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Bjorn Lomborg

Priorizar los objetivos de desarrollo

En los próximos días, representantes de varios gobiernos se reunirán en Nueva York para discutir sobre la implementación de objetivos, y en medio de todo ello, estará presente un creciente reconocimiento del dolor de cabeza que supone tratar de alcanzar a la vez tantas y tan variadas aspiraciones bienintencionadas.

Esta situación era inevitable. La Agenda de Desarrollo Sostenible fue el resultado de un proceso dolorosamente inclusivo y mal informado en el aspecto económico, en el que los representantes de gobiernos y bloques regionales, ONG, organismos y grupos de defensa discutieron sobre cuáles eran los objetivos de desarrollo que debían contar con el sello de aprobación de la ONU.

Tenemos que ser realistas. Prometer el pleno empleo en 15 años es ingenuo en el mejor de los casos y podría incluso ser perjudicial. Los principios de economía básica sugieren que los países necesitan siempre cierta tasa de desempleo para permitir que los trabajadores cambien de trabajo.

El mayor problema que presentan los objetivos de desarrollo es que hay una ausencia total de priorización. La Agenda de Naciones Unidas da el mismo peso a la erradicación y prevención de muertes infantiles que a la promoción de empresas de “turismo sostenible”.

La ONU nunca ha publicado ningún estudio exhaustivo sobre la rentabilidad de sus objetivos. Evidentemente, no todos ellos son iguales. Algunos objetivos generan beneficios medioambientales, sociales y económicos mucho mayores que otros.
Los análisis económicos elaborados por 82 destacados economistas y 44 expertos en el sector para el Copenhagen Consensus Center muestran que algunos de los objetivos son apenas rentables, obteniendo poco más de un dólar en beneficios sociales por dólar gastado.

Un comité de personalidades eminentes, entre ellos varios premios Nobel de Economía, estudiaron esta investigación e identificaron, entre los objetivos analizados, que 19 de ellos eran capaces de producir los mayores beneficios. Centrándose en estos objetivos, la ONU podría alcanzar entre 20 y 40 dólares en beneficios sociales por cada dólar gastado. Por el contrario, la asignación de fondos de manera uniforme a todos y cada uno de los 169 objetivos, reduce los beneficios a menos de 10 dólares.
Dar prioridad a los objetivos de mayor impacto, a nivel mundial, significaría proporcionar acceso a métodos anticonceptivos a todas las mujeres, trabajar más duramente para combatir y prevenir la desnutrición infantil, y promover el libre comercio para reducir la pobreza.

A nivel nacional o subnacional, las prioridades pueden ser ligeramente diferentes: mientras que la amplia agenda siga siendo la misma, lo que se debe priorizar en la Colombia rural puede no ser lo mismo que en Andhra Pradesh, en la India. Este año, el Copenhagen Consensus Center se centró en las opciones de desarrollo de Bangladesh, un país que tiene como objetivo lograr un estatus de ingresos medios y aprovechar sus recientes e impresionantes avances para luchar contra la pobreza. A lo largo de las más de 1,100 páginas de la nueva investigación, los economistas analizaron 76 políticas diferentes.

El análisis de esta investigación, realizada por un grupo de eminentes economistas de Bangladesh, expertos en desarrollo y el premio Nobel Finn Kydland revela que algunas de las prioridades son las mismas que se necesitan a nivel mundial.

Una de ellas es la erradicación de la tuberculosis. Esta es una enfermedad “oculta”. Más de dos mil millones de personas en el planeta son portadores de la bacteria que la causa, y alrededor de 1.5 millones de personas mueren cada año por tuberculosis.

El tratamiento es barato y, en la mayoría de los casos, muy eficaz.

Otro problema a priorizar es la prevención de la desnutrición infantil. Una buena dieta impulsa el desarrollo de un niño, con el consiguiente beneficio que eso supone a lo largo de toda su vida. Los niños bien alimentados permanecen más tiempo en la escuela, aprenden más y llegan a ser miembros mucho más productivos dentro de la sociedad. Las soluciones nutricionales son relativamente baratas y muy eficaces, también requieren más apoyo.

Mientras los ministros de los gobiernos se reúnen en Nueva York para hablar de las dificultades de implementación, seguimiento y evaluación de los 169 objetivos, es poco probable que reconozcan que ha sido su propio proceso el que les ha llevado a esta situación.

Pero harían bien en recordar que en tiempos de presupuestos limitados, los contribuyentes exigen que se consiga lo máximo posible de cada centavo. Un enfoque más preciso podría generar decenas de miles de millones de dólares de valor adicional en beneficios sociales, medioambientales y económicos para el mundo entero.

 El autor es director del Copenhagen Consensus Center y autor de los best seller “El ecologista escéptico” y “Cool It”.

Opinión Objetivos de Desarrollo ONU archivo

COMENTARIOS

  1. jose m. fernandez.
    Hace 8 años

    Afixian al mundo con deseos de éxitos inalcanzables.Que mejor manera de mantener dependientes,y estancado a los países mas propensos al fracaso??? Así cualquier organismo se puede dar mucha importancia???

  2. Ricardo Serrano Quant
    Hace 8 años

    Me parece mentira que no se prioricen los objetivos para el desarrollo. Una de las
    lecciones básicas en el curso de finanzas es invertir en los proyectos más rentables. ¡Primero
    lo primero! Una empresa o un Presidente de un país, son exitosos cuando se
    concentran en los proyectos que más generen beneficios y que, normalmente, no
    exceden los dedos de la mano. Me parece insólito que la ONU haya considerado
    169 objetivos y peor aún sin priorizarlos.

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