridades que profundicen en la investigación, pues sospecha que puede haber más implicados en el hecho ocurrido el 1 de junio en el Hospital Alemán Nicaragüense.

Y aunque Flores dice que desconoce “cuál es el castigo” que establecen las autoridades en este tipo de delito, pidió que a los sospechosos que sean encontrados culpables “les caiga todo el peso de la Ley”, pues considera que “fue un delito muy grave”.

Flores junto con su bebé permaneció cuatro días en el Hospital Carlos Roberto Huembes, de la Policía Nacional, donde estuvo bajo atención médica.

Tras haber sido dados de alta por los médicos de ese centro, Flores regresó a su casa, en el barrio Leningrado, sonriente con su pequeño en brazos. “No me lo creía, tenía como miedo tomarlo (en brazos), no me lo creía realmente que ya había despertado de esa pesadilla”, recuerda Flores mientras narra los momentos que siguieron al anuncio que le hizo un agente de la Policía el pasado 8 de julio, de que su hijo había aparecido. Y refiere que en cuanto vio al niño ella lo reconoció, pues su “su carita no ha cambiado”.

MOMENTOS QUE VIVIÓ EN HOSPITAL ALEMÁN NICARAGÜENSE

Ahora que ya sostiene a su bebé en brazos Flores dice que puede relatar los momentos que vivió en el interior del Alemán Nicaragüense, donde además de la tragedia que vivía después de que le habían arrebatado a su niño, recibió maltrato de parte de las autoridades de ese centro asistencial.

Ella considera que la negligencia de ese centro fue tal, que tras conocer la sustracción del bebé las autoridades médicas no informaron de inmediato a la Policía, sino que fueron sus parientes quienes denunciaron el rapto. Y hubo un momento, cuenta, en que una doctora “llegó de repente, no llegó de visita ni nada y me dijo: ‘Marianela ¿y qué ha pensado, qué ha decidido, se va a ir o se va a quedar?’ Ella sale… no se percata que yo voy detrás y la que le está esperando en la esquina es la directora”. Es por eso, que supone que fue la directora la que le mandó a hacer esa pregunta.

Flores no se explica cómo los trabajadores no se van a dar cuenta del ingreso de esa persona, que según dice, “la vieron y realmente no hicieron nada”. La Policía le ha asegurado a Flores que continúan con la investigación, por lo que ella considera que saldrán más implicados; aunque teme que por tratarse de un hospital público donde ocurrió el delito, las autoridades no apliquen la justicia como es debido.

De lo que ha conocido Flores, el rapto del bebé había sido planificado muy bien. Según ha escuchado, a una de las involucradas la llevaron desde días antes y por la noche, a eso le agregó que la supuesta enfermera, que en realidad tenía otro cargo, conocía muy bien el lugar y un tercero trabajaba en el área de lavandería, que le permitió conseguir la ropa para que la raptora se vistiera de doctora.

¿SECUESTRO DE BEBÉ CON RIBETES POLÍTICOS?

Ana Guadalupe García, una de las acusadas en el secuestro simple del bebé como encubridora, es secretaria general de la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetsalud) de Managua, quien apareció sorpresivamente acusada, ya que ella era parte del equipo de investigación del caso, por la posición que ocupa dentro del sindicato.

Fuentes hospitalarias también le confiaron a Flores de forma extraoficial que este caso tiene ribetes políticos entre los sandinistas. Estos hechos la llevan a pensar que la sustracción de su bebé fue para otro tipo de motivos, “porque no creo que lo hayan querido al niño para esas personas… por el estado que lo tenían (al niño)”, pues hubo mucho descuido pese a que fue un mes que lo tuvieron.

Según familiares de García, el último día que la vieron fue en la actividad del repliegue táctico hacia Masaya (el viernes 8 de julio), cuando ella les comunicó que se regresaría a Managua porque le habían avisado que el bebé ya había aparecido y dio gracias a Dios.

“Nos sorprendió que la involucraran porque ella (Ana García) trabajó en esa investigación desde el inicio y rogaba a Dios que apareciera pronto. Le estamos dejando las cosas a Dios”, indicó Katy García, hija de la acusada, quien aclaró que fue advertida de que no dijera nada, para no empeorar las cosas.

La acusada Ana García estaba siendo promovida por Fetsalud, para candidata a diputada por el partido Frente Sandinista, afirman compañeros de trabajo de ella que no quisieron brindar sus nombres por miedo a represalias, y familiares, y con esta acusación derrumbarían sus aspiraciones.

“Para nosotros es envidia de algunos que ven que ella (Ana) iba subiendo en el partido producto de mucho trabajo, porque ella es dedicada, tiene más de treinta años de ser militante del partido, somos hijas de un combatiente histórico”, dijo Eugenia García, hermana de la acusada.

El día de la audiencia preliminar un grupo de ocho trabajadores, aproximadamente, se presentó a las afuera del Complejo Judicial en apoyo a García, quien fungía como supervisora del área de Nutrición del Hospital Alemán Nicaragüense, y fue fundadora de este centro, según compañeros de ella; pero no quisieron hacer notoria su presencia por miedo a ser implicados, aunque no especificaron por quién.

PENAS POR SECUESTRO SIMPLE

Según el artículo 163 del Código Penal de Nicaragua comete secuestro simple quien sustraiga, retenga u oculte a una persona contra su voluntad. La pena va de tres a seis años de cárcel y de 100 a 300 días multa.

Mientras que el artículo 470 del mismo cuerpo de Ley dice que comete encubrimiento quien, conociendo de la comisión de un delito y sin haber intervenido en el mismo como autor o partícipe, intervenga con posterioridad a su ejecución ya sea ocultando, auxiliando a los autores, eludiendo la investigación del hecho. La pena será de seis meses a tres años de prisión. En ningún caso podrá imponerse pena de prisión que exceda la señalada al delito encubierto. Las penas también pueden aumentar cuando el delito encubierto sea un delito grave.

Según el artículo 44 del Código Penal de Nicaragua, son cómplices los que dolosamente prestan cualquier auxilio anterior o simultáneo en la ejecución del hecho. La pena por este delito es accesoria a la de los autores, es decir, le impondrán una pena menos grave, cuyo límite máximo será el inferior de la pena correspondiente al autor (menos de 6 años) y cuyo límite mínimo será la mitad de este (3 años).

SILENCIO EN HOSPITAL

LA PRENSA visitó las instalaciones del Hospital Alemán Nicaragüense en busca de Xinia Saballos, directora del centro hospitalario, pero el personal de seguridad no permitió el acceso al área de la dirección. El fiscal general indicó al guarda de seguridad que no dejara pasar al equipo periodístico. Acerca de la situación de los tres trabajadores de la salud involucrados en el caso, Juana Telica, directora de Comunicación del Ministerio de Salud, ofreció hacer la consulta y que luego devolvería la llamada. Hasta el cierre de nuestra edición no contestó las llamadas.

“En su momento vamos a pronunciarnos y hacer saber que Ana es honesta e íntegra en su trabajo. Todo el tiempo colaboró en ese caso y no entendemos qué pasó”, declaró uno de los trabajadores.

Lea también: Policía recupera a niño secuestrado en hospital de Managua

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COMENTARIOS

  1. Sin Compasion Alguna
    Hace 8 años

    En otras palabras, ella dice que se la dejen ir sin vaselina y sin compasion alguna a los raptores del pequeño infante.

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