En el choque de las realidades, Keyvin Lara sabe que el campeón mundial de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) en las 112 libras, Kazuto Ioka, es superior para el combate del 20 de julio. No hay síntoma de debilidad con el que el nipón ceda terreno ante el chinandegano, sin embargo, parte de la confianza de Lara, radica en primero tener claro ese punto, y de inmediato hincha su pecho, creyendo que siendo más endeble forjará la sorpresa.
Con un uniforme azul y rayas blancas se marchó todo el equipo hacia Japón, donde arribarán el día jueves a las 6:15 p.m. Su papá y entrenador, Reinaldo Lara, es el líder, Wilmer Hernández el preparador físico y Pablo Osuna, manejador del púgil, es quien estará al frente por cualquier inconveniente en términos de condiciones del local y asuntos administrativos.
Cuando se le pregunta a Keyvin en qué se basa para decir que traerá la corona a Nicaragua, responde de inmediato: “Trabajé hasta el agotamiento reconcentrado, no descansé ni los domingos, hice más de 160 asaltos de sparrings. Ioka no es un campeón que meta miedo, lo presionaré tanto que no lo dejaré respirar, mentalmente y físicamente estoy listo para lanzar golpes durante toda la pelea y quiero ser el primer chinandegano en ser campeón mundial”, señala el retador, con 18 victorias y una derrota en su récord profesional.
Lara se hizo en la incubadora del mundo, como es la pobreza, dejó la escuela en primer año, ya había repetido en tres ocasiones y dijo basta. Se dedicó a su carrera boxística y a cultivar la tierra en la finca pequeña de su papá, mientras paralelamente cosechaba triunfos a nivel nacional e internacional, como el conseguido en Panamá.
El muchacho de 21 años tendrá el otro mundo enfrente en Osaka, Japón, ese 20 de julio, pero será su esfuerzo personal, sus oraciones o el famoso destino, que decida abrirle las puertas a ese paraíso.
BUENA BOLSA
La bolsa de Keyvin Lara será de 30,000 dólares, una suma llamativa para el peso en el que pelará. Lo mismo recibió “Chocolatito” frente a Yutaka Niida.
Lara se marchó en 110.5 libras, se vio en todo momento seguro y aunque sabe que el japonés hace todo boxísticamente mejor, cree en los milagros y más forjados por el ímpetu y sacrificios.