Más de cuatro mil migrantes africanos y asiáticos han ingresado a Costa Rica desde el pasado mes de abril, cuando una nueva crisis migratoria se desató en Paso Canoas, frontera tica con Panamá, esta vez con migrantes extracontinentales que ahora se han quedado varados cerca de la frontera con Nicaragua.
Según la Dirección General de Migración y Extranjería de Costa Rica (DGME), entre el 17 de abril y el 21 de julio de 2016, 4,090 migrantes que dicen ser africanos entraron al país, de los cuales 300 son niños y del total, 2,267 han recibido permisos temporales que les permite estar de modo migratorio regular en el país durante 25 días.
Congo, Senegal, Ghana, Costa de Marfil, Guinea, Togo, Nepal, Bangladés, Somalia, Somalia, Afganistán, Irak, Burkina Faso, India, Sudáfrica y Sudán han sido las 16 nacionalidades que autoridades costarricenses han identificado entre los migrantes; aunque se conocen que hay incluso haitianos.
Ellos abandonan sus países por la pobreza, guerra, violencia, hambre y violación de derechos. Algunos son sacados de sus países de origen hacia Dubái por redes de coyotaje, y llegan a Sudamérica por barco o avión. Ingresan al continente americano generalmente por Brasil.
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Llegan a Centroamérica atravesando Ecuador o Colombia y en un prolongado viaje irregular sin documentos de viaje, expuestos a peligros y deterioro físico por largas y complicadas caminatas; según una infografía hecha por la DGME.
Costa Rica mantiene abierto dos albergues en el sur de su territorio para recibirlos desde Panamá, donde les cambian categoría migratoria para que transiten de modo regular, pero como la finalidad de ellos es llegar a Estados Unidos; transitan hacia la zona fronteriza con Nicaragua donde miles se han quedado varados por el cierre de las fronteras nicaragüenses.
En la zona de Peñas Blancas, cantón de La Cruz, Costa Rica abrió dos albergues más y en Los Chiles, también fronterizo con Nicaragua, hay un salón parroquial donde decenas de extracontinentales son asistidos.
En el parqueo Deldú, a pocos metros de la guardarraya que divide a Nicaragua y Costa Rica por Peñas Blancas, hay cientos de africanos a la intemperie que no han querido ser atendidos de manera humanitaria en los albergues habilitados por Costa Rica, a la espera de que Nicaragua les abra la frontera o que puedan cruzar con ayuda de coyotes.
Se ha gestionado una nueva entrevista con el Ministro de Comunicación y Vocero del tema, Mauricio Herrera, pero por razones de agenda no ha podido. En declaraciones a la prensa local, la directora interina de la DGME, Gladys Jiménez, informó que la mitad de esos 4 mil africanos probablemente ya salieron del país con ayuda de coyotes.