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Viaje multidimensional

Es imposible argumentaba Silvio: Nunca olvidaré el horizonte luminoso de luz y nubes que se observaba detrás el hospital del Más Allá. Si era una nube pero no de este mundo, señalada como el mar y Vastedad Celestial.

Es imposible argumentaba Silvio: Nunca olvidaré el horizonte luminoso de luz y nubes que se observaba detrás el hospital del Más Allá. Si era una nube pero no de este mundo, señalada como el mar y Vastedad Celestial.

¿Era como un océano de nubes refulgentes por un Sol imaginario?, respondió José. Sí, pero el hospital, que parecía metálico, flotaba sobre las nubes, la historia ocurrió en 1992 y fue mi último viaje multidimensional, y han pasado casi 20 años de aquello, expresó Silvio. José estaba aterrado escuchando a Silvio, le parecía todo real es más, todo era real.

En ese sueño lúcido desde mi adolescencia aprendí espontáneamente a hacer viajes astrales y multidimensionales, y descubrí de la mano de los dioses que la puerta de salida era la Gran Piña, la glándula pineal.

Nadie me creerá, pero todo lo que voy a contar es real. Yo mismo llegué a dudar de que las maravillosas experiencias que tenía cada noche fueran reales. Empezaba a confundir la realidad con el mundo del Más Allá y el mundo de los sueños, expresó contundentemente Silvio. Lo importante es que estás contando el cuento y hay un convencimiento de la existencia de lo multidimensional, replicó José.

El ocaso se convirtió en amanecer y entonces percibí en aquel extraño y mágico lugar las sensaciones que se tienen al ver un amanecer, en la clínica de la Verdad desparramada por el horizonte, continuaba comentando Silvio a su amigo José. Realmente en cualquier hospital la verdad tiene que reverberar en cada rincón, sedujo José.

Estamos genéticamente preparados para la visión panorámica multidimensional, todo es uno, expresó Silvio. El amor es la última realidad. Puede experimentarse aquí, inquirió José. Pero sobre todo en meditación, cuando el cuerpo se desconecta del mundo externo y se concentra en el YO SOY ÉL, YO SOY TODO, inquirió Silvio.

Hay una clara visión mutidimensional, que los muertos siguen existiendo en otros planos antes de reencarnar, señalo José con un poco de temor. Algunas de estas frases de este diálogo que sostenemos fueron objeto de mis sueños lineales, señaló Silvio y José profundamente lo quedó observando y asintió con un meneo de cabeza.

Entonces, ambos amigos al unísono dijeron: “Disfrutemos este instante del tiempo, eran las cinco de la mañana, miremos allá en el horizonte viene una nube rosada escandalosa v como que el universo quiere vomitar fuego…”, los amigos se sirvieron una taza de café caliente con un trozo de pan, para esperar el amanecer del nuevo día… y espléndidamente disfrutaron del nuevo día hecho realidad subliminal. En fin, todo es realidad, sean sueños o no, el sueño es un bello drama, en otra vida palpada con nuestro ser, inquirió Silvio y José se lo aceptó.

Cultura Cuento Nicaragua archivo

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