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Nicaragua urge ahorrar más y mejor

BID: América Latina y en particular Nicaragua necesitan avanzar hacia una política de ahorro que involucre a las familias, empresas y sector público

Nicaragua y América Latina en general necesitan elevar su capacidad de ahorro externo e interno para afrontar dos desafíos adversos en el mediano y largo plazo: la volatilidad de la economía mundial y el rápido envejecimiento de la población latinoamericana.

El estudio Ahorrar para desarrollarse: Cómo América Latina y el Caribe pueden ahorrar más y mejor, publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), revela que Nicaragua es de los países que menos ahorro interno tiene, pero lidera el ahorro externo como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) a través del endeudamiento.

En el estudio los expertos definen el ahorro nacional como la suma del ahorro de los hogares y de las empresas más el ahorro de los organismos del sector público. En tanto, el ahorro externo es el flujo de capitales neto que ingresa en la economía (es decir, el endeudamiento externo neto. En resumen: “El ahorro total de una economía está formado por los ingresos que no se consumen”, clarifican los investigadores en el documento.

Entre 1980 y 2014, según el BID, la tasa promedio de ahorro nacional bruto como porcentaje del PIB en Nicaragua se situó en menos del 10 por ciento, muy por debajo de la línea del 20 por ciento que como media mantuvo América Latina y el Caribe a lo largo de las últimas tres décadas.

“La región no está, actualmente, ahorrando lo suficiente para construir un futuro mejor y más radiante”, advierte el organismo.

A nivel disgregado, según la investigación, las tasas medias de ahorros oscilan entre 14.7 por ciento del PIB (Centroamérica, excluyendo a México) y 20 por ciento (en el Caribe). En tanto, en el caso de los siete países de mayor ingreso de América Latina las tasas de ahorro fluctúan entre dos extremos con el 18.2 por ciento del PIB, precisa.

Otro de los hallazgos del estudio es que en América Latina son las empresas (es decir, que retienen ganancias) las que más ahorran comparadas con los hogares y el mismo sector público. “En la mayoría de los países de la región, más de una tercera parte (y a veces la mitad) de todos los hogares gastan más de lo que ganan, lo que significa que tienen tasas de ahorro negativas”, precisa el BID, al tiempo que aclara que son los hogares ricos donde “ahorran más significativamente que los hogares pobres”.

En el caso de las empresas los investigadores consideran que esto se debe a que para las empresa resulta más barato financiarse con sus propios recursos que con el sistema financiero, cuyo costo del crédito resulta elevado.

URGE INVERTIR

En el caso del sector público, según el BID, un aumento en su ahorro nacional y externo debe ir acompañado por una mayor inversión como porcentaje del Producto Interno Bruto. Y no basta con solo aumentar la inversión, también se necesita que esta sea de calidad y que incremente la productividad. “La región ha invertido sistemáticamente menos a lo largo del tiempo que otras regiones”, advierte el BID.

En Nicaragua gran parte de la inversión se sostiene por el ahorro externo, es decir, a base de financiamiento externo. De hecho, el organismo destaca que a excepción de Nicaragua y Guyana, ninguno de los países del hemisferio ha sido capaz de sostener tasas de ahorro externo por encima del ocho por ciento del PIB durante períodos prolongados.

No obstante, el BID hace un alto en esta dependencia: “Depender del ahorro externo para financiar la inversión interna es riesgoso por diversos motivos”. Entre los riesgos menciona que los flujos de capital externo tienden a ser más volátiles y “frenazos súbitos, de modo que una menor dependencia del ahorro externo reduce la vulnerabilidad ante las crisis provocadas por turbulencias en los mercados internacionales”.

La tasa de ahorro externo de Nicaragua es del 15 por ciento del PIB y la de Guyana es del 10 por ciento.

NICARAGUA LIDERA INVERSIÓN EN INFRAESTRUCTURA

Pero aún así, Nicaragua se posiciona como una de las naciones en América Latina y el Caribe que más inversión en infraestructura como porcentaje del PIB ha registrado entre 2008 y 2013, aunque está todavía sigue siendo insuficiente.

“La infraestructura causa un impacto en el crecimiento al aumentar la productividad, reducir los costos de producción, facilitar la acumulación de capital humano mediante la ampliación del acceso a educación, contribuir a diversificar la estructura productiva y crear un empleo a través de la demanda de los bienes y servicios utilizados para proporcionar esa infraestructura”, apunta.

“La inversión en infraestructura es escasa en toda América Latina y el Caribe y esto ha tenido consecuencias negativas sobre la calidad de los servicios que se ofrecen en la región. Solo un país pequeño (Nicaragua) superó el umbral del cinco por ciento del PIB en inversión entre 2008 y 2013. Ninguna de las grandes economías (Argentina, Brasil, Chile o México) invirtió más del tres por ciento del PIB, mucho menos de lo que se requiere para cerrar la brecha de infraestructura”, precisa el organismo en la investigación.

GASTO SOCIAL MAL FOCALIZADO

Si bien Nicaragua lidera la tasa de inversión en infraestructura como porcentaje del PIB, el gasto en programas sociales como porcentaje del Producto Interno Bruto se ha reducido y algunos de estos están mal focalizados, como el subsidio energético, una distorsión que es casi generalizada en toda la región, precisa la investigación.

Para ejemplificar esta distorsión, el BID menciona el programa de subsidio energético para los consumidores en Nicaragua menores a 150 kilovatios mensuales. Sin embargo, “muchos hogares que no son pobres, pero que consumen menos de 150 kilovatios, perciben el subsidio. Este grupo constituye lo que suele llamarse error de inclusión o filtración”, precisa.

Una situación similar ocurre en países de la región. “Lo importante es que más de dos terceras partes de estos subsidios se filtran a hogares que no son pobres y que no forman parte de la población focalizada”, alerta el organismo, por lo que urgió a los gobiernos a buscar la eficiencia.

En caso de los programas sociales, el BID señala que en América Latina estos tienen un bajo nivel de filtración, es decir, que lleguen a los que realmente requieren de esa transferencia pública.

¿CÓMO PROMOVER EL AHORRO?

Entre las áreas que los gobiernos deben trabajar para aumentar el ahorro :

1. Encarar el problema de las jubilaciones, que incluya buscar una solución a la alta tasa de informalidad y el bajo nivel de cobertura de la Seguridad Social. Esto sin descuidar el declive del bono demográfico.

2. El foco en infraestructura y gastos de capital. Esto abarca aumentar la inversión en infraestructura mediante la instauración de un sistema de reglas claras.

3. Focalizar mejor la política fiscal.

4. Promover el ahorro de los hogares y crear una cultura del ahorro.

5. Impulsar la productividad. Esto abarca mejorar la asignación de los recursos públicos. 6. Reparar el sistema financiero. En América Latina “los bancos no tienen acceso a información de calidad acerca de los prestatarios potenciales” y además se debe superar “el alto costo de supervisar el cumplimiento de los contratos financieros”.

EL GASTO TRIBUTARIO

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) también instó a los gobiernos a cuidar el gasto tributario para evitar que este continúe beneficiando a personas que no están en pobreza. El organismo señala que en varios países un sinnúmero de bienes de consumo de la canasta básica están exentos de impuestos con la idea de beneficiar a las familias pobres, pero esta política al final “termina beneficiando a personas más acomodadas que normalmente gastan más que los pobres en términos absolutos en cada una de las categorías que son exentas de impuestos”.

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