Las evidencias son más que suficientes. El planeta Tierra está siendo sacudido por una onda de violencia expansiva, originada por seres inconsecuentes que ignoran o no les importan los principios iniciales en que la raza humana comenzó a poblar este planeta.
Aunque esta época ya no es para filosofar ni para meditar, sino para tomar acciones enérgicas y concretas.
¿Quiénes son los indicados? Principalmente los pueblos sufridos, agredidos y agobiados por epidemias virales, pobreza, falta de trabajo, terrorismo, hambre, analfabetismo, inseguridad y todo lo que está haciendo la vida imposible a los habitantes de este mundo.
Ya no hay seguridad en ninguna clase de transporte ni en sitios de recreación ni aeropuertos, estaciones de trenes, iglesias, etc.
Si es cierto que ha habido una coalición que optó por contraatacar a estos individuos u organizaciones que llevan en sus mentes, cuerpos y manos, las ideas y armas para matar.
Los actos que provocan muertes masivas de seres inocentes cada vez son más, en número y resultados destructivos. Los que cometen estos actos tienen hambre y sed de sangre y muerte.
Lo que otros han construido en años, estos desequilibrados lo destruyen en minutos y segundos, y las vidas de inocentes cada vez ascienden a decenas y centenares.
No es posible que esto continúe. Los gobiernos de las grandes naciones no deben estancarse en las condolencias a gobiernos y familiares de las víctimas.
Las acciones deben ser más estrictas, porque no debe permitirse que terroristas campantemente pasen en un vehículo pesado, embistan a una multitud, que alegremente participa en un acto conmemorativo, en una efeméride que simboliza el recuerdo de una revolución basada en principios de igualdad, libertad y legalidad.
Los habitantes de todos los continentes están amenazados por la muerte, el trauma físico y psicológico, el temor, la inseguridad y la incertidumbre.
Las acciones deben ser más y más intensas, constantes y contundentes. No es tiempo solo para llorar, también es tiempo de unirse contra las acciones de estos individuos y grupos.
Pero los gobiernos de todas las naciones y las organizaciones mundiales como la ONU, OMS, OTAN y otros entes relacionados con el orden mundial, deben proceder de inmediato.
No es posible que únicamente se continúe firmando acuerdos, tratados en foros internacionales, mientras el narcotráfico, el tráfico humano y de órganos, el flujo de armas y explosivos, etc., no se controlan.
Si no se procede de manera urgente, el mundo va hacia el precipicio.
El autor es médico.