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Danza

El espectáculo que ofreció el ballet folclórico nicaragüense Azul, en la Pequeña Habana. LA PRENSA/J. FLORES

Danza y canto para causas benéficas

El espectáculo fue un derroche de danza, canto, dichos e historias criollas, una mezcla de risas y llanto, emociones que se combinaron con los aplausos que logró conectar al elenco artístico con el público.

Una combinación de teatro, danza y canto fue el espectáculo que ofreció el Ballet Folclórico Nicaragüense Azul, en el Teatro Artime en la Pequeña Habana, a beneficio del asilo de ancianos La Providencia.

“Una danza por los ancianos” se denominó el show que ofreció un grupo de profesionales de la danza nicaragüense que han emigrado a Estados Unidos y se han unido con dos objetivos específicos: promover el arte y la cultura nicaragüense, y apoyar a través del arte causas benéficas.

Azul, dirigido por Yezzenia Watler Downs, lo integran jóvenes profesionales y amateur que donan tiempo, recursos y su talento para pertenecer al ballet y contribuir a causas benéficas. Al elenco se han sumado artistas de Colombia y Venezuela para apoyar al asilo de adultos mayores de Granada.

El espectáculo fue un derroche de danza, canto, dichos e historias criollas, una mezcla de risas y llanto, emociones que se combinaron con los aplausos que logró conectar al elenco artístico con el público que recordaba las raíces de la patria amada de la que partieron por múltiples razones.

Al inicio del espectáculo a través de un video, Azul explicó al público el porqué del espectáculo y la importancia de su asistencia para apoyar el hospicio que alberga a adultos mayores que en su mayoría no tienen familia, o son de escasos recursos.

La residencia de ancianos tiene necesidad de sillas de ruedas, andarivel, ropa de cama, pañales desechables, los sanitarios están en malas condiciones, los baños carecen de sillas especiales donde las personas mayores puedan bañarse sin riesgo de caerse.

“Nosotros aparte de contribuir a causas benéficas, sentimos la responsabilidad de ser embajadores de nuestra cultura. Que el nicaragüense en Miami sienta que tiene un sentido de pertenencia de identidad y de orgullo de ser nicaragüense en un país ajeno al suyo. Que puedan transmitir a sus hijos que quizás nunca han viajado sus raíces y su cultura de donde provienen sus padres y puedan entender su identidad ya que Miami es multicultural y el nica tiende a confundirse y olvidar sus jergas, costumbres y tradiciones”, aseveró Watler.

La directora del Ballet, dijo que el próximo paso es ir a entregar las donaciones recaudadas a Nicaragua y visitar el próximo proyecto a respaldar.

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