El jovencito que el pasado 15 de julio ganó la primera medalla de Nicaragua en las Olimpiadas Internacionales de Matemáticas tiene una agenda de estudios muy rígida y de niño coleccionaba serpientes. Se llama Mauricio Rodríguez Gutiérrez y aún no decide cuál carrera universitaria escogerá.
El 7 de julio cruzó el mundo para ir a representar a Nicaragua en Hong Kong. Llevaba muchos sueños y el deseo de dejar bien parado a su país. Junto con él iban otros cuatro estudiantes de secundaria nicaragüenses, pero a pesar de que todos dieron batalla en cada una de las pruebas que se les presentaron, solamente Mauricio, en su segunda participación en este tipo de eventos, logró obtener una medalla de bronce.
A sus 18 años, el muchacho acaba de culminar sus estudios de bachillerato en el colegio Pierre y Marie Curie de Managua, donde estudió becado. Sin embargo, aunque espera que su futuro sea brillante, aún baraja sus posibilidades antes de elegir una carrera universitaria, pues no se decide entre Matemática, Química y Física. Cuando lo haga, su madre, María de los Ángeles Gutiérrez, le ayudará a buscar becas en el extranjero.
LA COMPETENCIA
Para seleccionar a los mejores estudiantes de Matemáticas en Hong Kong los organizadores del evento realizaron dos exámenes a cada uno de los participantes en dos días distintos. Mauricio cuenta que cada uno de los exámenes contenía tres problemas y que les dieron cuatro horas y media para resolverlos. Se trataba de combinatorias, teoría de números, álgebra y trigonometría, cuenta el joven, quien el sábado por la noche volvió a casa, tras 22 horas de vuelo.
“En el examen del primer día, cuatro miembros de la delegación logramos resolver el primer problema. En el segundo problema solamente yo logré sacarle dos puntos. La fortaleza del equipo estaba en geometría. El primer problema era geometría, el segundo de combinatoria y el tercer problema de teoría de números”, detalla.
Recuerda que cuando terminó el primer examen tenía cerca a un estudiante de El Salvador y otro de Singapur, esta última considerada una de las mejores delegaciones. Discutieron cómo les había ido con los problemas y Mauricio se sintió bien. “Singapur logró hacer dos de los problemas y yo había hecho bien uno, y estaba bien porque con eso ya tenía asegurada la mención de honor, y era un progreso”, recuerda.
Una vez concluidos los días de exámenes, los organizadores del evento llevaron a los participantes a conocer Disneyland de Hong Kong y otros lugares turísticos. Mientras tanto, los jefes de las delegaciones revisaban las soluciones de los problemas elaboradas por los estudiantes y las defendían ante el jurado internacional para ver cuántos puntos se les otorgaría a las soluciones completas o parciales.
Cuando Mauricio volvió de su paseo, lo recibieron con una feliz noticia: había completado 16 puntos.
EL HORARIO ESTRICTO DE MAURICIO
Para María de los Ángeles Gutiérrez, madre del joven, el amor al estudio se despierta en un niño estimulándole la curiosidad. “Cuando uno capta un poco de chispa en los hijos hay que tratar de mantenerla, pero es pesado porque hay que estar detrás”, comenta.
Su hijo siempre fue un niño muy inquieto y curioso, prueba de ello es que participó en las ferias de ciencias del colegio desde que estaba en segundo nivel de preescolar. En aquella ocasión presentó en vasos de vidrio su colección de serpientes.
Para doña María, la disciplina le ayudó mucho a su hijo a formarse. “El nintendo era limitado. No lo utilizaba los días de semana. Él tenía un horario de sus actividades muy rígido y lo pegué en la pared para que en su cabeza estuviera todo programado”, sostiene.
En su infancia “los sábados él estaba libre para hacer sus juegos hasta el domingo al mediodía, ya que hay que acostarse temprano. Aunque saliéramos ese día, debíamos estar en casa a las 6:00 p.m. para estar listos para el otro día. Esos detalles a los padres no les gusta hacer porque es sacrificio suyo, de su esparcimiento”, señala.
Mauricio habita rodeado de naturaleza en una vivienda ecológica en los alrededores de la capital. En la casa se utilizan paneles solares para obtener energía para las luces y los electrodomésticos.
Según su madre, el muchacho estudia hasta las 3:00 de la tarde en su colegio, al llegar a casa descansa un poco y luego se dedica a terminar sus deberes escolares. Si no hay luz eléctrica, porque el panel no logró cargarse en un día nublado, va a casa de otros familiares cercanos para acabar sus tareas.
Ya no tiene libres los sábados. Mauricio ingresó a Academia Sabatina de Jóvenes Talento en el 2011. Ahí lo preparan intensamente todos los sábados desde la 8:00 de la mañana hasta las 3:00 de la tarde.
No tiene novia. Dice que no tiene tiempo y que tampoco ha llegado “la persona indicada”.
LA COMPETENCIA INTERNACIONAL
Las Olimpiadas Internacionales de Matemáticas 2016 (IMO) se realizaron del 9 al 16 de julio en Hong Kong, donde participaron 602 estudiantes de secundaria de 110 países del mundo.
La delegación nicaragüense estuvo integrada por cinco estudiantes que forman parte de la Academia Sabatina de Jóvenes Talento, financiada por la Fundación Uno: Mauricio Rodríguez, quien recibió la medalla de bronce; Oliver Ulises Morales, Jafet Alejandro Baca y Richard Javier Rodríguez, que recibieron mención de honor; y Josué Francisco Hernández.
Roberta Zacapa Argüello, directora de desarrollo de Fundación Uno dijo a LA PRENSA que el rendimiento de los cinco estudiantes permitió que el país alcanzara el puesto 80 de los 109 países que participaron; es decir, que Nicaragua avanzó dos posiciones respecto a su participación de 2013 y 2015, según el sitio web oficial de la IMO.
