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Erasmo Moya “nunca se doblegó ante la piedra, que muchas veces sale muy dura”, dijo una vez su maestro Fernando Saravia. LAPRENSA/CARLOS VALLE

Erasmo Moya “nunca se doblegó ante la piedra, que muchas veces sale muy dura”, dijo una vez su maestro Fernando Saravia. LAPRENSA/CARLOS VALLE

Erasmo Moya el escultor de las gorditas de San Juan de Limay

El carácter imponente de las gorditas indígenas sorprende al transeúnte y se ha vuelto una especie de símbolo iconográfico. Moya, su autor, considera que estas piezas de arte monumental podrían a llegar a tener un valor en manos de coleccionistas, de entre cinco y hasta veinte mil dólares.

El carácter imponente de las gorditas indígenas sorprende al transeúnte y se ha vuelto una especie de símbolo iconográfico. Moya, su autor, considera que estas piezas de arte monumental podrían a llegar a tener un valor en manos de coleccionistas, de entre cinco y hasta veinte mil dólares.

“Nunca se doblegó ante la piedra, que muchas veces sale muy dura”, dijo una vez su maestro Fernando Saravia, al valorar en breve el camino andado por Moya, quien al pasar del tiempo se ha convertido en uno de sus mejores discípulos.

“Erasmo Moya no se conformó con ser artesano y quiso ser escultor, es decir artista”, señaló Saravia en su elogio. Y concluyó en su nota que “la constancia de Moya lo ha llevado a alcanzar formas escultóricas que ha perfeccionado hasta alcanzar la elegancia”.

EN LA MINA EL LIMÓN

Fue criado por su abuela Juana Moya. A sus 11 años trabajó espontáneamente esculturas de mujeres en barro, cuyo material buscaba junto con su hermano Ulises en las quebradas de la Mina El Limón, en León.

En estos riachuelos encontró petroglifos y rocas con formas antropomorfas y zoomorfas que le atraían su curiosidad, algunas las trabajaba y les daba color. También realizó hallazgos en los potreros de San Juan de Limay de piezas precolombinas, cerámicas, cuchillos y hachas.

Fue a esta edad que descubrió su vocación por las artes y lo precolombino, y decidió tomar un curso de dibujo por correspondencia con la Hemphill Schools, escuela de educación a distancia y se ganó un premio. Luego intercambió ideas con el dibujante Arnoldo Solís.

Trabajó como obrero en los talleres de mecánica de la Mina El Limón donde reparaban las máquinas perforadoras. “En las perforaciones de la tierra fue que conocí las variedades de piedras que hoy sigo trabajando”, dice Moya.

ARTESANO PREMIADO

A sus 25 años, Erasmo Moya (1952) decidió viajar a San Juan de Limay, un poblado habitado mayormente por campesinos, e instaló un pequeño taller rústico para esculpir artesanías decorativas de piedras, como campesinos con calabazos, carretas o ceniceros con forma de pie.

Piezas que luego exhibió para su venta en la Casa de las Artesanías en León, dirigida entonces por María José Sensidoni.

“Ahí conocí a Ernesto Cardenal quien exponía pequeñas artesanías, también a la poeta Mariana Sampson Argüello y su hijo Jorge Eduardo Argüello. Ernesto decía que mis trabajos eran nuevos, y esto para mí fue como un despertar”, rememora Moya su iniciación como artesano.

Luego llevó sus artesanías de diseños variados a una tienda del Centro Comercial Nejapa, en Managua donde exhibían sus creaciones Ernesto Cardenal, Federico Nordalm, Alejandro Canales, y otros artistas plásticos.

A pesar de ser un artesano sin escuela es invitado a exponer tres de sus piezas en Galería Tagüe, para su sorpresa una de sus esculturas un pie de 50 centímetros de largo recibió un premio de la sección cultural de la Embajada de Estados Unidos.

FUNDA TIPISCAYÁN

El padre Eduardo Mejía Zeledón organizó a un grupo de jóvenes y después de un retiro espiritual en San Juan de Limay, surgió la idea de formar el primer grupo de 12 artesanos.

“Esto fue como un milagro de Dios, habían carpinteros pero no artesanos, por eso digo que nosotros fuimos los iniciadores”, sostiene Moya.

Luego se sitúa como el organizador y motivador de la Cooperativa de Artesanos Tipiscayán, y se formó con Gerardo Avendaño,Leonel Vindell, Leopoldo Canales y otros. 

Cuenta que se contactó con el poeta Ernesto Cardenal, en busca de profesionalización, y este les envió al escultor Fernando Saravia que les dio clases a lo largo de un año sobre técnicas y estilos. 

Después Saravia le animó a trasladarse a Managua y así fue. Ahora quiere retornar a San Juan de Limay y fundar un taller-escuela de esculturas con técnicas nuevas y más ventajosas.

“Cuando sos creador mirás las ideas en las piedras y tratás de sacar las formas a luz y quitarle lo que está de más, es muy diferente al realismo clásico”, explica Moya al revelar sus secretos sobre la esencia y sentir en la creación de esculturas.

LA INFLUENCIA OLMECA

“Cuando vine de Italia me formé un estilo que fue este, del volumen, el rostro indígena y lo monumental”, destaca Moya. Por tal razón ha dedicado horas al estudio de las composiciones Olmecas, y las líneas de las obras de Henry Moore y Miguel Ángel.

En 1982, Moya fue becado por Universita Italiana per Stranieri de Pergugia, Italia, y participó en la Exposición Latinoamericana en la Galería Carrara. Años después, en 1989, participó en el Simposio Internacional de Esculturas en Riga, URSS.

Su primera exposición personal la realizó con apoyo del artista italiano Vittorio Tasinari, y fue exhibida en el restaurante San Juan de la Selva en 1995, luego realizó otra en 1999. Después en Galería El Águila en 1977, en este espacio permanece una colección de sus obras, que aluden a la mujer y lo precolombino.

RIESGOS

A pesar de sus medidas de seguridad, cuando trabajó las esculturas de mujeres gordas en Galería Santo Domingo, perdió un dedo y pasó dos meses sin trabajar, recuerda el escultor.

Otras de las dificultades que ha enfrentado el escultor durante el proceso de creación es la extracción de la piedra que se exporta del monte a la ciudad ya que se requiere de grúas,  payloader o montacargas, y son altos los costos y riesgos.

La mayor parte de piedras que trabaja Moya pro provienen de las minas El Limón y de San Juan de Limay.

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“La escultura es la expresión y la razón por la cual creo estoy en la tierra; a veces me pregunto porque no hacer otro trabajo si este rinde y a veces hasta ofende, te enferma, pero cuando naces con esta vocación no te desanimas”.

(Erasmo Moya, escultor)

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Cultura Erasmo Moya Escultor San Juan de Limay archivo

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COMENTARIOS

  1. hugo
    Hace 8 años

    Bravo Erasmo. Muy contento de ser uno de tus coleccionistas. Siempre fui un apasionado de tus esculturas. Congratulaciones.

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